RAFI CRESPÍN, EX DELEGADA DEL GOBIERNO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA

"Hay que remangarse, mirar de frente a los problemas y darles una solución"

Rafi Crespín 9
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"La sonrisa de la Junta de Andalucía", así la definen sus compañeros de San Felipe y no pocos alcaldes que no paran de mostrarle muestras de cariño en este cambio de escenario desde el pasado miércoles. De la Delegación del Gobierno de la Administración autonómica, en primera línea, de la noche a la mañana, Rafi Crespín (La Carlota, 1976), se ha marchado para ocuparse en exclusiva de la Organización del PSOE en Córdoba.

Los sillones a ella parecen importarle poco. "Me siento servidora pública, al margen de cargos o despachos", contesta amablemente mientras su móvil no para de sonar. Comienza con un reto, las asambleas en las agrupaciones de distrito donde casi 4.000 militantes elegirán a quienes conformarán la estructura del PSOE en la capital. La maquinaria para las municipales de 2019 ya está en marcha y Crespín tiene claro su cometido: "Un partido fuerte, unido y con ilusión para dirigir el timón del futuro de la capital y de la provincia".

"Mi conciencia está muy tranquila"

No es ajena a las declaraciones de unos y otros que se han sucedido a lo largo de la pasada semana. Pero de su boca no saldrá un reproche a nadie de su partido. Nada logra borrarle la sonrisa, ni mientras está encendida la luz roja de la grabadora, ni cuando ésta se apaga. "Mi conciencia está muy tranquila".

Algo difícil de entender sin tener en cuenta una trayectoria que comenzó cuando una joven maestra de 21 años de Educación Especial puso su pueblo, La Carlota, patas arriba buscando recursos y apoyos "debajo de las piedras" para abrir un centro de día que sirviera para atender a las personas con que salían del sistema e iban a la deriva.

Una viuda con tres hijos, uno de ellos con discapacidad, la removió tanto por dentro que dio un paso al frente en la política. "Pero no para abordar las cuestiones rutinarias, sino para remangarme y atajar los retos más complicado, me rebelé".

¿Un animal político? "No, una servidora pública"

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Esta semana, ha estado en boca de muchos que han hablado por usted, sobre usted o de usted. ¿Quién es Rafi Crespín?

Pues no soy más que una ciudadana de a pie, con muchas preocupaciones, sobre todo respecto al futuro que le va a tocar vivir a mis hijos. Me siento responsable también, en parte, del futuro de todos nuestros niños.

¿Qué ha hecho durante los tres años de delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía por cambiar ese futuro?

Bueno, no creo que haya trabajado por eso sólo en los últimos tres años. Soy maestra de Educación Especial, porque desde siempre he sentido la responsabilidad de luchar por quienes les cuesta un poco más que al resto. La política, en realidad, llegó a mi vida por casualidad. Me impliqué en la construcción del centro de día para personas con discapacidad de La Carlota en una época en la que la Ley de Dependencia no existía, cuando las personas que acababan la etapa educativa en la que el sistema les permitía, debían ir a Écija todos los días. Ahí puse mi pueblo patas arriba. Busqué recursos, apoyos, llamé a las puertas del Ayuntamiento. No podía permitir que una viuda que vivía de la pensión de su hija, no pudiese trabajan en el campo para poder sacar adelante a su familia. Mi comarca está formada por personas que, en su momento, no lo tuvieron fácil.

Y de ahí, a la política...

Sí. Pero cuando el equipo de Gobierno de entonces me pidió estar en las listas a la Alcaldía les dije: ¡A mí no me gusta la política! No obstante, el alcalde de entonces me dijo que me equivocaba, que era tremendamente política, porque me rebelaba ante las injusticias. De concejal pasé a diputada provincial; de ahí, a alcaldesa de La Carlota y a la Delegación de la Junta en Córdoba. No es un trabajo de tres días.

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Una rebelación que le salió bien, pero no siempre ocurre así en un partido.

Da igual como salga. Lo importante es tener la conciencia tranquila y yo la tengo. Soy consciente de que no se puede decir lo que a uno le apetece sin más; hace falta responsabilidad, que es la manera en la que yo intento ejercer como socialista y servidora pública. Desde 1999 que concurro en las primeras elecciones en La Carlota empieza mi trayectoria de servicio público donde mi vocación de mejorar la vida de mi entorno se extiende a la mejora también del futuro de todos los vecinos de mi municipio en un primer momento, y de los cordobeses después. Y ahora, afronto con la misma ilusión mi nuevo reto.

"Un partido es el conjunto de las personas que lo componen, y a ellos me debo ahora"

Un reto esta vez más arduo que en otras ocasiones, porque abandona la primera línea. Ésa tan ligada al servicio público en el que parece sentirse cómoda para meterse en un despacho y hacer política pura y dura.

