AUTÓNOMOS

ATA pide un recargo del 20% a las administraciones que no paguen en plazo

El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Andalucía, Rafael Amor, reclama un régimen sancionador para quienes incumplan la Ley de Morosidad reiteradamente

Rafael Amor ATA
photo_camera ATA reclama un régimen sancionador para quienes incumplan reiteradamente la ley de morosidad

El presidente andaluz de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Rafael Amor, ha reclamado hoy en la presentación del informe sobre morosidad realizado por el Gabinete de Estudios Socioeconómicos de la asociación que se establezca un recargo del 20% inmediato para todas aquellas administraciones que no paguen en los plazos que establece la ley de Morosidad.

Aunque los periodos medios de pago se han reducido más de un 25% en el último año, las administraciones públicas (AA.PP.) siguen incumpliendo sistemáticamente la ley. En Córdoba, el periodo de pago de las AA.PP. se sitúa en 79 días, siendo el segundo más bajo de Andalucía, en donde dicho periodo de pago es de 97 días, lejos aún de los 30 que marca la normativa.

Cabe destacar que, la Administración local, que es para la que trabajan la gran mayoría de los autónomos, ha reducido sus plazos de pago en el último año un 33,1%, pasando de 139 a los 93 días de media actuales. Por el contrario, la Administración central ha incrementado el periodo de pago en un 9,8%, pasando de 41 a 45 días. Por su parte, la Administración autonómica ha bajado en 24 días su plazo de pago, que ahora es de 101 días.

Tampoco las empresas cumplen la ley. Andalucía es la comunidad autónoma con más morosidad privada, alcanzando los 96 días de media en plazo de pago, especialmente, entre las grandes empresas, que tardan una media de 137 días abonar sus facturas. En el caso de Córdoba, esta cifra se reduce a 78 días.

Son los autónomos y las microempresas los únicos que prácticamente cumplen la Ley, según ATA, ya que tardan una media de 59 días, en el caso de los primeros, y de 71 en el de los segundos, en abonar sus facturas.

El 56,7% de los autónomos tarda menos de 90 días en cobrar, mientras que el 35,4 tarda entre 90 y 180 días, el 5,1 hasta 364 días y el 2,8 más de un año. 

Según Amor, en el segundo trimestre del año aumentó el periodo de pago debido a los procesos electorales. “Demandamos que cuando haya un periodo electoral no se paralicen los pagos, que se establezca un cuerpo de inspección para que vigile la morosidad, sobre todo entre las grandes empresas que presumen de ser socialmente responsable, que se establezca un régimen sancionador para aquellas administraciones públicas que incumplan la ley de morosidad, que prácticamente estamos todavía sin cumplirla y habilitar un buzón de denuncias” donde los proveedores puedan denunciar a quien incumple los plazos de pago. Asimismo, exigen que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) asuma competencia al respecto y reconozca los plazos de pago como un instrumento de competencia desleal.

“Estamos en un momento clave”, señaló el presidente andaluz de ATA, que reconoció que se han frenado las altas respecto al año pasado pero también las bajas. En Córdoba se han producido 11.062 altas de autónomos y 10.210 bajas, si bien hay que tener en cuenta que entre el 17 y el 20% de las mismas corresponden a jubilaciones, incapacidades y fallecimientos. La mayor parte de las altas se han producido en los sectores de la agricultura, la construcción y el comercio.

Dado que el 60% de los autónomos no tiene financiación, aunque ha frenado un "poquito" la caída de actividad, "si tardamos en cobrar nuestras facturas tenemos que hacer encaje de bolillos". A pesar de todo, los autónomos andaluces crearon 18.000 puestos de trabajo en los seis primeros meses del año. 

Por otra parte, Amor hizo hincapié en que “es un momento de sumar, de hacer una reflexión y de pensar lo que han querido los ciudadanos andaluces, y no han querido otra cosa que nos pongamos de acuerdo, por lo tanto Andalucía no se puede permitir el no sacar unos presupuestos adelante”. Por ello, pidió un “poco de cordura” al Parlamento para que los presupuestos de la comunidad salgan adelante.