Opinión

Orgullo ciudadano

Llevábamos sombreros y abanicos arcoíris, globos y camisetas naranjas, y bailábamos al ritmo de canciones ochenteras que marcaba una Charanga. Nos unimos a la marcha del Orgullo LGTBI en la Glorieta de Carlos V, con un ambiente festivo y alegre.

El espejismo no tardó mucho en desmoronarse. Apenas recorrimos 400 metros entre insultos, amenazas, lluvia de objetos y líquidos que prefiero no identificar. Me golpearon en la cabeza con una botella medio llena, y en el brazo con un hielo macizo, sin consecuencias. Otros compañeros tuvieron peor suerte: un chico joven tuvo un ataque de ansiedad, una señora mayor fue empujada obscenamente, y hubo peores golpes.

Nos cortaron el paso, no nos permitieron avanzar. Nos rodearon durante más de dos horas y fueron estrechando el círculo peligrosamente. La lluvia de objetos y sustancias no cesaba, ni los insultos, ni las amenazas. Seré sincero: entre que te arrojen plástico, hielo y latas vacías, y que te arrojen vidrio o piedras hay una línea de separación muy fina, y ése era mi mayor temor.

Orgullo ciudadano

Por suerte, primero la intervención de la Policía Municipal y después de la Nacional, con un rápido dispositivo, pudo sacarnos de allí y escoltarnos hasta el cercano Congreso de los Diputados. Ése fue el momento más duro, caminando todavía entre insultos consolando a nuestros compañeros de Cs LGTBI, excluidos de la manera más injusta por los intolerantes y los sectarios violentos de la que siempre ha sido su fiesta.

Es una gran pérdida de calidad democrática que se impida el derecho de manifestación a unas personas por su color político, sobretodo a un partido que tanto ha luchado por los derechos LGTBI, precisamente en la Comunidad de Madrid. 

El que algunos artículos de opinión y tertulianos lo celebren y justifiquen la violencia que sufrimos en los inexistentes pactos de gobierno con Vox (y a los todavía calientes insultos de Vox a Rivera me remito), es sencillamente repugnante. Este partido jamás ha permitido ni dará un paso atrás en la defensa de los derechos LGTBI.

Pero lo que es intolerable es la irresponsabilidad del Ministro del Interior, el Sr. Grande Marlaska, señalándonos con sus declaraciones previa y directamente, llamando a que nuestra acción política “debe tener consecuencias”. 

Pues las tuvo, Sr. Ministro, y fueron impropias e intolerables en una democracia como la nuestra. Sus declaraciones incitando al odio le inhabilitan para seguir en su cargo, si tuviera algo de dignidad dimitiría y pediría perdón a Cs LGTBI. No eran ustedes el Gobierno de la Dignidad?

La dignidad es poder pasear libremente por cualquier pueblo de España. La dignidad es poder disfrutar como cualquiera de los espacios públicos. Es poder participar de reivindicaciones como el feminismo o el Orgullo LGTBI, que no son patrimonio de ninguna ideología ni de ningún partido. Qué clase de movimiento transversal sería aquél que pretende excluir a media España?

La dignidad y valentía es la que demostraron ayer Inés Arrimadas, Rocío Ruiz, mis compañeras y compañeros del Congreso, y todos los afiliados y simpatizantes de Ciudadanos que estuvieron en el Orgullo. La que demostramos siempre que hay que defender la libertad y la igualdad. Iremos donde sea necesario, las veces que haga falta. Este partido liberal, progresista y de centro, es ahora más necesario que nunca. Ahora que dirigentes mediocres e imprudentes pretenden resucitar las dos españas y dividirnos. 

No lo permitiremos. #AlOrgulloIremos