entrevista a rafael del castillo, profesor y militante de stop desahucios

"En Córdoba hay pobreza y he intentado que los recursos no los adjudique una hoja de cálculo sino un trabajador social que conoce las necesidades de las familias"

RAFA DEL CASTILLO 9
photo_camera Rafael del Castillo posa de nuevo para Córdoba Hoy

Un barcelonés 'descatolizado' por los Salesianos, congregación en la que estudió en Barcelona y donde descubrió que la fe sólo era un regalo y que la lucha por los derechos sociales, sobre todo, los más vulnerables, era lo más importante. "El carisma de Don Bosco tuvo mucho que ver en mis ideas de izquierdas y, en parte, puede decirse que me empujó en cierta manera para mis experiencias como cooperante en Guatemala y Cuba". Éste es Rafael del Castillo (Barcelona, 1967) hijo de emigrantes cordobeses en Barcelona, informático de carrera y de nuevo profesor de Informática de "la Pública" -de los de plaza fija lograda por oposición- por accidente; la Guerra de Kuwait paralizó su entrada a una gran multinacional de las finanzas.

No puede entender que la gente cristiana sea de derechas y se basa en la parábola del Nuevo Testamento que dice que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que un rico en el Reino de Dios.

En Stop Desahucios conoció historias tan desgarradoras que lo movieron a militar en Izquierda Unida y de ahí, ser elegido para la representación institucional que ha dejado, con todo el cariño de sus compañeros municipales, para volver a las aulas donde se siente cómodo. Sin embargo, su activismo en causas de justicia social no lo dejará nunca hasta que, al menos, se consiga la renta básica municipal, su asignatura pendiente en el Ayuntamiento de Córdoba donde se ha topado de bruces con la burocracia y la política institucional, dos gigantes que finalmente han podido con él.

Inicialmente, tuvo reparos en esta entrevista. "No quiero más polémica sobre mi marcha". Pero después, accedió a un desayuno con sendos zumos de naranja naturales en la conocida como la plaza de 'Topi', precisamente, a cinco minutos del colegio Salesiano de Córdoba donde habló y habló de su experiencia como cooperante en la oenegé Maizca, en cuya fundación participó y que lo llevó a conocer Guatemala en un proyecto de desarrollo rural en su época de juventud.

RAFA DEL CASTILLO 4

Los comunistas tienen un discurso que parece más bucólico y romántico que real; una revolución del pueblo que acabe con el capitalismo y que instaure un modelo de sociedad justo.

Para mí, la revolución no consiste en ir a la guerra; es una evolución rápida. Gandhi no hizo una revolución violenta. Esto hace falta porque hay mucha gente que lo pasa mal fruto de esta estafa que llaman crisis, donde al final los pobres son más pobres y los ricos son más ricos. Está claro que el modelo productivo hay que replanteárselo desde una óptica democrática y sí que se puede hacer. Hay economistas que ya tienen las claves; no es necesario coger el sable y liarse a cortar cabezas. Para eso hace falta conciencia, formación y acabar con la indefensión aprendida de que haga lo que haga no podemos cambiar las cosas.

"Para mí, la revolución no consiste en ir a la guerra; es una evolución rápida"

¿Stop Desahucios es un ejemplo de esa lucha pacífica contra el sistema?

Claro que sí. Stop Desahucios funciona así; cuando una familia llega se le dice que va a luchar por el problema de todas las familias; la reivindicación pacífica del derecho a la vivienda. La plataforma ha sido catalizadora para lograr que el Ayuntamiento de Córdoba, como los funcionarios de las oficinas de la Junta de Andalucía o la Fiscalía, sean capaces de ponerse de acuerdo para velar por este derecho. Y es que el caso de Córdoba es paradigmático como referente de la capacidad de ponerse de acuerdo por un bien común. Ha conseguido impregnar a las instituciones del sentimiento y compromiso de luchar por viviendas dignas y de ahí los resultados. Pero ojo, todavía hay mucho por hacer. En Córdoba pasa algo especial y la raíz es Stop Desahucios.

RAFA DEL CASTILLO 2

¿Y no es un poco injusto para quienes sí llegan a fin de mes pagando sus hipotecas, asfixiadas, pero pagando por la vivienda en la que viven?

