En Espiel

El Obispado releva de Espiel al cura condenado por abusos a una menor

No se le ha sin otorgado nuevo destino y ha sido a raíz de cambiar los destinos de casi una veintena de sacerdotes de toda la provincia.

cura condenado
photo_camera El sacerdote condenado por abusos sexuales hacia una menor

El Obispado de Córdoba ha relevado al cura de la localidad cordobesa de Espiel, I.M.V., sin otorgarle nuevo destino, después de que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial lo ha condenado a cinco años y un día de cárcel como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales a una niña de diez años, que era monaguilla en el municipio cordobés de Villanueva del Duque.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes de la Diócesis y ha adelantado el diario digital 'Cordópolis', que detalla que el relevo del sacerdote se ha producido a raíz de la decisión del Obispado de cambiar los destinos de casi una veintena de sacerdotes de toda la provincia.

De este modo, de la parroquia de San Sebastián de Espiel se hará cargo José Gregorio Martínez, que también se encargará de la iglesia de Villaviciosa de Córdoba. Como se recordará, I.M.V., de unos 50 años de edad, fue trasladado de Villanueva del Duque a Espiel, tras la denuncia de los hechos.

En el momento del juicio, el párroco se declaró inocente ante los jueces, de modo que negó los hechos y manifestó que no entendía el motivo por el que se llegaba a enjuiciar este caso, según apuntaron fuentes judiciales. La sentencia no es firme y la defensa ha anunciado recurso ante el Tribunal Supremo (TS).

Al respecto, la Fiscalía y la acusación solicitaron una pena de seis años de prisión y diez años de orden de alejamiento para el sacerdote, mientras que la defensa pidió la absolución, todo ello después de que fuera denunciado por los padres de la menor en abril de 2015 ante la Guardia Civil, que detuvo al sacerdote, que sólo llevaba tres años ejerciendo en dicha zona norte de la provincia cordobesa.

"Una buena relación"

Según recoge la calificación inicial del Ministerio Público, el sacerdote adquirió "una buena relación" con la familia, como consecuencia del ejercicio de su ministerio en distintas parroquias de la zona, "llegando en alguna ocasión a comer en casa de los mismos y pasar cierto tiempo en su compañía y de las hijas menores de la familia".

Debido a esa "buena relación", aproximadamente desde el mes de enero de 2015, una de las hijas de la citada familia de 10 años de edad, comenzó a ayudar como monaguillo al párroco. En el marco de dicha relación, "en ocasiones la menor se quedaba a solas con el acusado en la sacristía de las respectivas parroquias, llegando incluso a acompañarlo en alguna ocasión en el vehículo particular", según relata el fiscal.

En fecha no concretada, alrededor del mes de enero de 2015, y hasta el día 24 de abril de 2015, supuestamente aprovechando la relación de superioridad que tenía sobre la menor, "no solo por la edad, sino también por la estrecha relación que tenía con sus padres y sobre todo del hecho de ser también sacerdote al que ayudaba como monaguilla", se produjeron diversas situaciones en las que el procesado presuntamente le realizaba tocamientos, "con intención de satisfacer sus deseos sexuales".

Como se recordará, tras prestar declaración en la instrucción del caso y defender su "total inocencia" en estos hechos, la juez de Pozoblanco acordó su puesta en libertad con cargos, pero imponiéndole una orden de alejamiento de la iglesia de San Mateo de Villanueva del Duque.

Postura de la defensa

Por su parte, la defensa de I.M.V. ha pedido su absolución en su escrito de calificación, al que ha tenido acceso Europa Press, en el que niega los hechos relatados por el Ministerio Público al considerar que su representado "no ha cometido el delito del que es acusado, ni ningún otro".

En opinión de la defensa, "los hechos no constituyen delito, ni infracción criminal de clase alguna", a lo que añade que "no existen responsabilidades ni criminal ni civil, de clase alguna", motivo por el que ha reclamado la libre absolución del párroco.

Además, impugnó la pericial practicada por psicólogas de una fundación y pidió citar a declarar como testigos a unas ocho personas, así como distintas pruebas documentales, entre ellas, las denuncias que los padres de la menor interpusieron en el cuartel de la Guardia Civil.