Tal día como hoy pero de 1866 se reinauguraba el Coso de los Tejares

La antigua plaza de toros estaba situada donde ahora el Corte Inglés. La última corrida fue en 1965

El coso de los Tejares, la antigua plaza de toros de Córdoba situada donde hoy día está el Corte Inglés, pasó por numerosas peripecias hasta su derribo. De hecho parecía predestinada desde el principio a no durar, pues tras su inauguración en 1846 fue destruida por completo por un incendio el 15 de agosto de 1863. Tras su reconstrucción se inaugura de nuevo tal día como hoy de 1866 gracias a un proyecto del arquitecto Amadeo Rodríguez. Para evitar más incendios sustituyó parte de la estructura de madera por hierro.Si quieren acercarse a esta plaza, la página 'Simuladero' ha hecho una pequeña visita virtual que aparece al final de la noticia.

En el  'Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos' del 3 de febrero de 1866 ya se da una buena noticia en un breve texto. La Plaza de Toros de la ciudad ya cuenta con arrendamiento para la Feria de Nuestra Señora de la Salud. Como suele decirse, la cosa marchaba. Tanto es así que el mismo diario, el 3 de abril de 1866 ya daba cuenta de alguna corrida de forma breve y con el peculiar lenguaje periodístico de aquella época, precediendo el texto la denominación de "Vacas": La corrida que tuvo lugar en la tarde del último domingo en la Plaza de Toros entretuvo agradablemente a los aficionados a estos jaleos, pues los bichos dieron juego y la cuadrilla divirtió a más y mejor". Redondeaba la noticia nada más y nada menos que un poemilla: "Pero salió más gustoso/de la broma del toreo/el que pescó un premio en suerte/o el que cogió algún conejo. Presuponemos que entre toro y toro se producía rifas en la plaza.

La última corrida en el coso de los Tejares tuvo lugar el 18 de abril de 1965, como se recoge en Cordobapedia. Torearon 'El Puri', Antonio Sánchez y José María Susoni.

Curiosamente, y como recoge la misma página, esta plaza de toros cordobesa fue decisiva para el cruce de los toros de Miura, famosos por su carácter. Y es que Lagartijo toreó el 5 de octubre de 1879 a un toro llamado  Murciélago, que terminó indultado. Este fue el padre de los que se conoce como "coloraos ojo de perdiz" de los Miura, es decir, aquellos de un tono pardo, no negro, que tienen una parte mucho más clara en torno al ojo.

Esta plaza contó con diversos muertos, desde una señora por un toro que saltó al graderío en 1874 hasta otra de la que dábamos cuenta en una reciente efemérides, la de la muerte del novillero 'Manene'. Por ver a 'El cordobés' dos mujeres se precipitaron en 1961 desde considerable altura y murieron. A eso hay que sumar no pocas cogidas con resultado fatal o heridas de consideración.

Les dejamos con la descripción que hizo en el siglo XIX Teodoro Ramírez de Arellano en  su célebre 'Paseos por Córdoba'. 

En la calle de los Tejares está la plaza de toros, una de las más lindas de España, aunque no de las mayores. Ya saben nuestros lectores la afición de los cordobeses a esta clase de espectáculos, los que han realizado en el Campo de la Merced y en las plazas de la Magdalena y Corredera.

Esto hizo concebir al impresor don Joaquín Manté, hombre muy emprendedor, el pensamiento de construir una plaza de toros, para la que formó el plano el arquitecto don Manuel García del Álamo, y reuniendo una sociedad de cien acciones se adquirió el terreno de la huerta de Perea, que vendió su dueño don José Severo García, construyéndose la plaza, que se inauguró la víspera de la feria de Nuestra Señora de la Salud de 1846, en que mataron los espadas conocidos por el Barbero y Cúchares, quienes recibieron muchos y merecidos aplausos. El 8 de septiembre siguiente mató el célebre Montes, y después han trabajado todos los diestros de más fama.

En la tarde del día 15 de agosto de 1863 hubo una novillada, y a la noche, como a las diez, advirtió el guarda que la plaza estaba ardiendo, sin que se explicase el motivo. Las campanas lo anunciaron, y bien pronto acudieron las autoridades con todos sus dependientes, los bomberos, los individuos de la sociedad y multitud de gente, sin que se pudiera cortar aquel devorador elemento, que en menos de dos horas consumió toda la parte de madera, que era bien vieja, por haberse aprovechado parte de la de los derribos de los conventos del Espíritu Santo, San Cayetano y Capuchinos.

Algún tiempo estuvo la plaza convertida en ruinas, hasta que la sociedad, siendo presidente don Andrés de la Oliva, dispuso reedificarla, para lo que se echaron varios dividendos y se encargó la nueva obra al arquitecto don Amadeo Rodríguez, quien la llevó a feliz término, empleando todas las bóvedas y hierro posible, a fin de evitar que un nuevo incendio hiciese los estragos del que había dado lugar a la destrucción del primitivo edificio. Ya reedificada se estrenó de nuevo en la feria de1868.

El afán de mayor número de entradas hizo suprimir los pasos de las galerías al tendido, sustituyéndolos con unas subidas por entre barreras. Esto dio lugar en la primera corrida de la feria de la Salud de 1874 a una terrible desgracia. Estaba lloviendo. Una pobre mujer, vecina de Lucena, quiso salirse de la plaza, yendo por detrás de la barrera, cuando casualmente la saltó un toro, cogiendo a aquella infeliz, a quien dio dos terribles cornadas e hiriendo a un municipal que con ella se atravesó a escapar por un burladero. Esto ha hecho que se vuelvan a abrir las antiguas entradas al tendido, accediendo a las indicaciones de la prensa y del público en general que así lo pedía.

La plaza de toros tiene cabida para más de 10.000 personas en el tendido, grada cubierta, asientos de barandillas, ídem de antepecho y 85 palcos, todo bien acondicionado. De modo que a pesar de no tener puertas más que a los Tejares se desocupa pronto y con facilidad.