Destrozo del mobiliario en su celda

Dos internos intentan provocar un motín en el módulo 10 de la Prisión

El corte del trafico de droga por el estado de alarma ante el Covid-19 está elevando la tensión en el seno de las cárceles del país
Entrada a la Prisión de Córdoba
photo_camera Entrada a la Prisión de Córdoba

El sindicato Tu Abandono Me Puede Matar ha denunciado, a través de un comunicado público remitido a esta redacción, el tenso ambiente que se está viviendo en las prisiones durante el estado de alarma provocado por el Covid-19. Así, la entrada clandestina de droga se ve truncada, a raíz de la suspensión de los permisos de salida y de las comunicaciones familiares, que son la vía principal de introducción en las cárceles, y eso hace que los internos muestren actitudes agresivas y violentas, lo que provoca incidentes graves.

Un ejemplo destacado por esta asociación de funcionarios de prisiones es que durante el turno de noche del pasado sábado, dos internos de uno de los departamentos más conflictivos del centro penitenciario de Córdoba (M-10), protagonizaron un grave incidente regimental, en el que causaron grandes destrozos en la celda e intentaron que el resto de internos les secundara en su actitud para sublevarse.

Personados los funcionarios de servicios en la celda, con el material de protección autorizado para este tipo de situaciones y con la correspondiente autorización del Jefe de Servicios, abrieron la celda y se encontraron con jabón esparcido por todo el suelo y los colchones mojados taponando la entrada. De este modo se dificultaba la visibilidad de los internos que se parapetaban detrás.

Su finalidad, siempre según la misma fuente, era levantar el módulo alterando el orden, con la intención de agredir a los funcionarios y provocar una revuelta.

Tras media hora de negociaciones los funcionarios consiguieron que los internos depusieran finalmente su actitud, saldándose el incidente con graves destrozos, pero sin ningún herido, gracias a la pericia y gran profesionalidad de los trabajadores penitenciarios, que supieron resolver la situación, con gran destreza. Eso sí, el mobiliario estaba completamente destrozado y habían arrojado por la ventana los restos de cascotes de las paredes y escritorios que son de mampostería.

"Una vez más se pone de manifiesto que las prisiones no son balsas de aceite, como pretenden hacer ver a la opinión pública tanto el Ministro del Interior, como el secretario general de Instituciones Penitenciarias (Ángel Luis Ortiz González)", indica la nota, para añadir que "si las prisiones españolas no han estallado ya, es porque los trabajadores penitenciarios, pese a la gran falta de medios, la deficiente formación para este tipo de hechos en concreto y gran escasez de efectivos han demostrado una vez más que son grandes conocedores del medio penitenciario lo cual se demuestra día a día".