'Los libros hacen grande lo más pequeño'

El CEIP Concepción Arenal celebra el Día del Libro Infantil

Francisco Alcalde defiende la lectura como una actividad formativa y una aventura apasionante. 

Día del Libro Infantil
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El delegado de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Alcalde, ha defendido la lectura como una actividad formativa y como una de las mejores aventuras que un niño o una niña puede vivir, ante un grupo de escolares del CEIP Concepción Arenal, con quienes ha celebrado el Día del Libro Infantil. Este acto se ha celebrado en la Biblioteca Pública, y ha contado con la presencia de la autora Ana Ramos, que ha presentado su libro “Koko”.

Alcalde ha señalado que desde 1967, se celebra el 2 de abril el Día Internacional del Libro Infantil, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos los niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, y otros centros culturales.

Ana Belén Ramos 

Ana Belén Ramos  nació en Córdoba, en el año 1979. Es escritora, editora y traductora. Licenciada en Filología y Técnica Superior de Diseño Gráfico. Ha publicado la novela Koko, el álbum ilustrado Mar, el niño de agua, el libro infantil Cuento del rey bajito (Accésit en la IV edición del Premio de Cuentos Ilustrados de la Diputación de Badajoz) y el relato sobre la historia de Córdoba “La ciudad más hermosa”, incluido en el volumen Ciudades de cuento. Después de formar parte de las aventuras editoriales de Plurabelle y Berenice, en la actualidad codirige junto a Javier Fernández la colección Letras Populares de Ediciones Cátedra.   

El acto ha finalizado con la lectura del siguiente manifiesto por parte del delegado:

MANIFIESTO

‘Los libros hacen grande lo más pequeño’

Las personas tienden al ritmo y a la regularidad, de la misma forma que la energía magnética organiza las virutas de metal en un experimento de física, de la misma forma que un copo de nieve crea cristales a partir de agua. Ya sea en un cuento de hadas o en un poema, a los niños les gusta la repetición, los refranes y los motivos universales porque pueden reconocerse una y otra vez; dan regularidad a un texto.

El mundo adquiere un orden precioso. Aún recuerdo que de niña luchaba conmigo misma por defender la justicia y la simetría, la igualdad de derechos para la izquierda y la derecha: si tamborileaba con los dedos una melodía sobre la mesa, contaba cuántas veces debía golpear con cada dedo para que los demás no se sintieran ofendidos. Solía aplaudir dando una palmada con la mano derecha sobre la izquierda, pero pensé que eso no era justo y aprendí a hacerlo al contrario, con la izquierda sobre la derecha. Por supuesto, este afán instintivo de equilibrio resulta gracioso, pero lo que muestra es la necesidad de evitar que el mundo llegara a ser asimétrico. Tenía la sensación de ser la única responsable de todo su equilibrio.
La inclinación de los niños hacia los poemas y las historias surge, igualmente, de su necesidad de llevar regularidad al caos del mundo. Desde la indeterminación todo tiende hacia un orden. Las canciones infantiles, las canciones populares, los juegos, los cuentos de hadas, la poesía… son formas de existencia rítmicamente organizadas que ayudan a los más pequeños a estructurar su presencia en el gran caos. Crean la conciencia instintiva de que el orden en el mundo es posible y que todas las personas tienen en él un sitio único. Todo fluye hacia este objetivo: la organización rítmica del texto, las series de letras y el diseño de la página, la impresión del libro como un todo bien estructurado. La grandeza se revela en lo más pequeño y le damos forma en los libros infantiles, incluso cuando no estamos pensando en Dios o en los fractales.

Un libro infantil es una fuerza milagrosa que promueve el enorme deseo de los pequeños y su capacidad de ser. Promueve su coraje para vivir.
En un libro, los pequeños siempre son grandes, de manera instantánea y no solo cuando llegan a adultos. Un libro es un misterio en el que se encuentra algo que no se buscaba o que no estaba al alcance de alguien. Lo que no pueden comprender lectores de una cierta edad permanece en su conciencia como una impronta y continúa actuando aun cuando no lo entiendan completamente. Un libro ilustrado puede funcionar como un cofre del tesoro de sabiduría y cultura incluso para los adultos, igual que los niños pueden leer un libro destinado a adultos y encontrar su propia historia, un indicio sobre sus vidas incipientes. El contexto cultural modela a las personas, estableciendo las bases para las impresiones que llegarán en el futuro, así como para las experiencias más difíciles a las que tendrán que sobrevivir sin dejar de ser íntegros.

Un libro infantil representa el respeto por la grandeza de lo más pequeño. Representa un mundo que se crea de nuevo una y otra vez, una seriedad lúdica y preciosa, sin la que todo, incluida la literatura infantil, es simplemente un trabajo muy pesado y vacío.