DESESCALADA

La apertura de los cines de verano, en el aire hasta evaluar la situación

El aforo de los espacios si se abren finalmente alcanzaría tan sólo el 50 por ciento, lo que supondría unas 250 o 300 personas por sesión frente a los 500 o 600 de años anteriores 

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Una de las tradiciones cordobesas más arraigadas durante el verano, el cine a la luz de la luna, podría estar en peligro debido al Covid-19. Y es que aún quedan muchas incertidumbres sobre la viabilidad económica de estos establecimientos en estas circunstancias, la fase en que se podrá hacer (todo apunta a la tercera) y las condiciones santinarias y de aforo que se tendrán que establecer. 

Tanto es así, que el gerente de Esplendor Cinemas, Martín Cañuelo, ha asegurado a Córdoba Hoy que todo depende de los "que diga el Gobierno central y de las condiciones que se nos impongan". De cualquier forma, la apertura no se produciría antes de finales de junio o principios de julio en los cines que gestiona esta empresa, que son Fuensanta, Delicias, Olimpia y Coliseo San Andrés.

Los emblemáticos cines de verano se enfrentan a, entre otras medidas, la reducción del aforo a la mitad. Es decir, que si normalmente cada espacio cuenta con entre 500 y 600 sillas, ahora se iría a la mitad y, seguramente, "no se podrá sobrepasar, en cualquier caso, las 250 plazas", añade Pañuelo. Una cifra totalmente insuficiente para poder asumir los elevados costes que tiene este negocio. 

Por si acaso se puede abrir, el responsable de los cines ya está preparando los locales, realizando las podas (que no se pudieron hacer), haciendo reparaciones y una limpieza profunda. Unas actuaciones que se están haciendo "de forma precipitada, porque nosotros empezamos a preparar todo mucho antes, como en marzo , y este año ha sido imposible", sostiene Martín Cañuelo.

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Otro de los problemas que habrá que sopesar son los pocos títulos a los que la empresa podrá acceder, porque desde febrero no se han estrenado, prácticamente, ninguno y las "posibilidades de hacer una selección este año será mucho más difícil". Por no hablar la ausencia de doblaje en los últimos tiempos. 

Así, aunque la intención del empresario es abrir las salas de verano, "hay que valorar muchas cosas, desde los aspectos sanitarios para garantizar la seguridad tanto de público como de trabajadores, hasta las cuestiones económicas y la posibilidad de sostener la actividad".

Sea como sea, la intención es continuar una tradición que forma parte de la memoria colectiva y las costumbres de los cordobeses y cordobesas.