SALUD Y PREVENCIÓN

Casi 17.500 cordobeses tienen glaucoma, pero otros 9.000 lo desconocen todavía

La enfermedad es asintomática en sus orígenes, pero una revisión a tiempo podría reducir los casos de ceguera por esta razón

ojo glaucoma
photo_camera La AGAF recomienda vivamente realizarse pruebas para detectar a tiempo la enfermedad

Con motivo de la Semana Mundial del Glaucoma, que este año se celebra del 11 al 18 de marzo, la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF) señala que aproximadamente el 30% de los diagnósticos empeoran y, en algunos casos, terminan en ceguera, porque el paciente no sigue el tratamiento correctamente. Un peligroso dato que afecta a más de 150.000 españoles. En el caso concreto de Andalucía, este tanto por ciento repercutiría sobre 55.362 pacientes.

El glaucoma es una enfermedad ocular degenerativa que se caracteriza por la pérdida de visión periférica (como si se mirara a través de un túnel) y, en algunos casos, también central, debido al daño progresivo que se produce en el nervio óptico. En la actualidad, es la segunda causa más habitual de ceguera evitable.

En España afecta a un millón de personas aproximadamente, y se calcula que alrededor de 500.000 españoles la sufren, pero no saben que la padecen. Por otro lado, en la actualidad se calcula que el glaucoma afecta a cerca de 184.538 personas de Andalucía y alrededor de 92.269 desconocen que sufren esta enfermedad.

En España, el 50% de los afectados no saben que tienen glaucoma

Por provincias, Córdoba tiene diagnosticadas a 17.415 personas, si bien se calcula que la padecen sin saberlo unas 8.708 personas. En Sevilla son 42.265 diagnosticados y 21.338 que desconocen tenerlo, con lo que es la provincia andaluza con más incidencia, mientras que la menor es Huelva, con 11.431 diagnosticados y 5,716 personas que ni siquiera saben que lo tienen.

AGAF destaca la importancia del diagnóstico precoz, gracias a las revisiones periódicas necesarias, pero también advierte de la necesidad de que los pacientes de glaucoma sean constantes con el tratamiento estipulado por su médico oftalmólogo y se sometan a las diversas revisiones periódicas, con el fin de realizar un correcto seguimiento de la enfermedad. Una medida que, sin duda, evitaría el empeoramiento de esta patología, dado su carácter degenerativo, y podrían reducirse los casos de ceguera por esta razón.

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"El principal problema de los tratamientos para el glaucoma es que el paciente no nota una mejoría a corto plazo ni tampoco recupera su capacidad visual. Por eso, es necesario que los profesionales médicos incidan fuertemente en que los colirios y medicamentos que utilizamos los afectados por esta enfermedad tienen como fin frenar su carácter degenerativo, es decir, evitar en la medida de lo posible que la pérdida de visión vaya a más", señala Delfina Balonga, presidenta de AGAF.

En España se calcula que el 50% de los afectados no sabe que lo padece, un dato también preocupante para la Asociación. Esto se debe a que, en la mayoría de los casos, la enfermedad es asintomática en sus orígenes. Por otra parte, en los primeros estadios, el cerebro compensa el déficit de visión, por lo que es casi imposible que el paciente pueda darse cuenta de que está perdiendo su capacidad visual.

Enfermedad degenerativa

No obstante, al tratarse de una enfermedad degenerativa, una detección temprana es la clave para proteger la visión del daño que produce. Por este motivo, la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares señalan la importancia de realizarse una exploración oftalmológica una vez al año, a partir de los 45 años, para detectar el glaucoma más frecuente.

El diagnóstico a tiempo podría evitar la ceguera en el 95% de los casos y, para ello, sólo hay que realizarse un estudio que mide la tensión ocular y un examen del nervio óptico, pruebas ambas indoloras y bastante rápidas. En los casos en los que existe alguna duda, estas pruebas se completan con una evaluación del campo visual.

La diabetes, la presión intraocular alta, la hipertensión o los corticoides, son factores de riesgo

Los tratamientos que se utilizan en esta enfermedad van desde la aplicación de colirios hasta la intervención quirúrgica. En ningún caso el paciente recupera la visión perdida, pero un diagnóstico precoz evita daños adicionales y frena su desarrollo.

El riesgo de padecer esta enfermedad oftalmológica degenerativa se dispara a partir de los 60 años. No obstante, existen otros factores que pueden provocar su aparición, tales como la diabetes, la presión intraocular alta -que no siempre se da con glaucoma-, antecedentes familiares de glaucoma, miopía elevada (más de cinco dioptrías), hipertensión arterial o estar medicado con corticoides.