REZA EMILIO JUMA, AUTOR DE 'EL LEGADO DEL PRÍNCIPE DE CACHEMIRA'

"Granada, Córdoba y Sevilla son cunas de cultura en España sólo comparables con pocos sitios en el mundo"

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photo_camera El autor de 'El legado del príncipe de Cachemira', Reza Emilio Juma, en la Cuesta del Bailío FOTOS: JOSÉ ZAMORA ROLDÁN

Esta amena entrevista es un cara a cara entre el escritor canadiense Reza Emilio Juma y la escritora madrileña y directora de La Fundación Alia2 Elena Bragado, donde ambos intercambian reflexiones sobre la última novela del autor, 'El legado del príncipe de Cachemira'. Por cierto, ambos adoran Córdoba, y se nota. 

-Algo que pido a todo el mundo, de manera personal, es que te describas. Ya sabemos muchas cosas, pero, evitando pararnos en estudios, viajes, lugar de residencia o libros publicados, ¿quién es Reza Emilio Juma? ¿Qué hay dentro de él?

Me considero una persona muy privada y bastante introvertida, siempre me ha gustado más escuchar que hablar. He conocido a gente verdaderamente interesante en mi vida que puedo estar horas escuchándoles pero hablar de mí no sabría por dónde empezar. Me defino como un ciudadano del mundo. Nací en Canadá pero me fui de joven a España donde viví la mayor parte de mi vida, casi 15 años, fue la mitad de mi vida. España me influyó bastante en mi carácter, mi forma de ser, mi hábitos, mis opiniones, mis percepciones en como veo el mundo y ahora estamos viendo que hasta en mi forma de escribir. En mis libros se nota un tono muy 'español', no solamente en las expresiones y palabras coloquiales pero también en la manera en que percibo las cosas.

-La madre de Gita (el protagonista de 'El legado del Príncipe de Cachemira') le dice en una ocasión: "La inacción es tu peor enemigo". Tiempo después, Gita le dice a su hijo "los que se quedan quietos no avanzan ni aprenden, se quedan estancados y no tienen nada que aportar". ¿Qué papel crees que juega el miedo a lo nuevo, el miedo a romper con algo, en nuestra toma de decisiones?

En mis viajes he conocido a mucha gente justamente así. Gente que tiene miedo a la vida, que tiene miedo cambiar de trabajo, salir de su país o atreverse a cualquier modificación en sus vidas incluso sabiendo que va a ser para mejor. Creo que por algún motivo esta gente tiene bloqueos y ellos mismos ponen muros y obstáculos en sus vidas. Al no tomar las decisiones en su día cuando tenían la oportunidad se estancan en la monotonía solamente por haber querido aferrarse a 'lo seguro'. Desgraciadamente 'lo seguro' no es lo que te hace crecer. Para estimular las facultades y el crecimiento espiritual, cultural e intelectual es importante viajar y conocer.

"Para estimular las facultades y el crecimiento espiritual, cultural e intelectual es importante viajar y conocer"

-Siguiendo con lo anterior y, aunque la mayoría que nos rodea es 'gente estancada', soy de la opinión de que la sociedad, a nivel mundial, está cambiando, obligada quizá, pero hay una tendencia a la espiritualidad dejando en segundo plano a la religiosidad. En mi opinión esto es bueno ¿qué opinas?

Tú lo has dicho, hay que marcar la clara distinción entre religiosidad y espiritualidad, son cosas muy diferentes. Claro que el mundo está cambiando. La gente cada vez es más espiritual, y no me refiero a ir a la misa simplemente, sino algo más superior, buscar la espiritualidad en sí mismo. Cada vez más hay interés en leer sobre descubrimiento personal, retiros espirituales, yoga, meditación… Son maneras de que la gente se conecte más con su parte más espiritual. Hay gente religiosa que son verdaderos hipócritas quienes desafortunadamente usan la religión como si fuera un medio para justificar sus actos malévolos y hemos visto que, en muchos casos, es la gente más religiosa la más fanática y culpables de autenticas atrocidades. La Iglesia apoyaba las Cruzadas y a regímenes como los nazis y fascistas mientras mataban a millones de personas, los sionistas están matando a mujeres y niños inocentes en Palestina justificando las matanzas con que la tierra es suya según su Antiguo Testamento y los musulmanes fanáticos apedrean a sus propias madres e hijas, porque creen que es lo que dice en el Corán. La gente ve eso y ha habido una reacción por parte de las masas, esa reacción ha sido el cuestionamiento acerca de realmente lo que es espiritual. Las sociedades evolucionan porque la gente cambia y con cada generación somos más curiosos. El autoanálisis es bueno y creo que cuestionar los fundamentos principios que nos han inculcado a lo largo de generaciones no es malo, aunque sea con tu propia religión. 

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-En la novela se habla de damasquinado y filigrana, de cómo llegó a España. ¿Crees que se conoce y valora la riqueza que nos han aportado las diferentes culturas que han vivido en España?

