Subbética cordobesa

La Feria de la Pediz de Cabra 'reclama' su espacio natural a nivel nacional

Se empieza a comparar, con sólo siete años de vida, con la de Montuiri, en Mallorca, que tiene tres décadas a su espalda
Una de las perdices de la Feria de Cabra
photo_camera Una de las perdices de la Feria de Cabra

En tan sólo siete años la Feria de la Perdiz con Reclamo de Cabra se ha convertido en una de las principales muestras de las que se celebran en España, en una actividad que cuenta con una amplísima afición, a pesar de ser una de las modalidades más desconocidas de todas las que hay. Precisamente, este evento lo que trata es de "dar difusión al mundo del reclamo, que es la gran desconocida y la proscrita del mundo de la caza", según ha indicado a EFE Antonio Gutiérrez Montes, presidente de la Asociación de Cazadores egabrense.

En este sentido, repartidas por el país hay una serie de granjas de gran pureza genética, entre el 80 y el 90 por ciento, lo que supone una diferencia ínfima con respecto a las salvajes y que ofrecen "una calidad de pájaro similar a la asilvestrada". Una de ellas, precisamente, se encuentra en la barriada cordobesa de Santa Cruz, y estaba previsto que hasta Córdoba se trasladara otra de Cáceres, pero por accidente de tráfico este año no ha podido ser posible.

Homenajes en la feria

En esta ocasión, se va a rendir homenaje a cuatro personas que han hecho mucho por la difusión de esta modalidad, como son el escritor Juan Pedro Sánchez Mayoral, Domingo Pérez Agüera (que tiene una web con 14.000 seguidores), el presidente de los mauleros andaluces, Curro Reyes, de Benamejí, y Diego Rama Ruiz, de Villanueva de Algaida (Málaga).

En cualquier caso, se cuenta con la presencia de valencianos, criadores de Cartagena y de Murcia, además de andaluces, hasta un total de 10, que han depositado en el Centro ADIE de la localidad de la Subbética Cordobesa unos 3.000 pájaros de muy alta calidad, tanto en su pose, como en el plumaje (tiene colores de superhéroe y hasta parece ir encapuchada ocultando identidad) y, por supuesto, en el canto. Todos ellos, machos. Y esta cantidad también indica la calidad y el prestigio de esta muestra, ya que lo habitual es haya la mitad de granjas.

Cada granja suele contar entre 10.000 y 12.000 aves de media, aunque las hay de hasta 30.000 ejemplares. De todos esos animales, un 60 por ciento son hembras, que no valen para reclamo y al final enjaulados para su venta se quedarán unos 3.000. "El resto sirve sobre todo para repoblación en los cotos", señala Gutiérrez.

Actividad de 'románticos'

Es una modalidad tan extendida, "casi para románticos, ya", que existen numerosas ferias a lo largo y ancho del país. Es más, la de Cabra coincide este fin de semana con la de Elche, "aunque nos nos hacemos la competencia", pero también destacan la de Encinas Reales, dentro de dos semanas; la de Cuevas Bajas y Alameda, en Málaga, o la Roda de Andalucía y Guillena, en Sevilla.

Modestia aparte, como la de Cabra es difícil de superar, especialmente por sus instalaciones, que son amplias y cuentan con aparcamientos y accesos muy buenos, aparte de otras comodidades como moqueta, luz y conexiones adecuadas, así como una veintena de expositores para venta de material de caza, gastronomía y vino de Montilla-Moriles, como no podía ser de otro modo.

Habría que irse a Montuiri, en Mallorca, para encontrar a la reina de las ferias del reclamo. Y es que allí, "se vuelca todo el pueblo y llevan más de 30 años organizando este evento", señala Antonio Gutiérrez con admiración en su voz. Y también cierta envidia.

Hoteles llenos

Y es que en Cabra, aunque es una actividad que atrae a una media de 10.000 visitantes, en su inmensa mayoría aficionados, pero también curiosos y gente que se lo quiere pasar bien, la Feria recibe una ayuda del Ayuntamiento y otra de la Diputación que a duras penas cubre lo comido por lo servido, cuando hay otras actividades de muchas menos visitas que son más mimadas en este sentido. Un caso similar al de Los Patios de Córdoba, que llenan hoteles y restaurantes, pero en los que la hostelería y la hotelería apenas participa.

"Aquí tenemos los hoteles, como el Fuente las Piedras, el Mitra o el Villa María, al 100% y sabemos de valencianos, gente de Murcia, Orihuela y Elche que la noche del domingo y del lunes van a pernoctar en la capital, porque les hemos puesto los dientes largos con la Mezquita-Catedral y Medina Azahara", señala el organizador, como toque de atención a las administraciones para próximas ediciones.

De igual modo, dentro de la caza, es la modalidad menos agresiva. Es más, ayuda a mantener la población natural de perdices en el campo, que ha visto descender su número a cifras alarmantes. "En toda la temporada, apenas abates dos o tres piezas". La razón es que la perdiz ha perdido literalmente su hábitat para anidar y alimentarse. Ya casi no hay sembrados porque la inmensa mayoría es olivar y las vides se han colocado en espaldera.

La superdepredación del jabalí

Además, las que se han refugiado en la Sierra se han topado con un supredepredador: El jabalí, en plena expansión, "porque el campo se ha despoblado de gente y nadie los frena", a lo que hay que añadir el desbroce de los campos que eliminan toda capa vegetal que hay en la superficie.

Frente a ese problema, los cazadores piden a la Administración "que se ponga las pilas". Y eso se consigue poniendo, por ejemplo, una fecha límite a la actividad de desbroce, como hace con el encendido de fuego. Entre otras cuestiones. Parece mentira, pero la perdiz puede pasar a ser especie en riesgo, porque hay actividades, como la recogida nocturna de aceitunas en olivar de seto, porque se hacen con unas máquinas "que literalmente succionan todo tipo de aves y acaban con ellas".