Cultura
FOTOGALERÍA: Un viaje por los rincones menos conocidos y bellos del Palacio de La Merced
El Palacio de La Merced, actual sede de la Diputación Provincial de Córdoba, no es sólo una preciosa e inmensa carcasa barroca con pinturas que engañan al visitante haciendo creer que la fachada es de mármol en relieve. En su interior, en rincones insospechados, se ocultan un sinfín de secretos y pequeños tesoros patrimoniales que bien merece la pena conocer, y para los que existe solicitud de visitas guiadas si uno quiere dedicarle algo de tiempo a conocer el pasado de Córdoba concentrado en un solo espacio.
Uno de esos tesoros menos conocidos es la cripta romana del Siglo I a.C. localizada cuando se llevaron a cabo una serie de obras en el segundo sótano. Es visitable dentro de ese tour guiado que se puede solicitar y, sí, puede conocerse desde dentro. De hecho, toda la zona donde está levantado el Palacio de La Merced en origen era zona de enterramientos en época romana y justo frente por frente con el Palacio estaba la Puerta de Osario, que, en efecto, abría el camino hacia el osario romano. Por todo ese campo aparecieron importantes resto arqueológicos vinculados al mundo fúnebre romano y la cripta es uno de ellos, aunque es bastante desconocido para el gran público visitante. Allí no se han localizado restos humanos, pero sí vasijas.
En el Palacio, igualmente, existen lapidas de los antiguos hospitales de beneficencia que había en Córdoba, como es el caso del Hospital de La Misericordia (que ya no existe) y que pasaron a ser propiedad de la Diputación Provincial, así como pilas de agua bendita.
Hay más restos arqueológicos. Son los un antiguo batisterio que dieron la cara durante la reconstrucción de Rafael de la Hoz y la ejecución de los aparcamientos del Palacio. Podría ser una antigua basílica paleocristina y esto era la parte del baptisterio para bautizar por inmersión. Ésa es la razón por la que tiene escaleras de entrada y otras de salida tras su bautizo. En la parte de la calleja estaría el resto del edificio que se pierde en el tiempo y sólo se conserva esa parte que parece que también se utilizo como aljibe para recoger agua, porque en la zona del actual aparcamiento estaba la huerta del convento. Sobre su origen no hay acuerdo: Unos lo han identificado con la Basílica de Santa Eulalia, de la época de Recaredo, pero otros creen que pueda ser de época paleocristiana.
La Diputación, como buen edificio cordobés, cuenta con varios patios. Está el llamado Patio Andaluz, que ejecutó Rafael de la Hoz, por lo que es relativamente nuevo; El Patio del Reloj, donde hay un auténtico reloj de sol, que indica la hora que marcan los relojes normales y, además, el día, mes, fase zodiacal y estación referidos a esa localización; el magnífico Patio Barroco, corazón del Palacio, y el Patio Blanco, donde se suelen celebrar diversos eventos y actividades, como conciertos musicales, proyecciones de cine y exposiciones y ferias.
Rodeando al Patio Barroco se encuentran los claustros originales del primitivo convento que llevan hacia la zona 'nueva', donde en los años 70 del siglo pasado el presidente de la institución provincial recibía a las autoridades que llegaban al Palacio. Había en tiempos un comedor de gala donde en una vitrina aún se contempla la vajilla que se utilizaba, y también está el Salón de los Príncipes, donde el presidente atendía a todas las autoridades y firmaba acuerdos y convenios. De ese espacio, ahora abierto, se mantiene el Vestíbulo del Artesonado, donde en otra vitrina hay fotos de la visita de los príncipes de Japón, antes de ser emperadores, y como fueron los primeros en ser recibidos allí se bautizó el salón como de Los Príncipes.
Dento de esta particular visita está la Escultura Materia en Triunfo (1889), de Mateo Inurria, quien fue becario en La Merced durante su periodo de formación.
La parte más llamativa es la propia iglesia de La Merced, que en 1978 fue destruida por un pavoroso incendio y que ahora está reconstruida tras varios años de escuelas-taller que la han ido recuperando poco a poco, y el resltado bien merece la pena. Pero para frecordar la tragedía se han dejado en una vitrina una fotografía de cómo quedó el retablo pasto de las llamas, así como varios ángelitos devorados y tostados por las llamas. Igualmente, hay una imagen de cómo era el antiguo órgano, en una lámina en blanco y negro. Al parecer, el incendio lo provocó un niño que había en el convento, que después de la Desamortización se convierte en hospicio provincial y en un colegio para niños cuyas familias no podían atender. Ese niño al alcanzar la edad de 20 años se presentó a unas oposiciones para trabajar en un centro adscrito a la Diputación y como no aprobó en represalia prendió fuero al retablo.
Durante 40 años se ha recuperado todo lo perdido a mano, sin prisas, y en esas escuelas-taller, los participantes estaban seis meses formándose y el resto del tiempo trabajando, pero sin ser profesionales, por lo que más de uno considera que la recuperación, tal y como ha quedado, es un auténtico milagro.
En más vitrinas de la visita se guardan actas fundacionales y lo hitos más importantes, además de restos de los antiguos hospitales y todo su patrimonio. Pero lo que se considera la 'joya de la corona' en La Merced es un copón del siglo XVI que inicialmente pudiera haber sido una copa gremial profana de origen flamenco, y que luego cardenal Salazar la reconvirtió en copon y la trajo hasta La Merced.
Según un inventario elaborado en 2019, el valor de cuadros, estatuas, joyas, mobiliario y demás bienes artísticos pertenecientes al Palacio están tasados en un total de 3.642.743,33 euros.
TEXTO Y FOTOS: YOLANDA PEDROSA