Desde luego la gente lo sabe. España se basa en su originalidad, es lo que le hace lucir, esa mezcla tan bella y fascinante. Sin la huella íbera, fenicia, romana, visigoda o árabe España no sería España. En el tiempo que estuve en España tuve la suerte de conocer todos sus rincones y según mi experiencia personal vi que era más en Andalucía donde la gente estaba más conectada con su pasado. La cultura para el andaluz es bastante importante y la viven de otra manera y por eso hay tantos museos e instituciones en esta materia y gracias a eso son más conscientes de la historia y las diferentes civilizaciones que pasaron por la Península. En mi opinión Granada, Córdoba y Sevilla son las cunas de cultura en España sólo comparables con pocos sitios en el mundo.

-Gita evoluciona en la novela y, como él afirma, el viaje que hace es hacia su interior. Conseguir conocerse a uno mismo es difícil y doloroso pero el resultado es extraordinario. Volvemos otra vez al miedo, este es el motivo que impide a muchísimas personas conocerse. ¿Qué consejo les da Gita y las diferentes personas que conoce en su viaje para superar el vértigo que les supone asomarse a su interior?

Diría que la gente no tenga miedo a la vida. Que salga a descubrir el mundo y que den ese gran salto a la aventura que es su vida.  

-El miedo es una losa que no permite avanzar, porque no permite a uno conocerse y si no se conoce lo que nos hace feliz, nuestras posibilidades y nuestras limitaciones, no podemos afrontar retos. Si no nos conocemos no podemos enfrentar el miedo. ¿Por dónde debe comenzar una persona que quiere salir de este círculo?

Cada uno somos productos de nuestros pasados y de nuestras experiencias. Por suerte era importante para mis padres que yo viajara y que estuviera expuesto a muchas culturas diferentes. Antes de cumplir los 13 años había estado en cuatro continentes. Eso fue un privilegio y gracias a eso soy como soy. Pero, a la vez, soy muy consciente que no todo el mundo puede permitirse ese mismo lujo. Se trata de saltar barreras y muros dentro de las posibilidades de cada uno y para eso hay que quitar los miedos, inseguridades y los estereotipos. Debido a la situación económica en España hay mucha gente que se ha encontrado obligada a salir del país y venir a Latinoamérica y es gracias a esa necesidad que muchos han cambiado sus opiniones erróneas y han superado estereotipos falsos. Esto ha sido muy bueno para muchos españoles a nivel de conciencia.

"Para muchos españoles ha sido bueno a nivel de conciencia viajar a Latinoamérica para buscar trabajo y superar estereotipos falsos"

-Es una novela fascinante, para mentes abiertas. Una historia donde el erotismo y la religión están presentes a lo largo de sus 440 páginas. ¿En qué momento crees que se encuentran las tres grandes religiones? ¿Crees que muchos de los prejuicios que tienen hacia las demás pueden venir causados por la omisión voluntaria a lo largo de la Historia de detalles tan importantes como que las tres tienen el mismo origen?

La religión en muchos casos puede resultar en la prepotencia. Con toda tu alma quieres creer que tu religión es la correcta y tu dios es el verdadero, pero para convencerte de eso tienes que primero creer que los demás están equivocados y allí viene el problema. La religión sirve para tener la conciencia tranquila y saber que estás con los ganadores, los que van a ir al Paraíso, como si fuera un club exclusivo. Me parece muy sesgado cuando la gente predica sobre su religión en zonas del mundo que confiesan otras religiones. No entiendo cómo pueden tener la desfachatez de intentar convencer a gente inocente de que sus dioses son malos o que no son validos y todo lo que han creído a lo largo de generaciones está equivocado y de repente vienen ellos a salvarlos del infierno. Por eso la religión tiene que ser algo privado. Deja a la gente creer en lo que quieran. Respétame y yo te respeto a ti.

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-Como escritora apasionada por la cultura Andalusí y fiel defensora de la riqueza que viene de la diversidad, creo que en España seguimos pensando que los musulmanes fueron un pueblo invasor y, en cambio los romanos no. Recordemos el hecho de que los musulmanes estuvieron en Al-Andalus desde el 929 hasta el 1492, hemos tenido reyes, califas, sultanes, nacidos en España, como Abderramán III en Córdoba y Muley Hacén en Granada, que son invasores y, en cambio reyes de León, Navarra, Zaragoza, Castilla que no aportaron más que guerras y conspiraciones, son considerados héroes. Hemos tenido un general español y musulmán llamado el Zagal, invencible en las batallas, y resulta que el héroe fue Rodrigo Díaz de Vivar o Gonzalo Fernández de Córdoba. ¿Crees que los autores tenemos la obligación de contar muchas cosas que a los historiadores no se les permite mostrar?

