FOTOGALERÍA: El inocente maniqueísmo de la Cena con un Judas que hace mutis por el foro

En los pasos de Semana Santa es imprescindible que el mensaje llegue alto y claro al pueblo, de modo que los autores de las tallas a menudo caen en el más inocente de los maniqueísmos para que los malos sean muy malos y los buenos, muy buenos.

Se ceban en especial con los romanos y los sayones, a los que confieren rasgos grotescos (rozando lo demoniaco), y en el caso de la Sagrada Cena, en Judas Iscariote, el traidor, el que vende a Cristo no se sabe muy bien por qué, aunque muchos se limitan a centrarse en las 30 de plata. Quizá lo hizo obligado por el destino, porque sin esa venta traicionera la Pasión hubiera sido bien diferente, o ni siquiera se hubiera cumplido, y lo acabó pagando con su vida, como el resto de los discípulos, pero sin llegar a ser santo.

La Sagrada Cena, con su 306 nazarenos, y que salió a las 18.00 horas desde la parroquia de Beato Álvaro de Córdoba, tiene dos pasos: El misterio de la Última cena, obra de Miguel Ángel González, que hizo el Cristo en 1993 y los apóstoles en 1996, es llevado por 50 costaleros, y va acompañado de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús de la Fe en su Sagrada Cena.

La Dolorosa es del mismo autor, hecha en 2001. María Santísima de la Esperanza es llevada por 35 costaleros y se mece acompañada de la Banda de Música Tubamirum de Cañete de las Torres en su enésima aparición en la Semana Santa de la capital, lo que dice mucho y bien de estos músicos.