Opinión

Ejercicio y sexo

La semana pasada aproveché la resolución de los Premios Nobel de 2016 para acabar denunciando la precaria situación de la ciencia española por falta de financiación para desarrollar los muchos proyectos y grupos de investigación que se quedan en la cuneta por falta de dinero para llevarlos adelante. Entre ellos, el proyecto que yo mismo he presentado al Ministerio de Economía por segunda vez y han acabado rechazando. Es curioso que el Ministerio sobre el que recae la ciencia española sea el de Economía y no un ministerio específico como ha ocurrido en gobiernos precedentes. Será el sino de los tiempos. Como decía, es significativo que un grupo que ha presentado tres proyectos con éxito en convocatorias anteriores y que han sido bien considerados a su finalización se quede sin financiación dos años consecutivos pese a seguir las recomendaciones de los evaluadores en un primer rechazo. Pero son los tiempos que corren y de algún lugar han de salir los miles de millones de recortes adicionales para este y los próximos años que el gobierno tiene que afrontar. Lamentablemente para la ciencia española, mientras otros refuerzan la investigación en sus países, en el nuestro va cayendo por un pozo cada vez más profundo.

Justo el día en el que se publicaba mi anterior artículo me enteré de dos cosas, que el premio Nobel de Literatura era para Bob Dylan con mayúscula sorpresa para muchos y que la Dra. Diana Vaamonde había publicado un libro sobre el efecto del ejercicio en la capacidad reproductiva humana (Exercise and Human Reproduction: Induced fertility disorders and possible therapies – Ejercicio y Reproducción Humana: Desórdenes inducidos en la fertilidad y posibles terapias). El libro es producto de la colaboración científica con otros investigadores, el Dr. Stefan S. du Plessis, investigador de la Universidad Stellenbosch de Sudáfrica y el Dr. Ashok Agarwal del American Center for Reproductive Medicine de Cleveland, Estados Unidos. Estos libros son muy técnicos y especializados pero muy útiles para los investigadores ya que comprimen los últimos avances en el tema correspondiente permitiendo acceder fácilmente a una visión global a otros investigadores.

He querido escribir una columna especial para este caso ya que la Dra. Vaamonde, que es Profesora de Anatomía y Embriología Humana en el Departamento de Ciencias Morfológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba es uno de esos casos de persona inquieta y con ganas de trabajar que por falta de financiación para sus ideas no puede avanzar pero que aprovecha la menor ocasión para seguir investigando y colaborar con otros investigadores incluyendo a este que les escribe. En los pocos años que llevamos conociéndonos hemos hablado mucho sobre posibles ideas para estudiar el efecto del ejercicio sobre la capacidad reproductiva humana y prevenir problemas sexuales y reproductivos. Lamentablemente aún son ideas, pero siguen estando sobre la mesa para un futuro que espero no sea muy lejano.

Diana Vaamonde.El libro que la Dra. Vaamonde coedita incide en el efecto que la actividad física produce sobre el sistema reproductor humano. Como la doctora indica, el ejercicio físico produce un efecto general en el organismo incluyendo las hormonas que regulan casi todo lo que en nuestro cuerpo ocurre incluyendo nuestra capacidad reproductora. Los estudios realizados hasta el momento han demostrado que el ejercicio físico puede producir un efecto positivo o negativo dependiendo de su carga (ya sea volumen, intensidad u otros parámetros). De esta manera, un ejercicio físico excesivo e intenso provoca cambios en el metabolismo, hormonas y daño oxidativo que inciden negativamente sobre la capacidad reproductora afectando a la calidad del semen en el hombre o de los ovocitos en la mujer. Al contrario, el sedentarismo también provoca efectos negativos sobre la calidad de las células reproductoras. Todo ello tiene que ver con las hormonas y, en especial, con los estrógenos muy conocidos en el mundo del deporte que provocan disfunciones reproductoras reconocidas. Como la doctora indica, en el término medio está la virtud y un ejercicio moderado mejora la calidad del semen en el hombre y el control del ciclo en la mujer siendo incluso beneficioso en el embarazo.

En este libro recientemente publicado se sientan las bases para seguir una investigación que permita continuar avanzando en el conocimiento entre el ejercicio físico y la fertilidad, intentando a su vez mejorar ésta. Con este libro se suma la fertilidad a los conocidos efectos benéficos del ejercicio físico moderado sobre la diabetes, la hipertensión, los problemas cardiovasculares o neuronales. Tal vez en el ejercicio haya respuestas a muchas incógnitas reproductivas, incluso, por qué no, del propio acto sexual que ya cuenta con estudios científicos en los que se demuestra que mejora cuando se practica una actividad física moderada de forma habitual. En estos tiempos en los que la natalidad va en caída libre, darle un poco de vidilla al cuerpo con la actividad física podría ayudar a traer al mundo a nuevas criaturas.