Las lágrimas se fundieron con la lluvia en la celebración del 75 aniversario de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Esperanza, porque la procesión que estaba previsto realizarse con sus dos titulares a partir de las 16.00 horas por el entorno por las calles del centro hasta llegar a la Mezquita-Catedral se quedó en nada por culpa del mal tiempo y las fuertes precipitaciones que comenzaron poco después de las 14.00 horas y que presagiaban lo peor.
Para la ocasión se había contado con la presencia de unos dos centenares de hermanos, unos 130 costaleros y representantes de una treintena de cofradías cordobesas que querían estar presentes en tan solemne aniversario. De hecho, y aguantando estoicamente bajo la lluvia resguardados bajos sus paraguas, esperaban a la entrada del templo numerosos fieles que se negaban a creer que las imágenes de María y el Cristo no pudieran salir en una jornada tan sonada. Pero así fue, y la tristeza se reflejó en más de un rostro ya en el interior de la iglesia, con el pobre consuelo de ver cómo la imagen recibía la visita de varios representantes políticos del Consistorio.
Y es que también estaba previsto que la Corporación municipal recibiera al cortejo en el Ayuntamiento, y como tampoco pudo ser, la alcaldesa, Isabel Ambrosio (PSOE), junto al edil de Presidencia, David Luque, se desplazó, en un gesto que bien podría traducirse como un intento de limar asperezas con las asociaciones cofrades, hasta la sede canónica de la hermandad, la parroquia de San Andrés, donde hizo entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad a la imagen de María Santísima de la Esperanza, que recibió el hermano mayor de la cofradía, Javier Baena Márquez, con el presidente de la Agrupación de de Hermandades y Cofradías de Córdoba, Francisco Gómez Sanmiguel, de testigo.
