Para luchar contra la competencia desleal

Los primeros cincuenta peluqueros cordobeses reciben su sello de calidad

Gregorio Porras alerta del hecho de que ahora haya más salones de peluquería que antes de la crisis sin que se haya recuperado el empleo

CECO pelucqueros
photo_camera Entrega en CECO de los sellos de calidad a los peluqueros cordobeses

Los cincuenta primeros negocios de peluquería y salones de estética de Córdoba han recibido esta mañana el sello de calidad de manos de la Unión de Empresarios de Peluquería y Estética (Uepeco), avalado por la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO), para destacar en este tipo de negocios los que cumplen con la legalidad de los llamados 'piratas'.

El presidente de la Unión, Gregorio Porras, ha recordado esta mañana que el sello se creó este mismo año por vez primera en España y es hoy cuando se reparten los sellos físicos que se ubicarán en los establecimientos. "Tendrán que ser renovados cada año con una revisión también anual de toda la documentación", ha indicado.

Para Antonio Díaz, presidente de CECO, el sello"es una garantía de que el servicio va a ser de primera y con toda la seguridad jurídica que la profesión merece" y ha recordado cuáles son los requisitos para contar con él,  y que tienen que ver con el consumo y con todos los derechos del consumidor, que es con quien se adquiere n compromiso pleno de legalidad y calidad en el servicio. Así, por ejemplo, hay que contar previamente con una licencia de apertura, el seguro de responsabilidad civilizara cubrir cualquier prohibe lesión con un cliente, el cumplimiento con la Ley de Protección de Datos, la prevención de riesgos laborales, la verificación de estar dado de alta en autónomos, estar al corriente en el pago al Seguridad Social, señalización de salidas de emergencia y extintores en el establecimiento o tener la documentación obligatoria expuesta al público.

El intrusismo alcanza el 15% en la ciudad y el 60% a nivel provincial

Porras, entre tanto, ha recordado que el sello no sólo garantiza al consumidor, sino que protege en cierto modo al empresario, en el sentido de que en la actualidad existe una competencia desleal por parte de un elevado de número de locales (entre el 10 y 15% en la capital, mientras que en la provincia supera el 60%) que no cumplen con la normativa ni aportan a la sociedad ni tienen cubiertos los derechos de los trabajadores, demás de tener que soportar unos costes excesivamente elevados.

Según el presidente de la Uepeco, con este sello el consumidor tiene la seguridad de tener a mano cualquier información Lara y pública que requiera, y que igualmente podrá comprobar en una página web que sus derechos van a estar cubiertos en un salón que paga sus impuestos.

Precisamente, una de las quejas principales del sector es el 21% que paga de IVA (las empresas legales, claro está) y que lastra a los peluqueros, que lo llevan "pasando muy mal desde septiembre 2012". Según Porras, en el plazo de un año a partir de esa fecha se cerraron en España alrededor de 12.000 salones de peluquería, con la destrucción de 30.000 puestos de trabajo. De ellos, más de un centenar son cordobeses, con entre 350 y 450 empleos destruidos. "Es un sector que no acaba de recuperarse, a pesar de que la economía ha ido a mejor se debe a la carga de impuesto que soporta y a la competencia desleal, que genera una guerra de precios sin cubrir las garantías del consumidor".

"Hay más salones de peluquería que antes de la crisis, pero no se ha recuperado el empleo perdido"

En este sentido, Gregorio Porras ha recordado que por cada salón de peluquería cerrado se destruyeron de media 2,5 empleos y paradójicamente "hoy hay más salones de peluquería que antes de la crisis, lo que significa que hay auto empleo y no siempre con garantías, pero no se ha recuperado el empleo perdido".

Las franquicias repartidas por toda la ciudad a precios irrisorios (low-cost) sólo pueden funcionar recortan costes en elementos claves. Porras ha señalado que de los costes de producción en los salones de peluquería, el 50% es personal, el 15% es producto y el 21% es IVA. "Son los tres grandes pilares donde se pueden tocar para bajar los precios y los clandestinos, que están generando mucho daño, ofrecen un servicio deficiente con empleos de pésima calidad y en condiciones malas". Porras ha puesto de ejemplo el hecho de que "no se puede cobrar algo por debajo del coste de producción y si se hace es porque muchas veces va en detrimento o del consumidor o del empleo.