Opinión

Hablemos de porcentajes, de democracia

Nadie nos ha comunicado el porcentaje de mujeres que hay en los servicios primarios, también llamados trabajos feminizados, que representan porcentajes casi todos, de más del 70%. Bien, estos servicios primarios y trabajos son los siguientes: Sanidad, desde los quirófanos hasta las ambulancias. Farmacia, desde la titular hasta la limpieza de los cristales. Alimentación, desde la gerente hasta la limpieza de los baños. Educación, desde la dirección hasta la cocinera. Cuidados, desde la infancia pasando por personas mayores, dependientes, discapacitadas, transeúntes drogodependientes, inmigrantes, mujeres, hijas e hijos víctimas de violencia, mujeres prostituidas, madres jóvenas embarazadas, jovenas y jóvenes con problemas de adaptación social. Limpieza, trabajadoras del hogar y toda la limpieza, haya donde haya que realizarla. Alimentación en todas sus categorías: reponedoras, cajeras, pescaderas, fruteras, carretilleras, panaderas, charcuteras...

Todos estos trabajos que representan el índice más alto en contratación abusiva o llamados 'basura'; por ser a tiempo parcial, por horas, no estar de alta en la Seguridad Social y por ende no estar cotizando para la prestación de jubilación. No percibir los pluses de toxicidad, peligrosidad, nocturnidad, o algunos, como las trabajadoras del hogar no estar incluidas en el Estatuto del Trabajo, aún llamado de 'los trabajadores'; y no tener derecho a la prestación por desempleo. Hay que señalar que en estos trabajos feminizados, también en un porcentaje altísimo no se ha cotizado lo suficiente para tener una prestación por jubilación que ascienda a los 500 euros con suerte. De ahí que la pobreza tenga rostro de mujer en todas sus etapas vitales.

Si se cuantifica la necesidad y el aporte de estas trabajadoras para el bienestar y la salud de la ciudadanía, no solo en esta pandemia que nos ha tocado vivir en el primer cuarto del Siglo XXI, si no que este trabajo y el no remunerado, que es el que realizan todas estas trabajadoras y las que ni tan siquiera tienen contrato basura y pasan su vida dedicadas al entorno convivencial para que todas estas personas puedan salir diariamente a su trabajo remunerado, su formación o simplemente a pasear. Además de las madres solteras que aún son penalizadas por ello, en cuanto a la no corresponsabilidad económica y de servicios por la parte paterna y del Estado.

Todo lo anterior no se entiende si tenemos presente las luchas de mujeres feministas como Mary Wollstonecreft con su Vindicación de los Derechos de las Mujeres (1749), Flora Tristán... otras que nos han precedido y contemporáneas que siguen luchando, trabajando aún siendo echadas, demonizadas o ridiculizadas del poder, de lo público y de lo social, simplemente por seguir vindicando -a igual trabajo igual remuneración- y -a los mismos votos igual representación-. Me defraudó y más, me dolió ver el pasado 9 de Abril de 2020 que en el Pleno Extraordinario del Congreso, interviniesen 14 varones y tres mujeres representando la portavocía de los distintos partidos. Las democracias son aquellas que tratan con el mismo rasero en todos los ámbitos a su ciudadanía. Las mujeres feministas no nos rendiremos, nos mantendremos en nuestra lucha apoyando a quienes hagan realidad la Democracia.