El Templo Romano de Córdoba amanecía este martes con una insólita imagen, y es que debido a los trabajos que se están acometiendo en el monumento cordobés, ubicado en la calle Claudio Marcelo con Capitulares, para hacerlo accesible y permitir sus visitas, ha sido necesaria la colocación de andamios que permitan el trabajo de los técnicos.
En la intervención inicial se va a proceder a "trabajar sobre el propio monumento", según informaron en su día, los técnicos de la Gerencia Carmen Chacón y Juan Murillo, para consolidar los restos de sillería y cimentación, así como las columnas y pilastras. En algunos de estos restos se han hallado marcas de cantero con un notable valor arqueológico, de modo que se van a reproducir en tres dimensiones para exponerlos en el futuro centro de visitantes del monumento.
La intervención inicial tiene un coste de 200.000 euros y un plazo de ejecución de entre tres y cuatro meses. Posteriormente se procederá a una segunda fase en la que se ejecutará la obra civil, esto es, la adecuación del Templo para que pueda ser visitado. Para ello se construirá una pasarela y se abrirá un hueco en el muro del Ayuntamiento para el acceso, tal y como han explicado los técnicos.
La segunda fase de los trabajos tiene un coste de 600.000 euros y se espera que pueda estar adjudicada en unos tres o cuatro meses, de modo que ambas etapas de restauración serían compatibles. Para finales de año, si se cumplen los plazos -aunque "no es una fecha cierta", han advertido los técnicos-, el Templo Romano sería totalmente accesible. A la espera, eso sí, de la construcción del centro de visitantes, que se haría más adelante.