CARNAVAL 2018

Andaluces en Madrid, unidos por el Carnaval en Córdoba

Los 18 comparsistas de "Así en tu tierra, como en el cielo", bajo la dirección del cordobés Fran Carrasco, debutaron en Córdoba con una mezcla de responsabilidad e ilusión 

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¿Qué les une a un puñado de andaluces en Madrid? El exilio de su tierra por la falta de empleo y, ya que son más de 18, qué mejor forma de mantener su identidad sureña a ritmo de tres por cuatro. Esta es la esencia de "Así en tu tierra, como en el cielo" la que desde anoche es "la comparsa de Madrid", una agrupación bajo la dirección, desde hace poco, del cordobés Fran Carrasco, afincado en la capital con su pareja desde hace años porque "aquí me fue imposible encontrar empleo". Fran se agarra a la Semana Santa y al Carnaval de Córdoba, tradiciones que vive con pasión a 400 kilómetros, escapándose siempre que puede.

Pero anoche vino acompañado de 40 personas, entre miembros de la comparsa y familiares, que en sus coches, "porque no hay demasiado presupuesto", llegaron a la ciudad de la Mezquita, disfrutaron de una cerveza fresca en El Correo e hicieron su ritual "caminito del Góngora" al más puro estilo carnavalero. Aunque actuaron pasadas las doce de la noche, a las seis de la tarde, los 18 comparsistas y sus parejas, madres y hermanas, ya habían ocupado un bar del Realejo para vestirse, maquillarse y prepararse.

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"Debutar en Córdoba es todo un reto para nosotros que enfrentamos con mucha responsabilidad" explicaba Fran mientras de fondo sonaban punteos de guitarra y algún que otro "qué bastinazo" con acento castellano. El cordobés, que ha aprendido a tocar la caja en tres meses, cuenta que parte del grupo viene de una experiencia anterior en la capital pero que con "Así en la tierra como en le cielo" empezaron en septiembre ensayando tres veces por semana que pronto fueron casi todos los días dedicando cuatro horas de su tiempo, "dos de ensayo en sí y otras dos para los desplazamientos porque ensayamos en Lavapiés". Compaginan su vida laboral y personal con su pasión al Carnaval; "escuchamos todos los concursos; Cádiz, por supuesto, pero seguimos el de Málaga, Huelva y, por supuesto el de Córdoba" donde "admiro a Miguel Amate y a sus grupos, pero también a Javi Lonene y a Suso" y es que Carrasco, aunque trabaja como informático, lleva 20 años en la Tuna de Medicina de Córdoba, es maestro de música de formación y lleva tocando la guitarra desde su época de campamentos en los Salesianos de Córdoba donde no pocas veces interpretó "La Flaca" de Pau Donés en círculos de catecúmenos.

"La comparsa es la manera en la que nos sentimos más cerca de nuestras raíces" cuenta Fran que dice que "después de todo el día escuchando 'eses' es un soplo de aire fresco juntarte en un garito de Lavapiés y escuchar un 'qué arte, pisha' nos da la vida". Por eso ayer para ellos fue un sueño; desde las seis de la tarde se estaban preparando en un bar del Realejo, subieron en pasacalles al teatro, pusieron su alma en el repertorio demostrando todo lo que había trabajado el grupo.

El sevillano Rafael Lucas y el gaditano Francis García son los autores de música y letra del grupo, del que también forma parte gente con experiencia en el Carnaval de Cádiz como José María Hoyos y "El Babucha", componente de una conocida ilegal gaditana. Acento extremeño y granadino condimentan las voces de la comparsa, donde también hay tres madrileños que se mimetizan en un grupo que anoche fue muy bien acogido a pesar de cantar los últimos en el Teatro Góngora ante un público, el del Carnaval de Córdoba, que tiene la mala costumbre de levantarse cuando cantan los suyos. Pese a ello, estos comparsistas ayer estaban pletóricos, ilusionadísimos, satisfechos por todo lo que disfrutaron. Al terminar, no pararon de abrazarse, hacerse fotos y agradecer a todo el mundo que anoche quiso acompañarles.

"Por más hijos que se marchen, por más trabajo que falte, nunca pierden su alegría, el bastión de Andalucía" cantó con fuerza la comparsa de Madrid con alma andaluza, con un tipo de ángeles caídos que parece que no se van a dar por vencidos en la defensa a ultranza de su identidad.

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