UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

Investigadores de la UCO prueban que la paja puede sustituir a los plásticos en las baterías de litio

Un grupo de investigación de la UCO prueba cómo la lignina podría ser utilizada como componente en baterías de litio medioambientalmente sostenible y de bajo coste

Paja de trigo
photo_camera La paja del trigo tiene más utilidades de carácter científico aparte de alimentar ganado

La paja del trigo podría convertirse en un componente más de las baterías de litio, las que usan los móviles y las tabletas, según se desprende de los estudios de un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO), convirtiéndose así en un componente medioambientalmente sostenible y de bajo coste de dichas baterías.

Según ha informado la UCO, como consecuencia de la investigación, coordinada por el profesor del departamento de Química Inorgánica e Ingeniería Química, Alejandro Rodríguez Pascual, se ha conseguido remplazar componentes tóxicos de baterías de litio por ligninas, sustancias naturales que forman parte de la pared celular de las células vegetales que contiene, entre otras especies, la paja de trigo.

El trabajo en cuestión, publicado recientemente en la revista 'International Journal of Biological Macromolecules (Q1)', persigue valorizar y aprovechar la lignina para sustituir el polímero plástico PVDF, que está incluido en las baterías de litio, presentes en teléfonos móviles, ordenadores portátiles o coches eléctricos, entre otros dispositivos, y que se utiliza como aglutinante de los demás compuestos que forman la batería.

Origen petroquímico

Su origen es petroquímico y su síntesis, además de suponer un alto coste, es agresiva para el medio ambiente. Este componente es crucial para evitar que los polos positivos y negativos de la batería se degraden rápidamente y la batería pierda toda su energía, quedando inservible.

La paja de trigo se utiliza en la actualidad como alimento para el ganado, llevar a cabo quemas controladas y aplicaciones diversas que no le otorgan valor alguno al producto. Esta paja es un material lignocelulósico, también conocido como biomasa vegetal.

Juan Domínguez-Robles, investigador principal de este trabajo, ha explicado que el estudio parte de la separación de la lignina de la celulosa, mediante el procedimiento de "pasteado a la sosa", con el objetivo de caracterizar la primera y ver qué aplicaciones puede tener.

Según ha detallado este investigador, una vez remplazado el componente tóxico de la batería de litio por la lignina, se observa que los resultados energéticos son prácticamente idénticos, "consiguiendo no solo beneficios ambientales, sino también económicos, puesto que supone una reducción considerable de costes".

La lignina que está contenida en la paja sustituye al PVDF y realiza la misma función que éste, es decir, la de aglutinar los demás compuestos que forman la batería. Actúa como un pegamento natural, uniendo las partículas activas de los electrodos de la batería.

Sin este aglutinante, cada vez que se cargan y usan las baterías las partículas se irían separando -pierden la conectividad- y la batería perdería capacidad, es decir, autonomía del dispositivo electrónico que la utilice, ya sea el móvil, el portátil o el coche.

Las baterías se componen de cátodos y ánodos y, hasta el momento, los equipos de investigación RNM-271 y FQM-175, del Departamento de Química Inorgánica e Ingeniería Química de la UCO, han estudiado este método de sustitución de PVDF por ligninas en ánodos, por lo que el siguiente paso es probarlo en cátodos. Si los resultados se igualan tras las pruebas, "se ampliaría el espectro de aplicación de la lignina, incorporando su uso como aglutinante en batería completas".

Además, este grupo de trabajo pretende en un futuro llegar a usar los materiales lignucelulógicos al 100 por 100, para crear un supercondensador completamente sostenible. Los supercondesadores son dispositivos que liberan una alta potencia energética en muy poco tiempo y se convertirán en equipos imprescindibles para cargar coches eléctricos de manera rápida.