Mañana, En la Mezquita-Catedral

Córdoba abre su primera causa de beatificación por ofrecimiento de vida

Se trata del hermano Pedro Manuel Salado de Alba, que vivió hasta 1998 vivió en el Hogar de Nazaret de Córdoba de la calle Osio y salvó en Ecuador a siete niños de morir ahogados antes de fallecer exhausto en la orilla en febrero de 2012

El hermano Pedro Manuel Salado en la misión de Quinindé
photo_camera El hermano Pedro Manuel Salado en la misión de Quinindé

Mañana viernes, 12 de octubre, tendrá lugar en la Mezquita-Catedral de Córdoba, a las 12.00 horas la solemne sesión de apertura de la causa de beatificación y canonización del hermano Pedro Manuel Salado de Alba que murió el 5 de febrero de 2012, de forma heroica, después de salvar a siete niños de morir ahogados. Nacido en Chiclana de la Frontera (Cádiz) en enero de 1968, era miembro consagrado del Hogar de Nazaret, que tiene en Córdoba su sede fundacional. Es la primera causa de beatificación abierta por ofrecimiento de vida en la diócesis de Córdoba.

El hermano Pedro Manuel Salado se consagró al Señor en el año 1990 y hasta 1998 vivió en el Hogar de Nazaret de Córdoba de la calle Osio. Después fue destinado a la misión de Quinindé en Ecuador. Allí dirigió un Hogar y la Escuela-Colegio Sagrada Familia de Nazaret, con una entrega reconocida por aquéllos que lo conocían. Falleció el 5 de febrero de 2012, en una playa de Atacames, exhausto, tras llevar hasta la orilla a siete niños atrapados por el mar.

Estando los niños jugando en el agua, cerca de la orilla de una playa de Esmeraldas (Ecuador) un remolino arrastró a siete de ellos mar adentro. El hermano Pedro no dudó en lanzarse al agua, diciendo “tengo que salvar a mis niños”, y los fue sacando uno a uno, con la mala fortuna de fallecer en la orilla exhausto tras sacar a los dos últimos niños.

La sesión solemne de apertura de la causa tendrá lugar en la Mezquita-Catedral de Córdoba, presidida por el obispo, Demetrio Fernández, y este acto jurídico, posterior a la celebración de una eucaristía de acción de gracias, representará la primera sesión de esta causa de beatificación y canonización. El obispo se constituirá ese día como juez de esta causa y tanto el prelado como los miembros del tribunal jurarán atender la misión encomendada; tras la firma y sellado de las actas ante el pueblo de Dios, dará comienzo esta causa.