POLÉMICA DEL USO DEL CENTRO DE FÁTIMA

Al-Zahara cree “ilegal y arbitrario” permitir actos religiosos o políticos en centros cívicos

Reconoce que toda entidad, cofradías incluidas, pueden usar las instalaciones siempre que no sean actos estrictamente “religiosos, políticos” o comerciales, como dice la norma

centro civico lepanto
photo_camera centro civico lepanto

La Junta Directiva de la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, ante la polémica por la posibilidad de que puedan desarrollarse actividades religiosas o políticas en los centros cívicos de la red municipal, ha realizado una serie de consideraciones en las que rechaza toda “discrecionalidad” a la hora de interpretar la norma y permitir que se celebren en estas instalaciones municipales actos de carácter religioso o político.

Para Al-Zahara, todo argumento parte del propio Reglamento de Centros Cívicos, que en su punto 51, y cita textualmente, dice que entre las actividades para las que se pueden ceder el uso “quedan excluidas” aquellas “que tengan fines lucrativos y las de contenido político, religioso, sindical, empresarial o comercial”.

Para la Directiva de Al-Zahara, “a la luz de esta redacción” del Reglamento, y respecto a la polémica surgida por la petición para una salida procesional usando para ello el centro complementario de Levante, en la antigua Prisión Provincial de Fátima, queda claro que “el pretendido uso de un centro cívico para la preparación, organización y salida de una procesión, ocupando un total de doce días, está comprendido dentro de las exclusiones que el citado artículo define”. Lo que no quita que “toda entidad puede usar los centros cívicos, las hermandades y cofradías también”, todo ello en múltiples tipos de actos, aunque recordando de nuevo que “lo que está limitado es el tipo de actividad que se puede realizar”. Además, “si ha existido algún error en el uso de estos espacios, permitiendo celebrar actividades políticas, primero, no justifica seguir incumpliendo el reglamento con actividades religiosas; y, segundo, debe evitarse que se sigan realizando estas vulneraciones del mismo”. Por lo tanto, “insistimos en que lo importante es qué actividad se quiere realizar y no la entidad del solicitante”.

La directiva de Al-Zahara continúa: “Creemos firmemente que corresponde, tanto a la Delegación de Participación Ciudadana como a la entidad que haya realizado actividades políticas, dar las preceptivas explicaciones, y a la luz de estas actuar en consecuencia, siempre teniendo en cuenta que todo pasa por el cumplimiento del Reglamento. No dar las explicaciones oportunas sería una confirmación de que no se ha actuado conforme al Reglamento o que la Delegación de Participación no ha hecho una interpretación correcta del mismo”.

Más aún, “hay que dejar muy claro que el único órgano que tiene competencias sobre los usos de los centros cívicos es la Delegación de Participación ciudadana”, y por lo tanto “querer dejar entrever que las decisiones sobre quien puede usar un centro cívico no las toma esta Delegación, es sin duda de un total desconocimiento por parte de quien lo asevera, o algo mucho peor, querer desviar la responsabilidad al movimiento ciudadano representado en el CMC, que para nada interviene en la determinación de quien usa o no un centro cívico y solo cumple su obligación de exigir que se cumpla el reglamento vigente desde hace veinte años”.

Como conclusión, la junta directiva de Al-Zahara recuerda que “si finalmente se acepta el uso del centro cívico para una salida procesional, para otra actividad religiosa o para seguir celebrando actividades políticas, estaremos abriendo la espita a la posibilidad de que otras entidades políticas y cualquier confesión religiosa o pseudorreligiosa pueda abogar para poder usar los centros cívicos. Esto supondría una financiación encubierta de dichas entidades que convertirían en sus sedes a los centros cívicos, sustrayéndoles su uso ciudadano abierto”.