Historia de Córdoba a través de sus calles

Las cabezas: Un drama que se representa a 625 kilómetros de distancia

En Castrillo de la Reina (Burgos) se representa cada agosto la funesta historia de los Siete Infantes de Lara, que cayeron ante Almanzor y sus cabezas fueron traídas a Córdoba. Quizá algún día la representen en Córdoba...

Cabezas
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Dicen que el siete (7) es en la cábala y en las matemáticas un número mágico y hasta Pitágoras lo consideró 'perfecto'. Para el caballero castellano Don Gustios González, prisionero en Córdoba a manos del temible en batalla general Almanzor fue, por contra, una cifra funesta y la calle Cabezas efe la csapital cordobesa puede dar fe de ello.

Se comenta que si la calle, una de las más bonitas de la ciudad califal, se llama así sólo puede tener una explicación: De cada uno de sus siete arcos hizo colgar el victorioso general cada una de las cabezas de los hijos de su prisionero que fueron presos en batalla a raíz de una terrible traición propia de una telenovela actual. Además, allí, sigue narrando la tradición popular, estaba preso en una residencia (por entonces a los señores no se los guardaba an una vulgar celda, sino en una casa de donde no podían salir, eso sí) y durante un banquete se las presentaron al pobre hombre llevadas dentro de un siniestro arcón. Fue tal la impresión que se llevó Don Gustios que hasta el mismísimo Almanzor se apiadó de él y lo liberó no sin antes desvelarle la traición por la que habían caído sus hijos en sus manos en los campos de Soria.

Y si se lo contó fue porque era ya su cuñado, tras casarse con una bella y piadosa hermana suya que lo cuidó con mimo durante su encierro, y padre de un sobrino suyo llamado Mudarra que, a la postre, acabó cerrando por su propia mano la venganza de su familia.

Los Siete Infantes de Lara

Todo ello dicen ahora que es leyenda y que sólo es fruto de la imaginación del Duque de Rivas que plasmó la historia en su poema 'El moro Expósito'. Pero tampoco se apoya otra explicación al hecho de que se llame así esa calle, donde, por cierto, se sitúa la Casa de las Cabezas, que es donde dicen que estuvo preso años Don Gustios. La verdad es que prisiones así, a modo de palacete, son las que dan sentido al término de 'jaula de oro' para denominar lugares de encierro para prisioneros especiales, aunque prisiones al fin y al cabo.

Pero hay que tener imaginación para ver en sus siete arcos (qué casualidad que fueran siete) los puentes desde donde pender de los cabellos ensangrentados las testas de tan bravos soldados castellanos. Y se da la circunstancia de que en la localidad burgalesa de Castrillo de la Reina, en el atrio de su iglesia al aire libre, se lleva representando a mediados de agosto y desde hace ya 27 años a cargo de los propios vecinos esta tragedia en forma de obra con notable éxito bajo el título de 'Los Siete Infantes de Lara'.

Y, según ha podido saber este periódico por boca de su director, Abilio Abad, ciertamente si algún día se pudiera representar la obra fuera de ese precioso municipio norteño, no habría lugar mejor que la Córdoba que acoge la mitad de la obra, quizá en el Patio de los Naranjos o en la propia Casa de las Cabezas, que los actores y actrices (12 principales y 20 figurantes, todos ellos, eso sí, amateurs) estarían más que encantados de conocer el sitio 'real' donde ocurrió la historia que ellos dan a conocer a 624 kilómetros de distancia. Ojalá que sea más pronto que tarde.