Los handicaps de las enfermedades raras

El Deutchbank ha recibido ya tres denuncias en Urbanismo por ser un edificio inaccesible

Ana González, presidenta de la Asociación Andaluza de Postpolio, ha evaluado otros edificios de difícil acceso en silla de ruedas como la Biblioteca de Lepanto o Hacienda y han suspendido la prueba
El escalón del Deustche Bank
photo_camera El escalón del Deustche Bank que amarga la vida a Ana González

Ana González es la presidenta de la Asociación Andaluza de Postpolio y actúa como vocal de Accesibilidad en la junta directiva de la Asociación de Vecinos San Lorenzo Existe. Desde hace tiempo ha estado evaluando la accesibilidad de algunos edificios de la ciudad, especialmente los públicos, y hay uno que se lleva la palma en suspenso.

Se trata de la entrada a la oficina del Deutchbank, en la calle Concepción, donde un impertinente y permanente escalón le impide entrar dentro. "Hemos vuelto a poner otra denuncia, y van tres, en Urbanismo por esa situación, rellenando hojas de reclamación desde hace más de dos años", se lamenta.

Más de uno podría pensar que alguien de dentro podría ayudar a esta mujer a subir el coche sobre el que se desplaza, pero sería una labor del todo inútil. Ella misma reconoce que pesa en exceso, pero es que el vehículo suyo supera el centenar de kilos.

¿La solución para que esta sucursal única en Córdoba del Deutchbank la atienda? Sale un empleado del banco, "el director no se digna a salir", y todos los trámites que sean necesarios se han en la calle y a la vista de todo el mundo. "La Ley de Privacidad se viola sí o sí; tienes que sacar el DNI en la calle, y si, por ejemplo, llegas tú en representación de otras nueve personas por una cuestión de herencia, lo haces todo allí con el riesgo de que se te vuelen los papeles". Por ello, González se pregunta "¿dónde queda la privacidad? ¿Quién defiende la Ley de Privacidad?".

No es el único edificio que no supera la prueba de la silla. Es el caso de Hacienda. Al parecer, las puertas allí son muy complicadas para alguien que se desplaza en silla de ruedas. Y o está el portero para que le abra o se queda esperando a que alguien le haga el favor.

Tampoco es extremadamente accesible la entrada a la Biblioteca Municipal en Lepanto. "El encargado de la Biblioteca me ha dicho alguna vez que aquello es accesible y que dónde estaba el problema; Se ve que ese señor está sano y puede entrar  y salir cuando quiera de donde quiera". En este caso es una situación similar a Hacienda, por la pesadez de las puertas y en el caso de González la enfermedad también le afecta a los brazos, donde tiene poca fuerza.

En ambos casos lo ideal sería que "tuvieran puertas automáticas".