conferencia

El Archivo Histórico ofrece 'La Familia Romero de Torres o la pasión por el patrimonio'

La archivera ha profundizado sobre el apellido Romero de Torres, pero en toda la saga familiar cuya labor, no por más discreta es menos importante, pero poco conocida

ERASE UNA VEZ

La archivera responsable del legado documental de la familia Romero de Torres, María del Mar Ibáñez, ha impartido en la Capilla de los Escribanos, del Archivo Histórico Provincial, la conferencia 'El archivo de la Familia Romero de Torres o la pasión por el patrimonio', actividad que se enmarca en la programación 'Érase una vez... Julio Romero de Torres'.

Según ha indicado la Junta en una nota, en su disertación, la archivera ha profundizado sobre el apellido Romero de Torres "de resonancias nacionales e internacionales, pues si bien generalmente nos referimos a Julio, que sigue estando en plena vigencia y actualidad, no es menos cierto que en torno a él, existe una saga familiar cuya labor, no por más discreta es menos importante, pero poco conocida".

"Lo cierto es que la ciudadanía cordobesa debería saber más de ellos, pues disfruta en su día a día de una ciudad que debe algunos de sus principales bienes patrimoniales a la acción continuada de la Familia Romero de Torres", ha dicho Ibáñez.

Desde su llegada a Córdoba para ocupar la plaza de conservador del entonces Museo Provincial, hoy de Bellas Artes, Rafael Romero Barros --padre de Julio-- tomó conciencia del valioso patrimonio cordobés que se encontraba en situación de precariedad, y se implicó con ahínco en su defensa, conservación y difusión. Este sentimiento lo transmitió a todos sus hijos, criados en la casa del Museo y formados en las aulas de la entonces Escuela Provincial de Bellas Artes, que también tenía su sede en el Hospital de la Caridad.

El delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta en Andalucía en Córdoba, Francisco Alcalde, ha subrayado que "toda la familia compartió los desvelos de Romero Barros por el arte y su preservación, trabajando por y para la defensa artística de Córdoba, aunque por desgracia, tras una tercera generación la familia se extinguió, dejando tras de sí un valioso legado".

En los bienes que atesoraban, hay que destacar los adquiridos por la Junta de Andalucía en 1991, entre los cuales, además de una colección arqueológica, de cerámicas y de otras piezas, se encontraban los papeles familiares, donde queda constancia de numerosos e importantes testimonios personales y profesionales.