"Soy sus manos y sus pies". Así se define Inma Gómez, asistente personal de Álvaro Ferreras, un joven cordobés de 35 años con tetraplejia debido a un accidente de tráfico sufrido hace quince años. El día a día de Inma Gómez y Álvaro Ferreras comienza a las 9 de la mañana, cuando esta auxiliar de enfermería, acude al domicilio de Álvaro para despertarlo, vestirlo, lavarle los diente y ponerle el desayuno. Después, lo lleva a la parada donde un autobús de Fepamic lo recoge para transportarlo al centro de estancia diurna, en el que recibe rehabilitación varios días a la semana. Pero no todas las mañanas son así. Algunos días, Álvaro prefiere dedicar su mañana a hacer algunas compras, llevar su coche al taller, dar un paseo, tomar un café, sentarse en un parque o ir al cine.
Inma forma parte de un nuevo concepto de cuidadores de personas con discapacidad, se trata de la figura del asistente personal. Un cuidador que cumple las necesidades de la persona a la que atiende, ajustándose a sus horarios y a sus demandas. En este caso, un asistente personal difiere mucho de las funciones de un trabajador de la ayuda a domicilio, que se ajusta a un horario determinado y que realiza una serie de funciones definidas y establecidas dentro de su jornada laboral y en el domicilio del usuario. El asistente personal es mucho más, es una ayuda personalizada a los deseos y necesidades de cada persona. En el caso de Inma, su jornada diaria es de cinco horas, que se reparten según lo que Álvaro necesite cada día. "Hay veces que voy solo una hora por la mañana, lo aseo, lo llevo a la parada del bus y después vuelvo cuatro horas por la tarde o hay otros días en los que Álvaro prefiere que esté toda la mañana con él porque ese dia necesita llevar el coche al taller o hacer algunas compras", explica Inma. Es una oportunidad de que las personas con discapacidad puedan disfrutar del ocio y del tiempo libre como cualquier otra persona, señala Álvaro y es que como él mismo dice "mi ocio es un derecho y gracias a mi asistente personal puedo hacer las cosas que haría cualquier chico de mi edad". La relación de Álvaro y su asistente es tan personal, que incluso celebraron sus cumpleaños juntos, yendo a una discoteca de Cabra. "Ese día pedimos un taxi que nos llevara y nos trajera y nos dieron las 8 de la mañana", recuerda Álvaro.
Esta figura, que es pionera en Andalucía forma parte de un proyecto piloto que se puso en marcha el pasado mes de septiembre. Gracias a este proyecto, la Junta de Andalucía junto con el Ministerio de Salud, Igualdad y Políticas Sociales, destinaron una subvención a la plataforma Codisa-Predif Andalucía, por la que se contrató a nueve asistentes personales que en Córdoba atienden a día de hoy a nueve usuarios. El proyecto estará vigente hasta el mes de diciembre, y la intención de esta plataforma es que debido a los buenos resultados que se están obteniendo, la figura del asistente personal se mantenga en el tiempo de forma indefinida. En Córdoba, Loles Jiménez es junto a Victoria Garrido las dos responsables del proyecto. Según explica Loles, gracias a la asistencia personal "es el propio usuario el que decide y puede demandar los servicios para lo que quiera como por ejemplo que le tomen los apuntes en la Universidad o que le acompañen en su tiempo libre". Esta trabajadora social, señala que la figura del asistente personal "está recogida dentro de las prestaciones de la Ley 39/2006", más conocida como la Ley de Dependencia, y es uno de los servicio que se presta dentro del catálogo, pero "a día de hoy no se está utilizando". "Lo que pretendemos", dice, es que cuando finalice diciembre, la figura del asistente personal "salga adelante" y se quede para siempre ya que "da mucha libertad a los usuarios", a diferencia, señala de la ayuda a domicilio " que es asistencialista pero no integradora". Actualmente, desde Codisa-Predif se está atendiendo a 30 usuario de toda Andalucía, en provincias como Córdoba, Jaén, Málaga, Sevilla y Granada.
Se aprobarse la figura del asistente personal, se regularizaría la situación de muchos trabajadores que actualmente prestan estos servicios de forma privada. Y es que en el caso de Álvaro, Inma lleva trabajando con él como asistenta desde hace más de un año aunque en esta situación su sueldo "salía directamente de mi bolsillo", señala Álvaro. Según explica este usuario, si regulasen el trabajo de su asistenta, " y le dieran de alta" él podría gastar su dinero en otras cosas como el ocio repercutiendo así en la economía del país. El balance de Álvaro es muy positivo, y cómo él mismo ha escrito en una carta "tener asistente personal me ayuda a realizar las tareas que no puedo, adaptándose a como yo quiero y cuando yo quiero, haciéndome sentir que yo soy de alguna manera el que la realiza y además y más importante me da una cierta autodeterminación al poder organizar y llevar a cabo planes y metas personales".
Carmen Recio tiene 22 años y desde hace dos meses cuenta con la ayuda personal de su asistente Cristina España. En este tiempo que llevan juntas, Carmen ha notado como ha ganado en independencia ya que como ella misma explica "antes dependía mucho de mis padres". Ahora, y gracias a este proyecto cuenta con la ayuda de Cristina a la hora de bañarse, de vestirse, de hacer el desayuno, además de otras actividades como ir al gimnasio o ir de tiendas. Esta usuaria cuenta como gracias a su asistente se ha apuntado al gimnasio, y así "podemos ir las dos juntas y mientras que Cristina hace sus ejercicios, un entrenador está conmigo ayudándome a mejorar mi musculatura y enseñándome cuales son las posturas correctas que debo de poner a la hora de coger, por ejemplo, una bolsa". La relación de Carmen y Cristina pasa también por compartir aficiones como por ejemplo la de los cosméticos y todos los productos relacionados con la belleza, y es que Cristina está enseñando a Carmen a maquillarse y a peinarse dependiendo de la ocasión. Carmen juega en un equipo de baloncesto desde hace seis años, y hace pocos días fue a una exhibición en Córdoba a la que Cristina la llevó. Según cuenta esta asistenta, uno de los requisitos que pedían los padres era que el cuidador tuviese carnet de conducir para poder llevar a Carmen a sus entrenamientos y partidos, además también de tener conocimientos de enfermería pues "Carmen sufre episodios casi a diario de epilepsia y es necesario que la persona que esté con ella sepa como actuar en estos casos". Además de su afición al deporte, Carmen disfruta de su tiempo libre con Cristina yendo de tiendas o también "compartiendo unas cervecitas".
