Según el texto de ICOMOS

Las condiciones al Estado español para que Medina Azahara sea Patrimonio

Una vez que la labor de la Junta y el Ayuntamiento ha terminado para conseguir la catalogación, le toca el turno al Ejecutivo central

medina azahara obras
photo_camera Actuaciones de mantenimiento en Medina Azahara

En efecto, Icomos, la organización international no gubernamental que trabaja por la conservación de los monumentos y los enclaves en el mundo, ha impuesto una serie de condiciones para que Medina Azahara, quizá la joya más importante de la capital cordobesa para entender a nivel mundial el periodo Omeya por la excelente conservación natural del yacimiento cordobés, pase a ser, con su recomendación directa, Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco.

Icomos Ha evaluado la propuesta de la Junta de Andalucía, con la cordobesa Rosa Aguilar cuando era consejera de Cultura (que ha movido cielo, tierra y mar para conseguirlo) en primera línea de fuego y con el trabajo que ya había realizado el Ayuntamiento de Córdoba para conseguirlo, y le ha gustado. Todo hay que decirlo.

El documento que se ha remitido desde Andalucía, con los parabienes del Ejecutivo central para que aspire a la catalogación de Patrimonio de la Humanidad (siendo la única propuesta del Gobierno español), han sido perfectamente entendidos y han sido capaces de comprender en el seno del colectivo internacional que ese yacimiento, que en caso de conseguir la catalogación pasaría a llamarse 'Ciudad Califal de Medina Azahara', con todas las actuaciones a las que ha sido sometida y el nivel de protección que ya tiene, exalta lo que es una joya universal enmarcada en un entorno que apenas ha sido modificado desde que Abderramán III lo mandó construir en plena Sierra cordobesa, aprovechando las canalizaciones romana existentes para el agua, como único símbolo de su poder como líder, puesto que ocho kilómetros más abajo se erigía lo que fui el auténtico ombligo del mundo del siglo X, con casi 500.000 habitantes en una época en la que congregar en un solo punto a tantas almas era tarea titánica.

Se trata de entender que Córdoba fue en su época lo que Roma durante el apogeo de su Imperio; Persépolis durante una época incluso anterior; Londres en pleno siglo XIX, o, quizá, Nueva York en la actualidad como concepto de ciudad cosmopolita que trasciende, incluso, el país en el que se encuentra físicamente enmarcada.

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Al margen de los motivos por los que el flamante califa de entonces, una vez rompió amarras de Damasco, elevó esa nueva ciudad a sólo ocho kilómetros del entonces centro de mundo conocido, el caso es que se trata de una maravilla arquitectónica, artística y cultural de primer orden. Suficiente como para tener por sí misma una catalogación de protección a nivel universal.

Pero no basta.

Quizá en Córdoba se tenga la mala costumbre de pensar que si algo es suficientemente hermoso, ya por sí sólo se vende. Y es un craso error. Eso es lo que ha llevado durante tanto tiempo a Rosa Aguilar (que como cordobesa sabe lo que es el pensamiento de sus conciudadanos) a luchar, pelear y hacer ver que faltaba mucho por trabajar para que Medina Azahara, la 'joya' cordobesa aislada arriba en la Sierra, pero increíblemente hermosa, acabara destacando a nivel mundial. Y es que ha estado siempre a la sombra de una auténtica rareza universal: La Mezquita-Catedral; una extraña fusión entre confesiones, estilos, artes e historia capaces de abrazarse como gemelos para romper moldes universales.

Medina Azahara ha sabido encandilar a Icomos. Uno de los organismos más complicados de la Unesco. También de los más irritantes para quienes consideran que su patrimonio es intocable, inmejorable e inalienable. Un bien del pueblo cordobés, al que haría falta hacer comprender que eso que hay en la Sierra, tan aparentemente cercano, enlaza directamente con su pasado y puede ser parte de la solución a su futuro.

Por ese motivo hay que tratar de traducir y entender bien la consideración de Icomos (el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) para darse cuenta de que no está todo ganado y de que ahora la pelota esta en el tejado de la Administración central.

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Pues bien. No está todo hecho. Así el punto cuatro de su informe Icomos marca una serie de recomendaciones "al Estado al que forma parte, que tiene que tener en consideración" para que sea inscrita en la lista del Patrimonio Mundial por su valor universal extraordinario recomendado. Y ese Estado, en efecto, es el español.

En primer lugar, según el mismo informe, Icomos plantea una consolidación e incremento de recursos humanos y presupuestarios para la gestión del yacimiento reformando la institución pública Conjunto Arqueológico de Medina Azahara con su experiencia técnica como principal instrumento de gestión del lugar. Para ello "hay que dotarla de una mayor autonomía en su funcionamiento y alentar su participación y una mayor coordinación con otras agencias y partes interesadas". Otro "objetivo necesario" que plantea el organismo internacional a fin de preservar el monumento es la "actualización y aprobación del plan de actuación operativa para Medina Azahara".

Y aunque el bien cuenta con dos instrumentos de planificación con diferentes grados de desarrollo, a saber los programas del Plan de Protección Especial y el Plan Director, Icomos los considera como una base sólida para dar nuevos pasos hacia orientaciones estratégicas "tendentes a garantizar que Medina Azahara continuará bajo protección". O lo que es lo mismo, lo que se ha hecho está bien, pero no es del todo suficiente y se requiere de más garantías.

Visita nocturna a Medina Azahara

Y hay más. Icomos sugiere otras recomendaciones complementarias, que a la postre son igual de importantes que las anteriores. Así, reclama al Ejecutivo central que se asegure una financiación apropiada y oportuna para ese maravilloso bien. Otra condición clara es que hay que precisar el calendario para la puesta en marcha de las medidas que atenúen "los límites" de las construcciones ilegales con los elementos paisajísticos, vegetales y de construcción que hay en su entorno. Lo que ya de por sí implica que se acepta la presencia de esas construcciones, siempre que no destaquen ni llamen la atención, aunque no se admitirá ni una vivienda ilegal más en ese entorno.

Por supuesto, se pide al Gobierno central que se lleve a cabo un seguimiento espacial sobre la zona de Las Pitas "más allá" del Canal del Guadalmellato, donde hay parcelas urbanas que "están siempre vacías", a fin de evitar cualquier desarrollo urbanístico, "o al menos para asegurar que el desarrollo tendrá un impacto mínimo". También se le comunica al Ejecutivo central que hay que mejorar el seguimiento mediante el diseño de indicadores que miden directamente el estado de conservación del bien, además de elaborar en detalle los aspectos de la evolución de la doctrina de conservación y de los criterios en un documento de referencia sobre el yacimiento. Esto quiere decir que entre la Junta y el Gobierno tienen que preparar un documento sobre el futuro del yacimiento.

Por otra parte, Icomos recomienda "poner al día y aprobar el plan operativo para Medina Azahara a fin de asegurar la preservación del bien". Finalmente, y para dejar claro a los Estados que plantean sus propuestas quién está al mando, Icomos sugiere que se modifique el nombre del bien que supuestamente va a recibir la calificación de Patrimonio de la Humanidad, y con "la idea de conservar su nombre histórico", para pasar a ser 'Ciudad califal de Madīnat al-Zahrā'.

Medina Azahara para los cordobeses.

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