Opinión

Edición genética o la importancia de la ciencia básica

El lunes 2 de Octubre se anunciarán los Premios Nobel de Fisiología y Medicina, el día 3 los de Física y el 4 los de Química. Puede que tanto en química como en fisiología y medicina, uno de los premios sea para un español, el Dr. Francisco Juan (Francis) Martínez Mójica. El Dr. Mojica, es un investigador español especializado en microbiología y titular del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante. Y se preguntarán ustedes qué es lo que ha hecho el Dr. Mojica para poder optar a dicho premio. Pues, lo que sabe hacer, estudiar los microorganismos.

Pero estudiando los más minúsculos organismos vivos que pueblan los rincones más inhóspitos de nuestro planeta el Dr. Mojica descubrió un mecanismo molecular que hoy nos permite poder modificar la información genética de otros muchos organismos, incluidos los mamíferos y las células humanas, a voluntad. En pocas palabras, el Dr. Mojica intentaba descubrir cómo sobreviven los organismos vivos en situaciones donde es prácticamente imposible pensar que haya vida y descubrió unos mecanismos que ahora podemos usar en nuestro beneficio. Es el ejemplo más palpable de la importancia que tiene la investigación en ciencia básica y el potencial que tiene para nuevos descubrimientos.

La historia del Dr. Mojica la pueden encontrar en un excelente artículo de Eric S. Lander, del Instituto Tecnológico de Massachussets publicado hace casi dos años en la revista Cell. El Dr. Mojica desarrolló su investigación en el puerto de Santa Pola, en la Costa Blanca del Mediterráneo español. En esta costa hay salinas en las que viven microorganismos como Haloferax mediterranei, una bacteria del grupo de las arqueas (bacterias de las más antiguas del planeta y que viven en ambientes totalmente inhóspitos) encontrando que esta bacteria presentaba curiosas modificaciones en su ADN. Siguió estudiando otra especie muy cercana, Haloferax volcanii y otras especies diferentes. Lo que descubrió el Dr. Mojica es que ocurría algo en el ADN de las bacterias que debía ser importante para su supervivencia ya que múltiples especies muy diferentes presentaban la misma peculiaridad.

Esa peculiaridad consistía en unas pequeñas repeticiones palindrómicas (perdón por el tecnicismo, como si fuesen un espejo) en el ADN bacteriano. A esto se le llamó posteriormente CRISPR. A pesar de encontrar estas estructuras en muchas bacterias, algunas patógenas como la que causa la tuberculosis o la peste, se tardó tiempo en encontrar un sentido a estas estructuras. Y cuando descubrió el sentido dio paso a uno de los mayores avances en la Biología Molecular en los últimos tiempos.

Estos pequeños organismos también tienen sus patógenos en forma de virus llamados generalmente bacteriófagos. El Dr. Mojica llegó a la conclusión de que estas modificaciones en el ADN de las bacterias tenían que ver con un mecanismo de adaptación para protegerse de las infecciones de los virus. Y ahí estaba la importancia, era un mecanismo nunca descrito, nunca descubierto, nunca publicado. Lo malo es que le costó mucho publicarlo ya que ni en Nature, ni en PNAS, ni en Molecular Microbiology and Nucleic Acid Research, las más prestigiosas revistas del ámbito, lo aceptaron para publicarlo por diferentes razones, algunas poco científicas.

Pero él perseveró y, al final consiguió publicarlo en el Journal of Molecular Evolution y así nació el sistema CRISPR/Cas9 el 1 de Febrero de 2005. Curiosamente el mismo problema tuvo un investigador francés, el Dr. Vergnaud en París más o menos por el mismo tiempo y su descubrimiento pasó más o menos por las mismas revistas hasta publicar su descubrimiento un mes después que el Dr. Mojica, en Marzo de 2005.

Lo que le pasó al Dr. Mojica y al Dr. Vergnaud no es extraño en ciencia ya que los editores de las revistas suelen ser o muy generosos con ideas en las que creen o muy poco visionarios en aquello que no creen. De hecho, otra gran investigadora, Lynn Margulis, que descubrió el origen de las mitocondrias de nuestras células, también tardó en publicar su descubrimiento en su época. Pero la cosa va así, tienes que ser perseverante cuando has descubierto algo en lo que crees, tienes pruebas y puedes demostrar, aunque las revistas científicas te critiquen por lo uno, por lo otro o por cualquier cosa que se les ocurra.