No se puede olvidar que quien es echado de su vivienda por no pagar quiere hacer frente a los pagos, pero no tiene recursos porque los han echado del trabajo. Hay familias que han dejado de comer para pagar sus hipotecas, porque se lo decía el banco. Además, la vivienda en este país es un derecho y hay que exigir a las administraciones que velen por que así lo sea. Si una familia no puede pagar por estar en paro hay que exigir que se le ayude hasta que se le solucione la situación. En Stop Desahucios hay muchas familias que nunca hubieran pensado que les iba a pasar a ellos y que les da vergüenza pedir comida en sus centros de barrio.

"La vivienda en este país es un derecho y hay que exigir a las administraciones que velen por que así lo sea"

Pero si 'papá Estado' le paga la vivienda a quien se queda sin trabajo, ¿no estamos ante un Estado asistencialista que, en el fondo, como ocurre, la vulnerabilidad social se solventa con ayudas de 400 euros que no son nada más que parches y no abordan el fondo de la cuestión?

Los servicios sociales de hoy son asistencialistas que acaban generando una red clientelar perjudicial para los propios beneficiarios. Hay que apostar por unos servicios sociales comunitarios con intervenciones familiares, programas de prevención, intervención educativa, itinerarios de intervención social. Pero para eso hace falta inversión. Más trabajadores y educadores sociales de los que hay, garantizar más derechos sociales y dar una respuesta diferente que la que se ha dado con la crisis recortando presupuestos cuando lo que se debía haber hecho es reforzar este área que al final es el cajón de sastre de todas las políticas; de Vivienda, de Sanidad, de Educación... La crisis ha quemado a los profesionales del área que no dan abasto para realizar su trabajo, porque el 80% de su tiempo lo pierden en gestiones burocráticas y están desbordados, porque quieren echar una mano a las familias, pero se encuentran que sólo pueden dar un recurso asistencial por la carga burocrática tan grande y no pueden desempeñar el trabajo para el que se han formado.

Bueno, burocracia que, más que una herramienta para llevar a cabo políticas, a veces es más bien un obstáculo para conseguir un derecho. ¿Cuánta gente se queda sin ayuda por no tener uno sólo de los requisitos que se piden?

Totalmente. Hay que confiar más en el criterio de los trabajadores y educadores sociales que trabajan directamente con las familias. A la gente de mi área siempre les decía que las decisiones sobre las intervenciones con las personas no las puede tomar una hoja de cálculo. Tenemos que escuchar más a los trabajadores sociales que han sido formados para eso, tienen experiencia; ellos son quienes saben lo que necesitan verdaderamente las familias a quienes atienden. La hoja de cálculo te puede servir de referencia, como datos, pero no puede ser un programa el que decida si una familia se queda sin comer o sin vivienda porque hay circunstancias que no son medibles. No puede servir el mismo procedimiento para instalar una señal de tráfico que para lograr acreditar el estado de dependencia de una persona. Las administraciones tienen que humanizarse, porque no tratan con elementos, con números, sino con personas.

RAFA DEL CASTILLO 10

¿Alguna situación frustrante en este sentido que haya vivido?

En tema de infancia, de absentismo escolar, los procedimientos son muy lentos desde que tenemos conocimiento de que un niño no va al cole hasta que se lleva a cabo la intervención pueden pasar meses porque se trata de competencias municipales y autonómicas. Además, faltan medios y personal para que se lleven a cabo.

"Tenemos el programa 'Housing First' con el que hay 20 pisos concedidos a personas sin hogar"

Le apunto otra cosa más. ¿Por qué cada vez que uno pasea por la Mezquita hay, frente a patrullas de Policía que buscan maletas sospechosas, mujeres con bebés bajo un sol de justicia o pasando frío en días de lluvia? O ¿por qué D.P., el señor sin hogar que vive bajo los soportales de Cajasur del Bulevar, tiene una hernia que le va a estallar, los pies hinchados y no le operan ni nadie hace nada?

Es muy complicado. Los centros cívicos, sobre todo de barrios más desfavorecidos, están desbordados. Con esto no digo que se tenga que conseguir, hay que denunciar esas situaciones y exigir a las administraciones que se doten los medios necesarios para abordar la situación de las Personas Sin Hogar (PSH). También, rompo una lanza en favor de las oenegés e instituciones humanitarias que cuentan con programas de apoyo para estas personas y también recuerdo la red Co-Habita de todas estas entidades que han elaborado protocolos sanitarios, de requisitos para conseguir pisos. También tenemos el programa 'Housing First' con el que ya hay 20 pisos concedidos a PSH con acompañamiento individualizado en apoyo para desintoxicaciones e inserción social y laboral con una tasa de éxito que ya ronda el 90% cuando la tasa de éxito con este colectivo en albergues está entre el 30%. Antes de marcharme del Ayuntamiento, la previsión era de incorporar otra decena de pisos a este proyecto de autonomía para las PSH, con lo que Córdoba sería la ciudad española con más hogares destinados a este colectivo en situación de vulnerabilidad.

