Aunque todavía estamos en otoño, los caracoles, esos heraldos primaverales, vuelven a Córdoba. Y, como ocurre con la Navidad, cada vez antes. Será el próximo 21 de febrero, un día antes que en 2018, tal y como han decidido por votación los miembros de la Asociación de Caracoleros Cordobeses.
No es una elección casual, ya que esa inauguración de los puestos del delicioso molusco coincide, como en ediciones anteriores, con el viernes anterior al puente del Día de Andalucía.
La fecha, evidentemente, está a expensas de que el Ayuntamiento le dé su particular y preceptivo visto bueno. Como también tendrá que dar luz verde a la recuperación de la Gran Caracolada, que habitualmente se celebraba en el Mercado de Las Setas, y que en 2020 la Asociación quiere celebrar.
Son ya más de medio siglo ofreciendo a los cordobeses y cordobesas, así como a los numerosos visitantes de la primavera cordobesa, esta tradición de la que los productores, medio en broma medio en seria, empiezan a hablar como el próximo Patrimonio Inmaterial de la Hunanidad. Sería el quinto para Córdoba y todo un reclamo turístico para posicionarse de nuevo en el top de la gastronomía nacional.
