La jornada de hoy es rica en historia pasada de Córdoba. Por lo pronto, hace exactamente 996 años el alfa Abderramán V, que bien habrían podido apodarlo 'el Breve', muere a manos de su primo Muhammad en una de las revueltas que asolaron su reinado de dos meses y medio, quien, a su vez subió al trono califal como el tercer Mohamed omeya.
Nació en Córdoba, el 21 de septiembre de 100, y se dice de él que era hombre de gran cultura y fino poeta, según se indica en la web de cosasdehistoriayarte, aunque las arcas estaban muy menguadas y optó por tratar de llenarlas con impuestos. Eso, evidentemente, le hizo extremadamente impopular en un ambiente de revuelta continuo en la capital califal. Eso y tener que rodearse de una guarda beréber (odiada por el vulgo durante del anterior reinado) fue la gota que colmó el vaso.
El pobre Abderramán, de 23 años, no fue más que un títere para sustituir a la dinastía Hammudí por la Omeya considerada legítima. Lo que no sabía es que una vez cumplida su misión iba a ser eliminado por otro miembro de su familia mucho más ambicioso y con algo más de personalidad. De todos modos, por su crueldad y capricho a la hora de gobernar le hizo perder el favor de los cordobeses y cordobesas, así que cuando un ejército encabezado por Yahya al-Muhtal, se encaminaba hacia la capital de Califato decidió huir de la capital disfrazado de mujer y refugiarse en la Marca Superior, la zona fronteriza con capital en Zaragoza, pero antes de poder llegar, fue asesinado en Uclés (Cuenca), según señala la web de Cordobapedia.
Si su antecesor reinó durante apenas dos meses, éste sobrepasó de milagro el año.
También tal día como hoy, pero de 1959 se aprobó por parte del Pleno Municipal de Córdoba el derribo del mercado central en la Plaza de La Corredera. Para muchos una imagen que no debía haberse perdido; para otros la posibilidad ilidcd de que ese curioso espacio de la ciudad se pueda mostrar en todo su esplendor, además de acoger, de vez en vez, actividades culturales que vienen bien a la zona.
De igual modo, en 1995, Herminio Trigo, del Partido Comunista de España, anuncia su dimisión como alcalde. Se produjo tras ser encontrado culpable del delito de prevaricación a raíz del nombramiento de Francisco López como gerente del Gran Teatro.
