Efemérides cordobesas

Tal día como hoy, en 1951, en la capital cordobesa se comió carne de ballena

El cetáceo, de apenas un par de años de vida, tenía 19 metros de largo y pesaba 60 toneladas 
Cartel de la obra de teatro Ultamarins que rememoraba la gira de 'Moby Dick' por la España franquista
photo_camera Cartel de la obra de teatro Ultamarins que rememoraba la gira de 'Moby Dick' por la España franquista

Tal día como hoy en 1951 apareció en la prensa un anuncio que decía textualmente: "Una ballena cazada el domingo se pone a la venta en las carnicerías”. Toda una novedad en una Córdoba donde la hambruna era muy corriente, sobre todo en las clases menos pudientes, tal y como se indica en las páginas de ese cronista digital de la vida nuestra que es Cordobapedia.

El éxito estaba garantizado tanto por su novedad como por su sabor parecido al de la carne de vaca y por el precio, que era más barata, y que tenía incluso más cualidades nutritivas por su composición en proteínas esenciales que la de vacuno. Lo único que se comieron fueron los lomos, pero la cantidad fue suficiente como para alimentar a unas 2.800 familias durante varios días. 

Dicen los documentos gráficos de la época que se trataba de una ballena más bien pequeña, que sólo tenía dos años y pesaba sesenta toneladas y medía diecinueve metros de larga con dos metros de diámetro. Habría que imaginarse qué hubiera pasado con un cetáceo que no hubiera sido tan pequeño (teniendo en cuenta que pueden llegar a vivir hasta los 80 años).

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El anuncio decía que el cetáceo con la denominación 603 fue capturado en aguas del Estrecho de Gibraltar junto a las costas de Marruecos, siendo arrastrada a San Fernando de Cádiz para su desguace, y posteriormente fue transportada en el 'tren pescaero' a la capital califal. En otros lugares de Andalucía ya se realizaba esta venta, sobre todo en Cádiz y Sevilla, lo que permitió el probar en nuevos mercados. La empresa que se dedicaba a su comercialización se llamaba 'La Ballenera del Estrecho'.

Dicen los periódicos de la época que el mamífero marino ya en la plaza tuvo cierto éxito, más por curiosidad que por meterle el diente el consumidor. Su carne era tan roja -tirando a guinda- que mucha gente le repelía sólo el verla. El precio se fijó en 11,50 pesetas el kilo. Y así, centenares de kilos pasaron a los estómagos curiosos de numerosos cordobeses. En aquellos días, las tabernas donde se servían tapas también fue una novedad, pues era costumbre en algunas de ellas 'meter gato por liebre'. La gente de la década de los 50 que degustó este producto exótico decía que la "Ballena se parece al 'Litri'',ya que los dos llenaban las plazas". Mucha guasa es lo que había, a pesar del hambre.

Y como las amas de casa no conocían una receta apropiada para cocinarla, el Diario Córdoba propició una receta que decía:

Conviene ponerla en agua durante tres o cuatro horas. Así quedará bien desangrada. El agua debe tener unas gotas de vinagre. No es precisa la sal. Después se puede cocinar de la siguiente forma: en estofado, mechada, o frita en adobo. No es aconsejable encebollarla.

La verdad que los ciudadanos y ciudadanas después de aquella partida no volvieron a saborear de una forma masiva la carne de este inmenso animal dueño de los mares. No se sabe si fue porque los cordobeses son algo señores al consumir cosas extrañas -y no cayó muy bien su degustación- o porque entre la pesca, manufacturación y transporte era mucho el tiempo transcurrido hasta que llegaba al consumidor cordobés. Hay que tener en cuenta que no existían medios frigoríficos de transporte y que por entonces sólo se conservaba mediante barras de hielo y sal.

También es destacable que en muchos puestos del mercado estuvo expuesta durante más de diez días y era motivo atractivo para que acudieran cientos de mosca.

La experiencia vivida en Córdoba dio pie a pasillos cómicos en el 'Carnaval clandestino' de la famosa calle Montero, donde se cantaban las siguientes coplillas.

No comer de Sandalio
el cetáceo
que vaya “uste” a saber
los moscardones
que le han “picao”.
Mi vecina comió ballena,
por donde,
el punto se le fue
y lleno hasta la “casera”.