Estudié Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la universidad con un enfoque especial en la historia y me considero como un historiador. Creo que los historiadores tenemos la obligación de contar todos los hechos y detalles y no sólo un punto de vista. La historia se puede estudiar desde muchas perspectivas, no solo de una, hay que saber todos los hechos y luego decidir cuál te convence. Sobre  España estoy de acuerdo contigo, los ganadores escribieron la historia. El cristianismo no llegó a España hasta la entrada de los visigodos, un pueblo bárbaro del interior de Europa, que llegó en el siglo V bajo mandato romano para controlar la Península Ibérica. Fueron como invasores y exterminaban las poblaciones locales de suevos, alanos o vándalos. Conforme iban creciendo en número y poder se iba extendiendo el Cristianismo por toda la Península. De hecho, la edad más oscura de la historia de España fue en los siglos VI y VII donde había pobreza extrema, hambruna y enfermedades rampantes y todo bajo un sistema feudal donde se enriquecían los terratenientes a costa de la esclavización de las poblaciones. Cuando llegó el Islam, 150 años después, que son apenas dos generaciones, los mismos locales se convertían en masas. Históricamente no hay incidencias de batallas o violencia, porque las conversiones fueron voluntarias. El Islam, entonces, era una religión que se basaba en la igualdad y no había rangos ni castas, todos nacían iguales y todos tenían los mismos derechos y privilegios hasta los mismos visigodos cristianos. Había otros muchos miles que vivían en las costumbres islámicas pero mantenían su fe cristiana y disfrutaban los mismos derechos que los musulmanes sin discriminación igual que los judíos que eran los privilegiados para la familia califal. Durante la mayoría del apogeo andalusí más de la mitad de la población eran mozárabes, o sea, cristianos, duraron 700 años hasta la caída de Granada en 1492 y fueron arrojados al fuego por los Reyes Católicos por ser traidores. Ni soy cristiano ni musulmán y no tengo la intención de defender a ninguno, pero la gente está muy equivocada cuando piensan en lo que representaba al-Ándalus: era tan cristiano como judío o musulmán. Hasta la Mezquita de Córdoba tiene tanta influencia visigoda o bizantina como árabe. No hay ningún ejemplo en toda la historia del mundo de una sociedad tan civilizada donde estas tres religiones convivían en una armonía perfecta con el único objetivo de avances en ciencias y artes. Desde luego ese legado sin precedentes forma una gran parte de la genética del español hoy en día.

"El legado sin precedentes de una Córdoba tan civilizada como la del Califato forma una gran parte de la genética del español hoy en día"

-En la novela hay magia en todas y cada una de sus páginas. ¿Qué es para ti la Magia?

Todos poseemos magia, se llama la imaginación. 

-Córdoba para mí es especial, no en vano está presente en todas mis novelas. Cierra los ojos un momento y dime ¿qué es Córdoba para ti?

Su historia califal, cuando era la ciudad más avanzada que el mundo ha conocido; su judería con balcones llenos de macetas azules y paredes blancas revestidas de flores y el perfume del jazmín que te invoca nada más adentrarte por sus calles serpentinas y adoquinadas; el majestuoso Guadalquivir dominado por la Mezquita, el monumento más místico que he conocido en toda mi vida. Mi alma siente una verdadera paz bajo su bosque de arcos. Córdoba es un lugar muy especial para mí, suficientemente para dedicarle una novela entera de casi 500 páginas. 

-A mí me pasa que cuando termino una novela me cuesta decir “hasta luego” a algunos personajes. ¿Echas de menos a tus personajes tú? ¿A Gita?

No le echo de menos, pero reconozco que me emocionaba con algunas escenas y cosas que tuvo que durar en el viaje de la India a Córdoba. Hasta me sorprendió a mí mismo con la imaginación que tuve durante el tiempo que escribía y la intensidad de algunas escenas. El protagonista sufrió mucho y sufrí junto con él. Soy partidario de que el escritor tiene que vivir estas emociones junto con sus personajes para poder sacar la máxima creatividad en su obra. En esta novela he podido tocar muchas cuerdas emocionales hasta las más sensibles.

"Córdoba es un lugar muy especial para mí, suficientemente para dedicarle una novela entera de casi 500 páginas"

-Vives fuera de España. ¿Cómo ves que se trata la cultura española desde fuera?

La verdad es que la gente no sabe mucho, ya que la gran influencia en esta parte del mundo es la estadounidense. Igual que hay mucha ignorancia en España sobre los latinoamericanos, hay ignorancia aquí sobre los españoles. Desafortunadamente, la percepción que muchos tienen del español es de elitista, muy católico, prepotente y cerrado de mente. Mi experiencia en España fue todo lo contrario y la gente más cálida y abierta que he conocido son los españoles, sobre todo los andaluces. Lo tomo como un deber mío explicarles a la gente cómo son los españoles de verdad.   

-¿Estás trabajando en un nuevo libro?

En marzo pasado terminé mi siguiente novela que se llama 'La trapecista'. Es de otro género, de suspense, como una especie de thriller psicológico. Se trata de un chico que se enamora de una trapecista. Es hijo de padres españoles que huyeron de España durante el franquismo y acabaron en México. La novela lleva varios meses en ‘standby’ y estoy negociando entre varias editoriales y ayuntamientos que quieren participar en la edición de la obra. No tengo prisa para nada, así aprovecho para seguir de momento promocionando ‘El legado del príncipe de Cachemira’, que tiene mucha más vida todavía antes de jubilarlo.

Para más información, www.rezaemiliojuma.com

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