Opinión

Pastillas, ejercicio y grasa: peligrosa combinación

Hace unos días me sorprendía con un artículo de prensa que afirmaba que se habían hecho estudios para desarrollar una píldora para producir los mismos efectos que el ejercicio físico, pero sin tener que movernos. Como en la mayoría de los artículos de prensa sobre estudios científicos el titular era mucho más prometedor que lo que el estudio científico demostraba, aunque llamaba la atención, y eso no es del todo malo si sigues leyendo el artículo y no te quedas en el titular, cosa que hace la mayoría de la gente.

La cosa está en que un estudio desarrollado en ratones ha demostrado que la activación de unas proteínas que regulan la actividad de los genes, conocidas en general como factores de transcripción, por un compuesto químico producía efectos sobre la capacidad muscular y la quema de grasas igual que lo hace el ejercicio. Miles de millones de células realizan su actividad en nuestro cuerpo de manera coordinada. Para ello necesitan conocer qué está pasando a su alrededor. Cuando comemos, nos despertamos, nos dormimos, nos movemos, corremos o hacemos fuerza, o incluso cuando pensamos o nos concentramos en las células se activan o desactivan ciertos genes para que su actividad esté de acuerdo con lo que está pasando en el cuerpo. Todo eso lo regulan los factores de transcripción que, a su vez, son coordinados por otras proteínas que les dicen cuándo tienen que actuar. El caso es que una serie de científicos ha realizado estudios para comprobar si podían modificar la actividad de los genes que se activan por el ejercicio, pero sin tener que movernos. Y lo han publicado muy bien, en una revista científica de calidad llamada Cell Metabolism.

Lo que demuestran en este estudio es que durante el ejercicio físico se activa una proteína que evita que se consuma la glucosa del músculo y promueve el consumo de grasas, con lo que se impide que el músculo se agote, ya que la bajada drástica de glucosa a nivel general produciría lo que en en el ciclismo se conoce como 'pájara'. Para ello han utilizado un fármaco llamado GW501516.

Mis compañeros y yo mismo ya publicamos hace tiempo que otros compuestos más naturales como el resveratrol, un compuesto que podemos encontrar en la uva, las nueces o las bayas, pueden hacer el mismo efecto sobre el músculo y la grasa en animales alimentados con dieta rica en grasa o en animales que hacen ejercicio. Es decir, que conocemos bien que ciertos compuestos químicos son capaces de modificar la actividad de los factores que se regulan durante el ejercicio y que afectan a las grasas.

Lo curioso, y peligroso, del caso es que el artículo de prensa se preguntaba si el fármaco GW501516 podría ser usado para obtener los beneficios del ejercicio sin tener que moverse.

Aparte de dar una idea de lo vagos que somos los humanos que estamos pensando en conseguir los beneficios del ejercicio sin tener que mover un músculo, el periodista se planteaba el asunto para personas con movilidad limitada, algo que no es tan malo, dicho sea de paso. La verdad es que esto recuerda a esas máquinas que mueven nuestro cuerpo mediante descargas eléctricas mientras vemos la tele sentados en el sofá. Pero aparte de eso, lo malo del asunto es que este fármaco es conocido, desde hace más de 20 años, por producir cáncer. Sí, fue retirado de los estudios como posible fármaco antidiabetes y obesidad por sucapacidad para generar diferentes tipos de cáncer en modelos de rata y ratón donde se​ estudiaron pero sí se puede utilizar para comprobar la funcionalidad de los factores a los que induce.

Con todo ello podemos pensar que la esperanza de usar este compuesto como 'ejercitador pasivo' de nuestro cuerpo se difumina cual azucarillo en el café, pero lo curioso del caso es que no, que se puede comprar y a granel en Internet. Sí, como lo leen, si uno pone el nombrecito del compuesto, GW501516, en Google se encontrará una indicación de Wikipedia sobre el asunto hablando de su origen y su capacidad para producir cáncer, pero también encontrará algunos sitios donde se vende el producto para su uso por deportistas para eliminar la grasa y aumentar el rendimiento. Alucinante, ¿no? Pero, aún hay más, desde 2009 está considerado como sustancia dopante por la Agencia Mundial Antidopaje y sí, se han encontrado casos de dopaje con este compuesto en deportistas, incluso en los Juegos Olímpicos de Pekín y en pruebas ciclistas. Y la pregunta es, ¿quién está tan loco como para meterse por el cuerpo una sustancia que ha demostrado su capacidad para producir cáncer? Pues está claro, deportistas, culturistas y, en general, personas que quieren perder grasa a toda costa y que, supongo, no saben lo que se están metiendo en el cuerpo.

Pero la cosa no acaba ahí. No. Estoy trabajando con una serie de compuestos que afectan a la actividad de la mitocondria para realizar unos ensayos. Las mitocondrias son las partes de las células que se encargan de producir la energía que necesitamos para que ocurra todo, desde el movimiento hasta leer este artículo. Sin esa energía toda célula moriría. Las mitocondrias toman la energía que se encuentra en los nutrientes, fundamentalmente glucosa y grasas, y la transforma en otra sustancia química llamada ATP. En todo proceso de transformación energética se produce desprendimiento de calor, al igual que ocurre en cualquier máquina. y las mitocondrias también lo sufren. Las mitocondrias tienen sistemas que regulan la producción de este calor según las necesidades de las células y los científicos utilizamos compuestos químicos que aumentan esta producción de calor en nuestros estudios. Estos compuestos, llamados desacoplantes, lo que hacen es estimular al máximo la capacidad de las células para quemar sustancias nutritivas como glucosa y, especialmente, grasa. Sabiendo esto nos podemos hacer una idea de lo peligrosos que son estos compuestos ya que aumentan la producción de calor pero, a la vez, impiden la producción de energía útil en forma de ATP. Pero como estos compuestos queman grasas, pues sí, también los podemos encontrar en productos para deportistas. Sí, uno de ellos es el 2,4-dinitrofenol, y es extremadamente tóxico y, lamentablemente, muy barato. Y hay gente que quiere perder grasa rápidamente que es capaz de tomárselo. Y lo malo es que si te pasas, te mata. Vendido como producto quema grasas, en 2015 causó 5 muertes en Reino Unido de un total de 30 casos por intoxicación tras su ingesta.

Increíble pero cierto.

Podría seguir con otros muchos compuestos ya que en el mercado para deportistas y gimnasios da miedo comprobar la cantidad de potingues quemagrasas que podemos encontrar. La ignorancia sobre los efectos de estos compuestos y en muchos casos sobre la composición de las cápsulas, pastillas o polvos lleva a arriesgarse a tener graves problemas no sólo metabólicos, sino de cáncer o a la muerte como ya he descrito. Es curioso que en este mundo en el que los mensajes sobre que la leche es mala, los plásticos en los que envolvemos el bocadillo nos producirán cáncer, el cloro del agua nos mata lentamente y la OMS nos quiere matar con las vacunas encontramos en Intenet todo un mercado lleno de sustancias cuya peligrosidad ya ha​ sido demostrada pero a nadie parece importarle. Mi recomendación: hagan caso a su cuerpo y actívenlo de la forma más natural posible, es decir, moviéndose. No busquen atajos porque algunos de ellos los pueden acabar llevando al prado al final del camino.