Cinco años lleva en el olvido uno de los proyectos más demandados por cordobeses, la ronda Norte. Esa circunvalación que prometía cerrar Córdoba en un gran anillo y de la que a día de hoy quedan pendientes 3,8 kilómetros de trazado aún por construir. Una distancia que supone una inversión de 220 millones de euros y de la que a fecha de hoy, nadie se hace cargo.
La ronda Norte es un proyecto de ciudad “largamente reivindicado, prioritario y necesitado”, señala el presidente del Consejo de Distrito Norte Sierra, Juan Gregorio. Asimismo explica a Córdoba Hoy que su finalización y total cerramiento sería un “beneficio importantísimo para la ciudad” en cuanto que serviría para aliviar el peso de tráfico que a día de hoy soportan avenidas como Almogavares, Virgen de las Angustias o Arruzafilla. La terminación de la ronda Norte supondría además la reurbanización de la zona del Canal de la zona baja del Tablero así como el soterramiento de la línea de alta tensión.
El Consejo de Distrito Norte Sierra negoció con la Consejería de Fomento el proyecto, que posteriormente fue consensuado y aprobado por el pleno del Ayuntamiento de Córdoba. Los puntos que incluía la redacción de este proyecto era la reurbanización de la calle Ingeniero Ruiz de Azua, el vallado de los jardines de la Urbanización Las Brisas, el soterramiento de la calzada en tres tramos entre la Avenida del Brillante y la Glorieta de Santa Isabel así como el soterramiento de la línea de alta tensión desde San Rafael de la Albaida hasta la calle poeta Emilio Paredes. Gregorio añade también, que los accesos a la altura de la avenida del Brillante hasta la Asomadilla, incorporaban unas pantallas que reducían el ruido de los coches además del impacto visual.
Ahora, cinco años más tarde los vecinos denuncian que no han vuelto a recibir respuesta por parte de ninguna administración y que las únicas noticias que han tenido sobre este proyecto han sido gracias a los medios de comunicación, sostiene el presidente del Consejo de distrito Norte Sierra.
María Isabel vive junto a su marido y sus dos hijas en una urbanización de Mirabueno, una de las zonas afectadas por el retraso en la ejecución de la ronda Norte. Según ha explicado, esta vía es muy necesaria para todos los vecinos de esta zona puesto que en su caso, tarda más de veinte minutos en atravesar diariamente la ciudad para ir a trabajar. A esto se suman las clases extraescolares de sus hijas y “el llevarlas y recogerlas todos los días del colegio, lo que me supone estar bastante tiempo en el coche cuando podría ahorrarme muchos minutos”. Por último, añade que también les supone un engorro cada vez que salen de viaje y necesitan coger la autovía, “ya que si la ronda estuviera en funcionamiento podría acceder a la autovía desde la glorieta de Mirabueno y no que ahora tengo que atravesar Chinales y Carlos III”.
En la zona del Tablero vive Carlos Alberto. Tiene 34 años y todos los días coge el coche para ir al centro a trabajar. Este cordobés está a favor de que se abra la ronda “de una vez por todas”, aunque entiende que ahora mismo sean prioritarios para el ayuntamiento otros proyectos como puede ser la construcción de viviendas de protección oficial. Lo que si es verdad, señala, es que “no entiendo que para lo poco que queda para cerrarla aún no se haya hecho” ya que “es una pena ver este proyecto a medio terminar”. Lejos de pensar que la circunvalación dividirá Córdoba en dos, Carlos Alberto señala que este proyecto unirá a un más si cabe a los cordobeses al poder estar de punta a punta en escasos cinco minutos.
