Desde hace años los vecinos del barrio de El Naranjo y sus alrededores viven con miedo las altas velocidades a la que circulan los vehículos por el tramo de carretera que conecta el Puente de la paralizada Ronda Norte, en la rotonda de Madres Escolapias, con el Puente Nuevo de conexión entre el Parque de La Asomadilla y Mirabueno, con "numerosos accidentes" que acaban arrastrando la escasa señalización de la que se dispone en esa calle.
Según Tati Gaitán, vecina de la zona y que lleva tiempo intentando que el Ayuntamiento resuelva este problema de circulación, uno de los últimos accidentes llegó, incluso, a arrastrar una farola y la única señal que indicaba la existencia de un paso de peatones, por el que transcurren niños de camino al colegio.
En ese mismo golpe se arrancaron de cuajo la señal y la propia farola y, posteriormente, el vehículo acabó colisionando con la valla que delimita el acerado con el Parque de la Asomadilla. En el suelo, tanto del acerado como del asfalta, todavía están frescas las huellas del frenazo que se vio obligado a realizar la persona que lo conducía.
Los vecinos, hartos de la situación, se están movilizando por redes sociales, especialmente a través de Facebook, realizando recogida de firmas para que les den alguna solución.
"Por esa zona no sólo transitan vehículos como ellos creen, también nos movemos los peatones y la verdad es que tenemos miedo", explica Tati Gaitán.
Así, demandan, a ser posible antes de que comiencen de nuevo las obras de la Ronda Norte, la colocación de señalización que delimite la velocidad permitida y algún que oro tipo de control que regule la velocidad a la que se circule. "Pedimos medidas, por favor, que no tengamos que lamentar que se lleven por delante a un niño, un anciano, o a cualquier otro ciudadano de a pie".
