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Se retracta tras confesar haber arrojado a su mujer al pantano: "Me dieron una semana para autoinculparme"

La mujer no había denunciado malos tratos, pero antes de morir dejó una carta escrita en la que rogaba que su marido, Gaspar O., que la dejara en paz
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El hombre de 70 años que confesó en octubre de 2018 haber matado a su mujer y haber arrojado su cuerpo en un pantano de Córdoba se ha retractado en el juicio y se ha declarado inocente, manifestando que el crimen se produjo a manos de tres personas de Europa del Este de quienes sospecha que podrían tener relación con unos obreros con los que contactó su mujer en 2016 para una reforma en su casa de Arganda del Rey.

"Me dieron una semana para autoinculparme y dos meses para declarar lo que fuera", ha relatado Garpar O., de 71 años, durante su declaración en el juicio. El cuerpo sin vida de María José Pallares, de 67 años, se halló el 19 de octubre 2018 en el pantano del Arenoso de Montoro, próximo a Córdoba. Montoro es la tierra natal del asesino confeso.

La mujer no había denunciado malos tratos, pero antes de morir dejó una carta escrita en la que rogaba que su marido, Gaspar O., que la dejara en paz, según ha salido a la luz durante la exposición de informes previos de las partes.

El juicio ha arrancado con un jurado popular en la Audiencia de Madrid con medidas de seguridad para evitar riesgos de contagios. Los miembros del tribunal del jurado están protegidos con una mampara, al igual que lo están las partes personadas en el proceso.

La Fiscalía de Madrid solicita 14 años de prisión por un delito de asesinato para Garpar O., petición que se eleva a 25 años a instancias de la acusación popular que ejerce la Comunidad de Madrid. El matrimonio se casó en abril de 1971 y tenía 4 hijos.

Tras el crimen, el hombre denunció el 12 de octubre de ese año la desaparición de su mujer indicando que se había marchado en mitad de la noche y afirmó que tenía tendencias suicidas. Pero poco después se derrumbó y confesó haberla matado ante la Guardia Civil.

En su primera confesión, relató que había bebido alcohol y que tuvo una discusión con su mujer en la que acabó dándole cinco martillazos en la cabeza. Tras ello, le ató pies y manos y le puso una bolsa de basura en la cabeza para evitar un contacto visual, metiendo el cuerpo sin vida en el maletero para tirar el cadáver a un pantano. La mujer murió de asfixia mecánica.

Se retracta de la confesión

Sin embargo, el hombre se retractó en una segunda versión ofrecida durante su comparecencia ante el juez. Entonces dio marcha atrás y se declaró inocente. Manifestó que alguien entró a robar a su casa y mató a su mujer. Según su relato, su esposa tenía problemas con el alcohol, que mezclaba con medicamentos.

En su declaración en el juicio, el acusado se ha mostrado visiblemente afectado y le ha costado sacar las palabras para relatar lo sucedido el día del crimen. "Si hablo de mi esposa me emociono", ha señalado con la voz rota y llorando, recordando su vida junto a su mujer, quien sufría depresión, y los reproches que tenían entre ellos por temas económicos y como consecuencia del alcoholismo que según el acusado sufría la víctima.

El hombre ha recordado algunos episodios en los que la víctima estaba bebida, manifestando que se ponía "agresiva". "No podía separarme. Intentó sucididarse varias veces", ha narrado y ha señalado que no quería internarse sin que ninguno de sus hermanos quisieran hacerse cargo de ella.

Sobre el día de los hechos, ha contado que cuando llegó a casa se encontró a su mujer tirada en el suelo. "Un hombre ruso o rumano me puso la mano en el hombro. Me dijo, tranquilo, dónde está el dinero", ha relatado.
El acusado sospecha que los tres individuos que entraron a robar a su casa podrían tener relación con las personas con las que su mujer contactó en 2016 para que se encargaran de la reforma de la casa de Arganda. "Ellos me dijeron que la atara y la metiera en el maletero", ha señalado.

"Decidí llevarla a Montoro. Pensaba que iban a pegarme un tiro y matarme. Y les dije que me encargaba de deshacerme del cuerpo y que me haría cargo del homicidio. Me dijeron que sabían dónde vivían mis hijos y mis nietos. Tenía una semana de plazo para autoinculparme y dos meses para declarar lo que fuera", ha narrado ante el tribunal.

Hechos juzgados

En el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, el fiscal relata que el 11 de octubre de 2018 Gaspar O.C. y su mujer, con la que tenía cuatro hijos, se encontraban en su domicilio de Arganda del Rey cuando se entabló una discusión entre ambos. En el transcurso de la pelea el hombre propinó a la víctima un "fuerte" golpe con un martillo en la cabeza a raíz del cual la víctima comenzó a sangrar y perdió el conocimiento.

El acusado, entonces, ató a su esposa a la altura de los tobillos con una cuerda de tender ropa y le tapó la cabeza con una bolsa de basura sujetándola al cuello con cinta de embalar. A continuación, introdujo el cuerpo de la mujer en el maletero de su vehículo y se dirigió a su pueblo natal, Montoro en la provincia de Córdoba, donde la arrojó en el pantano.

El Arenoso en el paraje de La Loma del Barco, "tras introducir una piedra entre sus ropas". A su regreso a Arganda, se deshizo del martillo utilizado en la agresión. El 19 de octubre de 2018 agentes de la Guardia Civil hallaron el cadáver de la mujer en el pantano con una piedra de unos 5 kilos entre la ropa y el hombro derecho.