La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio (PSOE), no se ha querido desvelar hoy si la reforma del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Córdoba que se quiere llevar a cabo será como dar la vuelta a un calcetín o si se quedará en cambios puntuales, pero sí ha señalado que con "normalidad", en un plazo de "dos o tres años" y con el compromiso en firme de que se haga a través del consenso.
Según Ambrosio, se trata de un proceso natural que se suele aplicar cuando un plan como éste "tiene ya unos años de vigencia" y requiere de una revisión o una actualización. Además, la regidora socialista ha recordado que se trata de "un compromiso electoral por parte de todas las fuerzas políticas que tienen representación a día de hoy en el Ayuntamiento" y que tiene ya unos 15 de vigencia, con lo que ya va siendo el momento de revisarlo.
Una revisión, por cierto, que tendrá muy en cuenta, según Ambrosio, las singularidades de Córdoba, entre ellas la de buscar una ciudad consolidada, con una rehabilitación de espacios en los barrios, el Casco Histórico, "que es algo que no tienen otras ciudades", y un uso razonable y sostenible de los recursos naturales con los que cuenta esta ciudad que son tanto la Sierra el río Guadalquivir.
En cualquier caso, si algo quiso destacar la alcaldesa es que habrá que dedicar tiempo y esfuerzo a esta tarea, "que no debe extrañar a nadie que se haya iniciado", para que salga con el apoyo de todas las fuerzas políticas.