Y ustedes pensarán, ¿esto qué tiene que ver con la medicina o con la química? El mecanismo que descubrió el Dr. Mojica es un mecanismo que se ha conseguido utilizar para poder modificar los genes a voluntad de otras especies, incluida la humana. Con este mecanismo podemos introducir cambios en los genes para eliminar mutaciones que se hayan producido en unas células o para inducir mutaciones en otras y así poder estudiar enfermedades humanas relacionadas con estas mutaciones. Este procedimiento puede revolucionar la medicina del futuro.

De hecho, el pasado 15 de agosto de 2017 el Dr. Mojica junto con otros tres investigadores recibió el Albany Medical Center Prize, considerado el galardón más importante en el campo de la investigación médica en Estados Unidos. El galardón fue en la categoría de Medicina e Investigación Biomédica, por sus contribuciones al desarrollo del sistema CRISPR/Cas9 y lo compartió con Emmanuelle Charpentier, Jennifer Doudna, Luciano Marraffini y Feng Zhang, otros investigadores implicados en el desarrollo de este sistema.

La historia del Dr. Mojica es la historia habitual de un científico que sigue profundizando en sus estudios día a día, año tras año, persiguiendo conocer aquello que es nuevo, que no ha sido descrito, que no se conoce y que aún no tiene explicación. Como científico, tal vez lo que hagas no quede más que en artículos o en libros que solo leerán los expertos en tu tema o puede que descubras algo que consiga tirar de un hilo que tirando y tirando llegue a un descubrimiento importante. Como por ejemplo el de CRISPR/Cas9 que, por otro lado, puede que acabe concediendo el Nobel a quienes usaron el conocimiento conseguido por el Dr. Mojica, lo desarrollaron posteriormente y lo patentaron y no se le reconozca el mérito a él. Curiosidades de la ciencia.

La importancia de la ciencia básica queda patente en este descubrimiento. Sin conseguir nuevos conocimientos no se pueden buscar nuevas aplicaciones. Es algo muy simple de entender, menos para nuestros políticos que están empeñados en la ciencia aplicada y parecen haber olvidado la importancia de la ciencia básica. O, peor aún, ni siquiera conocen la importancia del conocimiento y el descubrimiento; de aprender cosas nuevas. Y escribiendo esto me llega a la memoria un discurso de Sarah Palin, candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos con John McCain, sobre la inversión en investigación y las moscas de la fruta (Fruit Flies) y su opinión sobre la ausencia de necesidad de invertir dinero público en la investigación en estos animalitos.

Obviamente desconocía que la investigación en estos animalitos y en otros muchos modelos científicos aporta información sobre cómo nos desarrollamos los seres humanos, cómo evolucionan nuestras enfermedades y cómo se pueden tratar. Obviamente, la miopía científica de esta señora era muy palpable para muchos científicos aunque no parecía así a quienes la aplaudían con fervor. Pensando en lo que ha pasado posteriormente en ese país, no me extraña, la verdad.

Estos son momentos oscuros para la ciencia en los que los científicos son despedidos de los centros de investigación porque a nuestros políticos se les ha olvidado hacer su trabajo en el parlamento o porque a nuestros parlamentarios no les importa mucho la ciencia o están en otras cosas más “importantes” como abroncarse los unos a los otros. Pero incluso en estos críticos momentos, en los que la ciencia española está quedándose de nuevo relegada frente a nuestros vecinos por la falta de financiación, hay científicos que siguen poco a poco, paso a paso, creando conocimiento, buscando cosas nuevas y, casi con seguridad, sembrando los avances del futuro no muy lejano.

Lástima que parezca que eso no es interesante porque no es de aplicación inmediata, a algún editor no le parece suficientemente de impacto o a los administradores de la ciencia no les interese hacer el esfuerzo de invertir en ciencia en este país. Esperemos que la cosa cambie y no tarde mucho porque de no ser así, nuestras posibilidades de crecer como país en el futuro serán cada vez menores.