Juicio a la Manada

La víctima llorando a uno de los agentes de la Policía Foral: "Lo sabía, lo sabía, y nadie me creía"

La defensa de los cuatro acusados pone en duda las órdenes del juez de Pamplona a los agentes de la Policía Foral por no fueron escritas, sino verbales
Tercer día del juicio contra La Manada en Córdoba
photo_camera Tercer día del juicio contra La Manada en Córdoba

Quizá uno de los momentos álgidos del día en esta tercera jornada del juicio a los cuatros acusados de La Manada por abusos sexuales en Pozoblanco ha sido, sin duda, la declaración del tercer agente de la Policía Foral de Navarra, encargado no sólo de averiguar el origen de los dos vídeos grabados por uno de los acusados, José Ángel Prenda, sino también de contactar con la víctima y ofrecerle la posibilidad de denunciar, cuestión que hizo con él y otro agente en un hotel de Córdoba.

Por lo pronto, este policía, al igual que sus compañeros, ha dejado meridianamente claro que todo se hizo siguiendo instrucciones del juez del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona, siguiendo el procedimiento legal establecido y con la premisa de que "estamos obligados a investigar si vemos algún indicio de delito siempre y en cualquier caso".

A él se le ordenó que continuara la investigación con los dos vídeos aparecidos en uno de los terminales sobre los que no tenía ninguna referencia previa. Según el agente comenzó moviéndose por redes sociales tratando de localizar dónde había fiestas en las fechas que indicaban que habían sido grabadas las imágenes. Finalmente logra localizar una página "con miles de fotografías" y una de ellas le da una indicación de que pueda ser la víctima y, a través de un centenar de "me gusta" llega a una página de Facebook bloqueada. "Fue por una imagen en la que se la ve en la playa y por un lunar que tiene sobre el pecho".

¿Hubo una feria ese día?

Tras contactar con la policía Local de Pozoblanco, hacia donde le había encaminado la investigación, pide al agente que le atiende que le entregue su teléfono a la víctima para que ella sea la que contacte. Y cuando lo hace él se identifica como agente y le indica que puede haber un video con ella implicada en un hecho delictivo. "Le pregunté si el día de autos había una feria en algún sitio y ella se pone a llorar y me dice: ¡Lo sabías, lo sabía, lo sabía y nadie me creía!". Eso sí, el policía navarro asegura que nunca le dijo lo que había en los videos.

En ese momento y ante los claros gestos de los acusados de sonreír y gesticular ante lo que estaban escuchando, el juez detuvo el interrogatorio y les preguntó si les estaba haciendo gracia antes de advertirles con que cambiaran de actitud.

Uno de los acusados sonriendo

Posteriormente le envió un pequeño fotograma del vídeo con el vestido que llevaba y ella lo reconoció. Por todo ello "le planteé que denunciara donde ella quisiera, pero rechazó hacerlo en Pozoblanco, por vergüenza, ni tampoco en Madrid. Optó por denunciar con este agente y en el mismo encuentro se practicaron por orden del juez diferentes pruebas como complementos que llevaba ese día a los que se fotografiaron al tiempo que un prestigioso médico forense les indicó la forma de recoger muestras de cabello para determinar si pudiera haber "cualquier tipo de sustancia química".

El agente determinó, igualmente, la hora en que se hicieron las grabaciones, así como el punto kilométrico y la carretera donde circulaba el coche. Corresponde a la A-435, de Torrecampo a Pozoblanco, en dirección a Pozoblanco (por la diferencia de seis segundos entre uno y otro vídeo), entre los puntos kilométricos 23 y 24, a unos siete kilómetros de la localidad pozoalbense.

Datos de Yoigo

Además, el agente supo por la investigación, tras acceder a datos de Yoigo, las llamadas entrantes y salientes de ese día, y por ahí se supo, efectivamente, que habló a las 08.44 horas con una persona durante 1,49 minutos y que resultó ser el fotógrafo de la discocaseta de Torrecampo donde transcurrió la madrugada. Al mismo tiempo, se practicó el estudios de los mensajes de whatsapp de los cinco terminales de La Manada, por lo que se determinó quién envió el segundo video, el más largo, al chat La Manada y al chat Peligro. Hubo también un contacto de whatsapp con M.J.C., que ayer testificó.

A preguntas de la defensa, el agente, al igual que sus compañeros anteriores, ha respondido que se trataba de buscar, por orden judicial, evidencias para cotejar con los videos de Pamplona para identificar correctamente a cada uno de los acusados y determinar exactamente qué hizo en cada momento. "¿Buscaba por ejemplo otras imagines de los acusados desnudos para verles cómo era su pene?", ha llegado a preguntar Agustín Martínez, con una respuesta a modo de gesto afirmativo por parte del agente, "entre otras cosas".

De hecho, el agente le ha llegado a asegurar que para su investigación tuvo que visualizar hasta 149 videos que había en los terminales para buscar esas evidencias, pero no para ver si había otros delitos. Y si no le enseñó el video a la víctima fue "porque personalmente pensé que no estaba preparada psicológicamente para verlo".

En cualquier caso, lo único que pudo conseguir el letrado por parte de los forales fue que las órdenes dadas por el juez de Pamplona no fueron por escrito, sino verbales, por lo que, a posteriori, las ha puesto en duda.

Peritos médicos

También han declarado al mismo tiempo, un médico forense y una psicóloga que atendieron a la víctima, quienes al alimón han advertido de "un trastorno reactivo de ansiedad" en la joven, en cuya intensidad hay circunstancias que pueden estar relacionadas "con violencia sexual", por "una situación que atenta contra su intimidad y la exposición mediática pública".

Han señalado que después de los hechos ella hace "una vida completamente normal", pero "no denuncia, porque reconoce que no tiene argumentos sólidos, no sabe realmente lo que ha pasado", algo que "no le origina una patología, pero sí preocupación". La psicóloga ha expresado que ella tenía "un poso de dudas" en instantes posteriores a los hechos.

El médico forense ha indicado que la patología empezó cuando le expusieron las imágenes por la Policía, a lo que ha añadido que a pesar del diagnóstico "en ningún momento" se recetó medicamento, "ni ella lo demandó". La psicóloga ha expuesto que tenía "niveles de ansiedad y fue derivada al centro de la mujer". Según ha mantenido, "estos hechos han condicionado su vida" de manera "devastadora".

Preguntado el médico por las lesiones físicas, ha comentado, a preguntas del fiscal, Jesús Aparicio, que si hubiera sufrido un culetazo por una caída sería más compatible hallar la lesión en el glúteo, no en el muslo.

También han indicado que su caso no se derivó a psiquiatría y que la víctima era claramente rehacía a consumir cualquier tipo de fármaco, por lo que se utilizó con ella "técnicas de relajación y de terapia mental".