CRISIS DEL CORONAVIRUS

CCOO considera que el protocolo de 'desescalada' de la Universidad no respeta a la plantilla

El sindicato critica, entre diversas cuestiones, la falta de negociación para los contratos de teletrabajo
Rectorado
photo_camera Rectorado de la Universidad de Córdoba

La Sección Sindical de CCOO en la Universidad de Córdoba considera que el protocolo establecido por la Universidad para la desescalada no respeta los derechos de la plantilla y critica que se haya elaborado sin tener en cuenta ni una sola de las propuestas de la representación sindical.

El sindicato recuerda que durante el estado de alarma, CCOO ha mantenido un silencio respetuoso y leal con las autoridades universitarias, limitándose a informar al personal sobre cuestiones puntuales. “Somos conscientes de que son momentos en que cualquier crítica que se haga, venga de donde venga, a las medidas adoptadas por las autoridades, se puede utilizar para tachar esas críticas de oportunistas, partidistas, y vocablos similares, tan repetidos en los tiempos de crisis”, admite la responsable de Comunicación de la Sección Sindical de CCOO en la UCO, Rafaela Bueno, pero, ante los hechos acaecidos en los últimos días, el sindicato se ve obligado a expresar su disconformidad con las medidas adoptadas por la Universidad cordobesa de cara a la reincorporación presencial de su personal.

En este sentido, CCOO critica que cuando a nivel de Asociación de las Universidades Públicas Andaluzas se está hablando aún de cómo abordar la desescalada, la UCO ya ha aprobado en Consejo de Gobierno del 5 de mayo un Protocolo para la reincorporación progresiva presencial sin tener en cuenta las aportaciones realizadas por la representación sindical en las reuniones del Comité de Seguridad y Salud laboral (CSS) o la Mesa General de Negociación (MGN) entre el 27 de abril y el 5 de mayo, que en opinión de CCOO han sido un paripé de negociar.

Es más, CCOO considera que en el contexto actual, los representantes de los trabajadores y trabajadoras deben extremar el control de las actuaciones de las autoridades para proteger su salud y el resto de los derechos, evitando la arbitrariedad y las decisiones unilaterales.

En el seno de la MGN, que es donde se negocia, ni una sola de las propuestas de CCOO de modificar el Protocolo fue aceptada. “Solo pretendíamos, además de la conveniente realización de test para la presencialidad, incluir al Comité de Seguridad y Salud en las competencias para la salud y seguridad del personal, así como incluir que determinados apartados serían desarrollados mediante la negociación amparada por la ley”, explica Rafaela Bueno. 

“Al Consejo de Gobierno se llevaron unos documentos que no tenían la obligada firma de las organizaciones sindicales y, además, estaban modificados respecto a lo que se habían presentado en las reuniones citadas”, afirma Bueno quien remarca que “el Consejo de Gobierno es para gobernar, no para negociar; todo lo negociable debe llegar al órgano de gobierno previamente acordado. No lo decimos nosotros, lo dice la ley”.
 
Para CCOO, el Protocolo no respeta los derechos de representación al pretender un contrato individual con cada persona que vaya a realizar teletrabajo. “No se van a negociar unos criterios generales para teletrabajar y el contrato será elaborado en base a un cuestionario, pudiendo haber cambio de funciones, de puesto de trabajo, etc.”, denuncia la representante sindical.

Por lo que respecta al cuestionario que deberá cumplimentar obligatoriamente todo el personal de administración y servicios CCOO apunta que presenta un oscuro itinerario virtual: “Desconocemos a dónde llegan nuestros datos confidenciales sobre vulnerabilidad o situación personal, e igualmente desconocemos quién o quiénes tratarán estos datos”, indica Bueno.

Ante esta situación CCOO pide al rector y al resto de autoridades universitarias que reconduzcan su actitud porque “las personas que representamos al personal somos su voz, la voz de los trabajadores y trabajadoras que ante la incertidumbre nos consultan y a los que no podemos dar respuesta porque no la tenemos, por la falta de información concreta de que disponemos”, apostilla Rafaela Bueno.