Opinión

Pierde Sánchez, ganan Córdoba y España

Hace tan solo unos meses, tras la Moción de Censura, me referí al escenario político que daba comienzo como la ansiada “alineación de los astros” para Córdoba (http://www.cordobahoy.es/opinion/marcial-gomez/la-alineacion-de-los-astros/20180620125955045740.html) . Por primera vez convergían en un mismo signo político los gobiernos municipal, autonómico, y del estado. Ya no había excusas ni obstáculos a nuestra prosperidad ni a que el maná de inversiones, tantas veces implorado por los socialistas en el desierto, lloviera sobre Córdoba. Ni yo mismo podía prever entonces que el tono irónico de aquel texto se revelaría insuficiente.

En el ejecutivo trendy and cool fashioned que Sánchez conformó, recalaron dos cordobeses, la Vicepresidenta Calvo y el Ministro de Agricultura Luis Planas. La primera resultó ser más de Venus que de Córdoba, como ha demostrado su desempeño; y el segundo, valenciano de origen y cordobés de vocación como yo, ha sido el Ministro con el perfil más bajo de todo el Gobierno, hasta el punto de que ha pasado desapercibido en las sesiones de control.

La confirmación de su escasa influencia y de todas mis sospechas llegó con la presentación de los presupuestos generales del estado. La prueba de lo que digo es que nuestra alcaldesa Ambrosio quedó en tal estado de shock que tardó un par de días en procesarlo y poder hablar de las inversiones para Córdoba. 

Las cuentas de Sánchez eran continuistas, se limitaban a dotar los proyectos plurianuales que ya estaban en marcha. El grueso de las partidas iban al bypass del AVE y a la renovación de material de RENFE (necesario, si no quieres sufrir accidentes por no renovarlos). Pero nada de nuevos proyectos y nuevas obras que contribuyan al desarrollo de nuestra economía ni a crear empleo. Infraestructuras necesarias, como la conversión en autovía de la N-432 o la variante oeste seguían en fase de estudio con escasas partidas. Y las nuevas estaciones del Cercanías o las Comisarías de Policía, directamente desaparecían de las cuentas presentadas al Congreso de los Diputados. Si a esto le añadimos la subida generalizada de impuestos y que a todos nos iba a costar más llenar el depósito, podemos concluir que eran unos presupuestos malos para Córdoba. 

Además, su rechazo en el Congreso y la posterior convocatoria de elecciones es lo mejor que le podía pasar a este país, necesitado de poner fin a la agonía provocada por un gobierno débil, en franca minoría y necesitado de los apoyos de independentistas, populistas y filoetarras para sustentarse en el poder. Esta legislatura debió acabar con la sentencia de la Gürtel, cuando se declaró probado que el Sr. Rajoy y el Partido Popular acudían dopados a las elecciones, con campañas millonarias pagadas con el dinero de las mordidas de la obra pública. Pero el Sr. Rajoy no quiso dimitir, entregó el país a Sánchez, en la antepenúltima felonía protagonizada por el bipartidismo rancio y casposo. La última, precisamente, ha consistido en la devolución del favor: el Psoe votando con el PP para que Rajoy no tuviera que comparecer en la Comisión de investigación de la financiación del PP en el Congreso, de la que formo parte. Yo estuve presente en esa bochornosa votación. Vergonzosas prácticas que durante 40 años de democracia han dado alas a los independentistas, que no se identificaban con una España corrupta y de la que empezaron a querer separarse, así como a los populistas, cuya solución a los problemas de la democracia no es aplicar las reformas necesarias, sino directamente acabar con nuestra democracia.

Con el rechazo a los Presupuestos gana Córdoba y gana España. Con las elecciones, ganamos todos, que podremos elegir y votar por un país libre de hipotecas nacionalistas y populistas.