Una especie de salamandra, un sapo y un gallipato

El Real Jardín Botánico localiza varias especies amenazadas de anfibios en sus instalaciones

En concreto, merece una especial atención el avistamiento de un ejemplar hembra de Salamandra. 

Salamandra
photo_camera Salamandra

Jardineros del Real Jardín Botánico de Córdoba han detectado, desde el pasado otoño, la presencia en las instalaciones de varias especies protegidas de urodelos y anuros de nuestra provincia. En concreto, merece una especial atención el avistamiento de un ejemplar hembra de Salamandra Salamandra salamandra subs. morenica. Según la zoóloga del Jardín, Mónica López, esta cita es considerada de interés, ya que a partir de los años 80 esta especie solo aparece en la falda de Sierra Morena.

Esta cita constituye la única localización reciente de salamandra en la Vega del Guadalquivir a su paso por Córdoba, a escasos metros del propio río, ya que su hábitat natural son los bosques mediterráneos bien conservados con abundancia de fuentes, pilones y arroyos limpios de pequeño caudal.

También se ha localizado un ejemplar adulto de gallipato Pleurodelus walt en una de las fuentes, siendo su presencia más o menos estable dentro del Jardín en el interior de los aljibes. Ambas especies aparecen en el `Libro Rojo de los anfibios de España ́ con categoría: NT, casi amenazadas. Sus poblaciones, en general, se han visto muy afectadas por la pérdida de masas de agua y lugares para reproducirse, traduciéndose en descensos poblacionales en sus hábitats naturales.

Además, se ha encontrado un ejemplar hembra de Sapo común Bufo spinosus de grandes dimensiones, a lo que se suma la presencia de la abundante Rana común Pelophylax perezi ambas con categoría (LC), preocupación menor. Según ha apuntado la presidenta del IMGEMA, Amparo Pernichi, “en la provincia de Córdoba tenemos 13 especies y subespecies de anfibios protegidos todos ellos por la ley y la presencia de 4 de ellos en nuestras instalaciones es una magnífica noticia para la biodiversidad en el municipio y no es baladí que aparezcan en el Jardín, que es un espacio en el que se reduce al mínimo los tratamientos químicos, lo que facilita la vida de especies protegidas de las que estaremos muy pendientes. En función de su evolución, nuestras instalaciones se perfilan como un lugar de reserva, no solo de flora, sino también de fauna protegida”.