MEDIO AMBIENTE

Radón, el gas radiactivo que se acumula en tu sótano (si vives en la Sierra)

Córdoba es una de las provincias andaluzas con mayor riesgo de exposición al radón, un gas que provoca hasta el 14% de los casos de cáncer de pulmón. Una nueva normativa del Ministerio de Fomento obligará a tomar medidas en el sector de la construcción para paliar sus efectos a partir de este mismo año

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photo_camera La Sierra Morena cordobesa, vista desde la capital.

Es una gran mancha al noreste de la provincia de Córdoba, al norte del Guadalquivir, en plena Sierra Morena. Se trata de la mayor de toda Andalucía y marca, según el Consejo de Seguridad Nuclear, una alta probabilidad (por encima del 10 por ciento) de que la población residente en la zona se halle expuesta a las emisiones del gas radón, un elemento radiactivo que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud es el responsable de hasta el 14% de todos los casos de cáncer de pulmón.

El gas radón siempre ha estado ahí. Emana fácilmente, y de manera natural, del suelo y se concentra en espacios cerrados. Las primeras alertas sanitarias saltaron hace años, y de hecho ya existe en España una mínima legislación para paliar sus efectos. Pero es ahora cuando el Ministerio de Fomento está ultimando un decreto para aplicar en el país una directiva comunitaria. Su fecha límite es febrero del año que viene, y tendrá impacto en varios sectores, pero sobre todo en la construcción y la sanidad.

En Córdoba las medidas para paliar los efectos del radón en viviendas y lugares de trabajo deberían notarse especialmente en el norte, la única zona en la que según el mapa del CSN hay un riesgo medio o alto. Ahora bien, el CSN se basó en mediciones ambientales de radiación, que incluyen no sólo las producidas por el gas radón; de ahí que las zonas montañosas de toda España concentren los valores máximos de exposición al radón. No es, en ese sentido, del todo fiable, sino orientativo.

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Mapa detallado de la provincia de acuerdo a las mediciones del CSN. Los municipios con más riesgo de exposición al radón están en naranja: Cardeña,Villanueva de Córdoba y Montoro, por este orden, todos en el noreste; al sur del Guadalquivir prácticamente no hay riesgo.

Tal como explica el doctor en Física y profesor de la UCO José Manuel Alcaraz, otro análisis, "el Proyecto 10x10, ha realizado medidas de radón in situ en toda la geografía española. En dicho proyecto los resultados de la Sierra Morena cordobesa muestran que los niveles no son tan elevados y que solamente en algunas zonas concretas el nivel es más elevado". Y así es, en el mapa del Proyecto 10x10 (que alude a las cuadrículas de medición) la provincia de Córdoba no está tan señalada como en el documento del CSN, pero siguen apareciendo zonas puntuales, incluso al sur del Guadalquivir (coinciden con otras zonas de montaña, las Subbéticas), en donde se han detectado elevadas concentraciones medias de radón.

Radón 2

Mapa Radón 1

Arriba, el mapa predictivo de exposición al radón, basado en mediciones aéreas de todo tipo de radiación y elaborado por el CSN en 2013. Debajo, el del Proyecto 10x10, con todo el territorio nacional dividido en células de 100 kilómetros cuadrados, elaborado por la Universidad de Cantabria con mediciones sobre el terreno.

¿Qué es el radón?

Pero, ¿qué es el radón? Alcaraz aclara que "el radón es un gas noble, es decir, un gas que es químicamente inerte (no   interacciona químicamente con otros elementos) y radiactivo". Emite radiaciones alfa y procede "de las series naturales del uranio", por lo que se encuentra en los mismos sitios que este último elemento, lo que explicaría su presencia en la Sierra Morena.

La radiación alfa (núcleos de Helio) tiene poca capacidad de penetración y bastan unas hojas de papel -o la propia ropa- para detenerla. Ahora bien, el peligro del radón para la salud es que "al tratarse de un gas, lo inhalamos al respirar y llega hasta nuestros pulmones. Si se desintegra entonces, la partícula alfa deposita su energía en el tejido de los pulmones siendo posible que pueda producir algún daño en las células de los mismos", explica Alcaraz.

La OMS incluso le pone cifras. En un informe de 2015, indica que "los estudios epidemiológicos han demostrado convincentemente una asociación entre la exposición al radón en interiores y el cáncer de pulmón, incluso para los niveles de radón relativamente bajos que suelen existir en los edificios residenciales". En concreto, "se estima que la proporción de los casos de cáncer de pulmón atribuibles al radón con respecto al total varía entre un 3% y un 14%, en función de la concentración media de radón en el país correspondiente. La probabilidad de que el radón provoque cáncer de pulmón es mayor en los fumadores, mientras que entre quienes no han fumado nunca constituye la principal causa de cáncer de pulmón".

El radón es, pues, peligroso para la salud, pero es fácil hacer frente a sus efectos. Para eso hay que revisar las normas de construcción para instalar barreras de aislamiento y sistemas de ventilación que impidan la acumulación del gas en interiores, espacios cerrados y sótanos. Como poco, en los edificios de nueva planta, pero también en aquellas construcciones en donde se haya verificado una concentración excesiva de radón.

Los planes de Fomento

Las normas específicas van a ser incluidas a partir de este mismo año en el Código Técnico de la Edificación. Lo confirma a Córdoba HOY, en una respuesta por escrito, el Ministerio de Fomento, que sostiene que "se establecerán exigencias reglamentarias para cuando se realicen intervenciones en edificios existentes donde el promedio anual de concentraciones de radón supere el nivel de referencia, siempre que las mismas afecten a elementos cuyo tratamiento pueda reducir dicha concentración de forma efectiva".

Además, el Ministerio de Fomento participa conjuntamente con otros ministerios en un grupo de trabajo coordinado por el Ministerio de Sanidad, creado para la redacción del Plan Estatal de Actuación contra el Radón, previsto en el artículo 103 de la
Directiva. Con ese plan se pretende, indica el Ministerio, hacer frente "a los riesgos a largo plazo debidos a las exposiciones al radón en viviendas, edificios de acceso público y lugares de trabajo para cualquier vía de entrada del radón, ya sea el suelo, los materiales de construcción o el agua".