Opinión

El Cordobés, la gastronomía y la economía

En la pasada jornada  del 7 de noviembre durante la jornada 'Gestión del turista Gastronómico' y tras el estudio realizado y presentado por el Cátedratico de la Universidad de Córdoba, Rafael Moreno, donde de forma reveladora (entre muchos más datos) saca a relucir una realidad palpable en los establecimientos de nuestra ciudad: el público cordobés consideraba el mejor establecimiento de restauración de Córdoba capital actualmente a establecimientos del tipo como 'El Caballo Rojo', 'El Churrasco' o 'Bodegas Campos'. Mientras que su restaurante favorito, es decir el que más acudían los cordobeses, aparecían entre los primeros puestos restaurantes de la tipología de 'Restaurante Moriles' o 'Restaurantes Rafaletes', entre otros muchos más. Esto nos puede llevar a muchas reflexiones sobre los numerosos factores que pueden influir en esta diferenciación entre 'el favorito' y 'el mejor', pero a nadie se le escapa que los precios medios por comensal de los considerados favoritos son mucho menores. Esto no significa que los mejores sean considerados caros por el público, al revés, seguramente dan al cliente una elevada calidad a un precio que para ellos no es tan rentable como los mas económicos. 

Y esto nos lleva a enlazar este hecho con la economía de Córdoba dado que no se caracteriza precisamente por tener una industria 'con chimeneas', sino más bien por recibir rentas del sector de la agricultura y por tener dos motores económicos dinámicos: el turismo y las exportaciones.

Las exportaciones juegan un papel importante, entre otras familias, las llamadas agroalimentarias: Desde nuestro Aceite de Oliva Virgen Extra hasta el Jamón Ibérico ambas con sellos de calidad al estar dentro de determinadas Denominaciones de Origen Protegidas.

En cuanto a las importaciones, en este caso el turismo cultural y especialmente el gastronómico puede servir para atraer a Córdoba aquello que no puede generar una industria inexistente, sin significar que dejemos una cosa por otra dado que no deja la misma rentabilidad para la ciudad, por consiguiente, la industria debe fomentarse en nuestros polígonos industriales pero el denominado turista gastronómico debe ser objeto de atracción tanto por profesionales del sector, instituciones públicas y organismos afines, además confluyen en esta tipología turística  la alta demanda  cultural patrimonial. Algo que a Córdoba no nos falta, dado que es de sobra conocido que presentamos una oferta muy atractiva y singular. Ahora si, también se trata de fortalecer la oferta cultural material e inmaterial, estudiarla individualmente para la mejora continua y apoyar la gastronomía como patrimonio Cordobés atractivo para una persona que se desplaza a Córdoba, degusta nuestra gastronomía, realiza visitas culturales y ¿Por qué no? que se quede en nuestra ciudad dos o más noches.

Y es que no hay que olvidar las característica del turista gastronómico que ya conocemos:  posee un alto poder adquisitivo, sabe de lo que habla, viaja en pareja y  exige profesionalidad junto a calidad. Fortalezcamos nuestra oferta cultural y ofrezcamos lo que todos consideramos lo mejor