NAVIDAD EN CÓRDOBA

La edad física del niño, madurez y gustos, claves a la hora de hacer los regalos

Ha llegado el momento de escribir la carta a los Reyes Magos, que a veces tienen muy difícil decidir cuál es el juguete más adecuado para cada niño

Niño jugando a las cocinitas
photo_camera No hay juguetes de niña y juguetes de niño, sólo juguetes asociados a un género

Sólo hay que echar un vistazo a los catálogos de juguetes de centros comerciales y comercios especializados, que por estas fechas proliferan como setas, para darse cuenta de lo complicado que puede resultar elegir un buen juguete para nuestros niños.

A la hora de elegir un juguete para nuestros niños “es fundamental escucharlos y tener en cuenta sus gustos”, afirma la psicóloga Francisca Ramírez Polo, quien comenta que “el niño necesita sentir que su opinión es tenida en cuenta” y los padres deben “enseñarles a elegir y a darle valor a lo que ya tienen”. Para ello,” es fundamental compartir  tiempo con ellos, elaborar una lista y hablar con ellos sobre la importancia de elegir el que más le guste” y, para los niños mayores, “reflexionar sobre la idoneidad del juguete elegido”.

“Regalar demasiados juguetes al mismo tiempo lleva al niño a no darles el valor que tienen”, apunta la psicóloga que recomienda que los niños reciban, en total, “entre dos y cuatro” juguetes o juegos aunque “habrá que tener en cuenta la edad y el tipo de juguetes”.  Como suele ocurrir que los niños se aburren pronto de un juguete, Ramírez aconseja a los padres que, pasado el primer día tras recibir el regalo, se le puede plantear al niño que escoja uno o dos para jugar y  reservar el resto para otro momento.

En general, la especialista recomienda regalar juguetes que estimulen el desarrollo del niño, adaptados a su nivel evolutivo y que potencien su creatividad. En el caso de juegos relacionados con la tecnología, Ramírez dice que “hay que fijarse muy bien en la edad para la que están recomendados” y los padres deberían controlar el tiempo de juego, por las consecuencias negativas que tiene el uso abusivo de estos productos, que puede afectar a las relaciones sociales y llegar a interferir en el rendimiento escolar.

Por eso, Ramírez anima a que, entre los juguetes y juegos se elija alguno para compartir en familia o con los amigos. “Es fundamental fomentar las relaciones sociales durante la infancia. Además aprenden a respetar turnos de juego, a seguir normas, a perder, etc.”.

Un juguete para cada edad

Cada edad tiene sus juguetes ideales o, al menos, más recomendables. Hasta los tres años deben ser juegos que estimulen a nivel cognitivo, del lenguaje y psicomotor. Para los más pequeños sonajeros, mordedores, peluches,  juegos musicales, con luces, alfombras multisensoriales, conos de aros, juguetes para arrastrar y empujar y conforme van creciendo muñecos interactivos, andadores, cubos para encajar o marionetas.

De los 3 a 6 años es la etapa del juego simbólico, de imitar, por ello les encantan los disfraces, los maletines profesionales, las cocinitas, los muñecos/as (para hacer de papás y mamás), los teléfonos. También es importante el desarrollo de la motricidad (fina y gruesa) y para ello es adecuado todo lo que tenga que ver con pizarras, lápices, juegos de encaje, juegos de construcción, balones, bicicletas. También son recomendables los juegos que incluyan letras y números.

Entre los 7 y 10 años los niños suelen mostrarse más calmados, con mayor capacidad de concentración y mayor capacidad para terminar lo que empiezan. Por ello son adecuados los juegos de mesa que requieran estrategia y reflexión y los juegos de experimentos. Siguen siendo recomendables todos aquellos juguetes que potencien la motricidad como bicicletas y  la práctica deportiva. Además, con ello se potencian las relaciones sociales.

En la preadolescencia, de 11 a 14 años, es la etapa de la consolidación de la identidad y la personalidad. Hay que tener muy en cuenta sus gustos y aficiones así como recordar que cualquier abuso es negativo para su desarrollo y que siempre es recomendable potenciar actividades al aire libre y las relaciones sociales.

Juguetes según el sexo

Francisca Ramírez no es partidaria de que los padres trasladen a sus hijos la idea de que hay juguetes para niños y juguetes para niñas, ya que con ello crecerán en la creencia de que hay actividades para el género femenino y otras para el masculino. Por ello, la psicóloga anima a que sean los niños los que elijan el juguete con el que quieren jugar, “independientemente de a qué género haya sido asociado tradicionalmente”.

En su opinión, “la elección de uno u otro tipo de juguete no tiene que ver con aspectos del desarrollo sino con la educación”. “En la etapa del juego simbólico (3-6 años), los niños y niñas tienden a copiar modelos de conducta. Tradicionalmente las niñas han copiado a las madres, durante mucho tiempo, muchas de ellas amas de casa y encargadas casi exclusivamente del cuidado de los hijos. Los niños, por su parte, han copiado a la figura paterna” y “cuando la conducta del niño (varón) ha reflejado un modelo tradicionalmente femenino (jugar con muñecas) ha sido reprendido. Al igual que si una niña imita en el juego roles tradicionalmente masculinos”.

En esto tiene mucho que ver la publicidad, como también en la atracción de los niños por los juegos bélicos. Ramírez asevera que “si regalamos a nuestros hijos este tipo de juguetes les estamos haciendo saber que estamos de acuerdo con lo que éstos representan: violencia, falta de respeto hacia el otro, etc.”. A su juicio, “es fundamental hacerles entender qué simboliza el uso de esos elementos”.

Aún así, “hay que ser realistas y saber que están a su alcance porque otros niños los tienen y también saber que cuanto más se les nieguen más los van a desear, por lo que no hay que hacer de este tema una batalla y, en caso de negárselos, ofrecerles alternativas”, dice la experta quien apunta que “si aún así cedemos y acabamos comprándolos, es importante hacerles saber nuestro punto de vista y, sobre todo, enseñarles a distinguir lo que es el juego de lo que es la realidad” aunque lo ideal, remarca es “no comprarlos”.