En recuerdo de aquellos a los que se les arrebató su futuro

Tres muertes cordobesas, 14 años de aquel fatídico 11 de marzo

Hoy se cumplen 14 años desde que un total de 193 víctimas perdiesen la vida en el peor atentando terrorista de la historia de España. 

Monumento a las víctimas del 11M
photo_camera Monumento a las víctimas del 11M

14 años hace ya de aquel fatídico día en el que el corazón del país fue alcanzado por las explosivos que un grupo de yihadistas instaló en los trenes de Madrid, en Atocha. Aquel 11-M que quedará marcado por siempre en la memoria de todo el país, supuso un antes y un después en el día a día de los españoles, el miedo se apoderó de buena parte de la población, y la resignación, la pena, la confusión y el odio se adueñaron de los corazones de los ciudadanos. Sin embargo, más allá de todo esto, también sirvió para unir bajo una mismo techo de esperanza a todos aquellos que se negaban a tener miedo y que seguirían luchando por ser felices. 

193 víctimas, 193 familias normales que, de la noche a la mañana, veían como la vida de sus seres queridos se les escapaba de las manos, sin tener culpa de nada y sin poder hacer nada para remediarlo. De éstas, cinco cordobeses, de Guadalcázar, de La Carlota, de Fernán Núñez, de Palma del Río y de Pedroche. Tres de éstos, víctimas mortales.

Juan Muñoz Lara. Perdió la vida a los 32 años por la deflagración provocada por las explosiones. Aunque natural de Guadalcázar llevaba 30 años residiendo en la capital de España. El día del atentando lo acompañaba su pareja y volvían a casa, un regreso que no llegó a culminarse para ninguno de los dos. 

María Victoria León Moyano. La joven, de 28 años, natural de Encina Reales dudó si coger o no el coche aquel día, optando, finalmente por la segunda opción, sin saber lo que esa decisión supondría. Casi llegando a su destino, El Pozo, la explosión acabó con su vida. 

Francisco José Narváez de la Rosa. Natural del municipio cordobés de La Carlota fue asesinado a los 28 años. Narváez, como cada día, se dirigía ese 11 de marzo a trabajar desde la estación del Pozo del Tío Raimundo, sin embargo, esa mañana tampoco finalizó su trayecto.