El CEIP Aljoxaní, en el barrio de la Fuensanta, ha sido ejemplo en Córdoba de la anormal vuelta al cole que ha tenido lugar hoy para la mayoría de alumnos y alumnas de la provincia, ya que allí un grupo de madres y padres se han plantado a las puertas del centro para dejar claro que no van a llevar a sus hijos e hijas hasta que no se resuelva allí la situación.
Según ha indicado la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos, Silvia Pascual, ayer, miércoles, se les comunicó que las obras para mejorar las instalaciones del centro no iban a estar terminadas, ya que la pandemia ha retrasado todo en el sector de la construcción, además de no haber conseguido bajar la ratio, carecer de protocolo Covid de limpieza y desconocer si habrá o no limpiadoras. "A todo eso se añade que sólo van a estar arbitrados tres cuartos de baño y sin seguridad de que estuvieran terminados, ni la limpieza de los cuartos de baño ni la limpieza de la obra".
La Inspección de Educación rechazó un retraso de la apertura del centro hasta el próximo lunes, "porque nos dijeron que fuera como fuera, aunque sólo un grupo de alumnos y durante una hora, pero que había que abrir hoy, por lo que la sensación es que les interesa más la apertura de colegios antes que la seguridad", ha incidido Pascual.
Esta mañana, por tanto, ha entrado sólo un pequeño grupo de niños y niñas de Infantil de tres y cuatro años, porque sus padres veían conveniente que se fueran habituando a la entra escolar, pero el resto se plantará "hasta que no se resuelva al menos el problema de las obras", que, por cierto, comparten con otro centro de la capital, como es el Joaquín Tena Artigas, donde ha ocurrido algo similar esta mañana.
El colegio de Fátima tiene 265 alumnos, y, a pesar de que el equipo directivo y el profesorado han hecho un trabajo excelente para que la seguridad fuera la mayor posible, el plantón de padres sigue adelante. "Hemos pedido que se pudieran usar las aulas cerradas, un total de seis contando con el laboratorio y el aula especial, para hacer la bajada de ratio, pero nos han respondido que sin profesorado es imposible", señala la portavoz de los padres y madres.
Ahora esas aulas están cerradas y sirven para "almacenar material y meter los armarios quitados de las clases que se han vaciado por completo y se han dejado nada más que los pupitres".
El colegio ha perdido muchas líneas y sólo cuarto y quinto tienen dos líneas, por lo que "hay clases con 26 alumnos, con no más de medio metro de distancia entre ellos y con el problema de las obras, sólo hay operativos tres de los cinco cuartos de baño y sin medidas de seguridad.