RAFA DEL CASTILLO 9

¿Y eso basta?

No. Me parece insuficiente, porque los presupuestos deberían cubrir las necesidades de los más de 250 personas que viven en la calle por medio de una renta básica y apoyo socioeducativo para autogestión y adquisición de autonomía personal. Hay países, como algunos nórdicos, que tienen modelos de intervención social, así que han logrado que su sociedad tenga garantizada una vida digna.

"Lo que se está haciendo en Las Palmeras es un ejemplo del poder de los vecinos"

En Córdoba también tenemos una experiencia de éxito en Las Palmeras, donde la mayor parte de sus agentes sociales han realizado un Plan Integral para el barrio, liderado por Antonio Fernández 'Chache', y Eugenio Rosa, dos vecinos activistas que han logrado sentar a todas las instituciones que intervienen en los patios para decirles "señores, lleváis años malgastando el dinero; no podéis dar dinero para 70 escuelas de verano y que no haya ni una sola escuela taller, no se apueste por la formación para el empleo ni las infraestructuras", entre otras demandas.

Lo que se está haciendo en Las Palmeras es un ejemplo del poder de los vecinos, de que si hay voluntad se pueden hacer las cosas, de que sólo así se optimizan los recursos de administraciones que tienen competencias solapadas y de que lo importante es el beneficio de las personas destinatarias más allá de intereses de parte. Actuando de esta manera se multiplican los recursos. Pero para eso hace falta priorizar, tener conciencia de las situaciones, despolitizar las acciones sociales. La Administración local es la más directa de las personas, como el médico de familia adonde acudimos, pero que para curarnos hacen falta especialistas que ya son competencia de la Junta o del Estado. Entonces, es muy complejo el propio sistema desde la detección de una enfermedad hasta que se cura. Hay que dar más competencias a las administraciones locales, por lo menos en los Servicios Sociales y además de dotarnos para poder llevarlo a cabo con medios y personal que sean necesarios.

RAFA DEL CASTILLO 6

Claro, pero en caso de que eso fuese posible, cabría el peligro de crear una 'mesa de expertos' donde quienes verdaderamente conocen los problemas se quedan fuera y, al final, estamos en las mismas.

Por eso he resaltado antes la necesidad de contar con los trabajadores, educadores sociales y técnicos municipales que conocen de primera mano a las familias; hay que escucharlos y también escuchar a los vecinos, a los ciudadanos por medio de la participación ciudadana y de los movimientos sociales, espacios de debate, reflexión y búsqueda de alternativas.

"Ya paso a ser un vecino más, militante de IU, activista, padre y esposo"

¿Cuál ha sido su asignatura pendiente en la primera línea política?

Sin duda, la renta básica municipal como han logrado en ciudades como Santiago de Compostela. Porque sólo dando autonomía a la gente se puede lograr que las familias salgan de una situación del vulnerabilidad. Todo ello, por ejemplo, con la puesta en marcha de bonificaciones para que al igual que jubilados o estudiantes se montan en los servicios de transporte públicos con su carné con descuentos, las personas con menos recursos tengan bonificaciones en alimentos pero en puntos de venta habituales, en los comercios de cercanías o supermercados. Que cuenten con itinerarios personalizados llevados a cabo por profesionales de los servicios sociales hasta que logren autogestionarse por ellos mismo. Creo que eso es más que posible tan sólo con voluntad política y ganas de trabajar por los vecinos.

¿Y qué va a hacer a partir de ahora?

Pues yo ya he retomado mis clases como profesor de informática en cuarto de la ESO y en ciclos formativos, actividad que combinaré con mi activismo en Stop Desahucios, de donde nunca me fui, y, sobre todo, me voy a dedicar a mi mujer y a mis hijos, los más perjudicados de mi etapa institucional por el tiempo que les he quitado en estos dos últimos años. Creo que la actividad institucional tiene que tener un límite, no se puede ser político de profesión porque se pierde el contacto con la calle, con la gente y sus problemas reales. Ha sido bonito mientras duró, pero ya paso a ser un vecino más, militante de IU, activista, padre y esposo.

RAFA DEL CASTILLO 8

Más en Gente