El Centro de Control Animal de Sadeco ya no se llama así. A partir de ahora es la Unidad de Sanidad y Bienestar Animal, según ha informado esta mañana su presidente, David Dorado, era las consecución en mayo pasado del certificado de calidad por la norma UNE 313001 sobre la gestión sanitaria y del bienestar animal.
Es, según palabras del presidente de la Asociación de Veterinarios Municipales, Juan Carlos Ortiz, la primera que se concede en España y en Europa. Y no es para menos, porque esa asociación "nos hemos implicado mucho con la norma y somos, de hecho, sus promotores".
Es arte del resultado de las auditorías elaboradas al Centro, a base de encuestas (entre 14 y 15) elaboradas para conocer la opinión de los grupos de interés en esta materia, a fin de poner en marcha acciones y mejoras que adoptaremos para que la gestión destaque y sea más consecuente.
Según el director de la Delegación de Andalucía de Aenor Internacional, Antonio Pérez, la norma concedida a Sadeco tiene tres pilares básicos, como son la fase de entrada del animal, con una serie de requisitos que se comprueban (registro, acreditación, estado sanitario, identificación propietario, periodo de cuarentena y diagnóstico). Una segunda fase referente a su estancia, que es el objeto fundamental de la norma y que trata sobre higiene, alimentación, ejercicio, seguimiento y observación. Y una última fase, la de salida, que toca la preparación para adopción y elección de los futuros adaptadores.
La intención, según Dorado es llegar al abandono cero y la adopción responsable, que es "a única medida para conseguir el sacrificio cero", y para ello se van a llevar a cabo (algunas ya están en marcha) seis medidas muy concretas, tales como el cambio de imagen y de nombre para estar más acorde con la actividad de prevención para la transmisión de las enfermedades (más del 70% de las que llegan a la población humana es por zoonosis) y el cuidado y bienestar animal.
Así, Ortiz ha recordado que la creación de los centros (antiguas perreras) se crearon por decreto a mediados del siglo XX para controlar los focos de rabia. Eso obliga, aún hoy en día, a todos los ayuntamientos a recoger los animales abandonados en vía pública, censarlos, matricularlos y vacunarlos de rabia. "Si investigamos los animales y lo que nos traen de fuera cuando entran con una fuente de información impresionante para la salud pública y nos indica qué niveles de enfermedades hay en la calle para prevenir en la población humana".
Para el abandono cero se ha puesto en marcha un plan estratégico de comunicación de la Unidad para un proyecto integral de mejora de la convivencia del animal con la ciudad. Eso implica desarrollar programas del fomento de tenencia responsable para el abandono cero, la mejora del voluntariado de Sadeco (pero sin aumentar la contratación), incrementar recursos o el desarrollo de fomento e intervenciones terapéuticas y educativas. Para las adopciones, por ejemplo, "se han aumentado el 20% las citas diarias y ha mejorado la comunicación vía Internet con contactos con plataformas nacionales de adopción". Habrá igualmente, nuevos espacios en la ciudad de esparció canina que se están tocando con el Consejo del Movimiento Ciudadano (CMC).
Otra medida es la mejora del centro del identificación del estado sanitario y una recogida permanente en la calle, incluso fuera de horario, destinado en exclusiva a la Policía Local, de modo que "puedan evitar situaciones como la de la perra que fue abatida de un disparo en verano pasado".
Se va poner en marcha un observatorio de bioseguridad que reforzará la Unidad como centro sanitario y que estará vigilante en materia sanitaria para parásitos y otras enfermedades infecciosas que se puedan dar.
