La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el Mapa Estratégico de Ruido de Córdoba, según ha informado la portavoz del gobierno, por IU, Alba Doblas. Este proyecto, que fue anunciado al comienzo de la legislatura ha visto la luz verde casi tres años después debido a un largo proceso de resolución de alegaciones, presentadas principalmente por EQUO-Córdoba. Ya en su día, el portavoz del cogobierno municipal, el socialista, Emilio Aumente, avanzaba que el Mapa de Ruidos tendría como función principal la de orientar al Ayuntamiento sobre las medidas a adoptar en la ciudad para evitar ruidos derivados, principalmente, del tráfico. Aumente, en rueda de prensa de abril de 2016, puso como ejemplo algunos lugares de la ciudad donde el pavimento “es rugoso y produce mucho ruido al rozamiento de un vehículo y si se detecta que ese ruido es excesivo y produce una molestia a los vecinos, lo que habrá que hacer es un tratamiento para bajar el ruido”.
Un año después, en abril de 2017, la delegada de Medio Ambiente, Amparo Pernichi presentó el proyecto del Mapa de Ruido en el que se ofrecían unos datos no muy buenos para la ciudad, y es que según se extraía de un estudio previo, "hasta un 53% de la población pasa las horas de noche con un nivel de ruido por encima de lo tolerable."
Este mapa se elaboró poyándose, entre otras cosas, en la densidad del tráfico por el viario, la actividad industrial o el paso de trenes. A partir de ahí se infieren los datos que ofrece el mapa, pero la conclusión es lógica: por donde pasan más coches hay más ruido, ya que la causa principal del ruido es el tráfico rodado. El estudio no tiene en cuenta el impacto del ocio nocturno.
De ahí resulta que los espacios más ruidosos de la ciudad son precisamente las principales arterias, como Conde de Vallellano, Avenida de Barcelona, Ollerías y, sobre todo, el Vial Norte. Medio Ambiente anunció que se publicaría el mapa completo una vez aprobado en Junta de Gobierno Local.
Ya en enero de 2018 desde Ganemos Córdoba se exigió saber qué había pasado con el nuevo mapa de ruidos encargado por el Ayuntamiento de la capital, ya que, a juicio de la formación, "todo el proceso de licitación ha estado sembrado de errores que perfectamente habrían sido subsanables, pero que al final lo que hay es una condena de indemnización de 40.000 euros a una de las empresas licitadoras del pliego", según declaró portavoz del grupo, Rafael Blázquez.