Un partido es el conjunto de las personas que lo componen, y a ellos me debo ahora. No creo que se acabe aquí mi vocación de servicio, la voy a seguir desempeñando de la mejor manera posible. Desde el partido de los derechos, de la igualdad, de la tolerancia. La orgánica es el instrumento que nos lleva a las instituciones. Sin un partido fuerte, sin gente con ideología firme que defienda la filosofía del Partido Socialista, a los ciudadanos no les llega la manera de construir una sociedad que marque las diferencias.

Pero no negará que cuesta adaptarse. En menos de una semana su escenario de trabajo es otro. Ahora en la sede del PSOE, en un despacho al lado de la vicesecretaria de Organización, que está entre el secretario general y usted.

Cuesta, sí. Pero la política es el instrumento. Tenemos casi 4.000 militantes en la capital y como secretaria de Organización del PSOE de Córdoba tengo que conseguir devolver la ilusión a los socialistas, que vayan a sus agrupaciones, que lleven orgullosos su carné de partido teniendo muy claro que los vecinos de Córdoba nos necesitan. Porque el PSOE es un partido con historia, con mucho suelo y muchas ganas y debemos estar a la altura.  

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Y además, debemos trabajar en común. No se trata de agarrarse a un cargo o a un sillón, sino entender que prestamos una función pública, en el lugar que sea. Concretamente, en el proceso de renovación de las direcciones locales, ya he empezado la ronda de contactos porque habrá nuevos equipos para trabajar en las elecciones municipales donde vamos a conseguir más alcaldías. Porque el proyecto socialista es necesario en los gobiernos locales, en la diputación y eso se construye desde las bases. Estoy trabajando porque eso se siente en cada barrio, desde cada agrupación. 

"No se trata de agarrarse a un cargo o a un sillón, sino entender que prestamos una función pública"

¿Cómo es la militancia cordobesa del PSOE?

Pues somos muy diversos. Hay un sector importante con una ideología que ha mamado en su casa. También hay quien lleva el partido grabado a fuego, porque les tocó vivir épocas históricas complicadas. Luego estamos personas de mi generación, que hemos vivido en democracia y hemos visto a un PSOE adaptándose a los tiempos, retos y necesidades. Nos toca hacer esfuerzos por que la juventud se sienta parte del proyecto, que identifique al PSOE como respuesta a sus problemas, un sector muy azotado por los efectos de la crisis. Quizá ése es uno de los puntos sobre el que más hay que trabajar.

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El PSOE se ha visto cuestionado tanto a nivel andaluz, con el caso de los ERE que se juzga en la Audiencia de Sevilla, como en clave local, con la investigación judicial que se sigue sobre la gestión de los fondos de la Fundación Guadalquivir. El partido no deja de ser, como usted ha dicho, un conjunto de personas. ¿Aboga por un forzada estabilidad o por destapar y depurar?

Quien tiene el carné del PSOE y no está al servicio del interés general no está honrando al partido. En todos los sitios, en todas las organizaciones compuestas por personas puede pasar de todo. Hay que depurar responsabilidades siempre. No se puede permitir que un partido como el nuestro, con tanto conseguido, con tanto luchado, se manche por nada.

"No se puede permitir que un partido como el nuestro, con tanto conseguido y luchado, se manche por nada"

Como ente formado por personas las dualidades 'sanchismo' Vs 'susanismo' pueden extrapolarse a las agrupaciones locales como la cordobesa en la que se está asistiendo, al menos según algunos medios locales, a posicionamientos enfrentados.

No hay enfrentamiento alguno. Es un partido vivo y como tal tiene sus diferencias. Y qué pena el día que deje de ser así. Pero todos sabemos que sólo unidos, siendo positivos, sintiendo ilusión, podemos trasmitir las garantías de nuestro proyecto para que desde las instituciones podamos cambiar la vida de la gente. Algo que yo veo clarísimo en los debates del estado de la comunidad, donde nuestra presidenta, Susana Díaz, no para de lanzar iniciativas que mejoran el día a día de los andaluces. Y es que sólo si se hacen las cosas con unidad, consenso, dejando al margen las estrategias partidistas que debilitan servicios públicos, los enfrentamientos caen por sí solos en virtud del servicio general.

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En este sentido, en su papel como delegada del Gobierno de la Junta en Córdoba, ¿está satisfecha con su trabajo?

Hay motivos más que sobrados para sentirnos satisfechos del trabajo realizado en unos momentos de tanta dificultad económica, porque hemos conseguido que se haya blindado el Estado del Bienestar, eso lo ha hecho el PSOE y los gobiernos socialistas. Los niños tienen garantizada su atención temprana, los dependientes pueden vivir con dignidad, la educación sigue siendo el ascensor social, tenemos una salud pública que es la envidia del resto de España. Esos son los logros y no míos, sino de un partido al que le queda mucho por hacer en materia de empleo, de desarrollo, de mejora de servicios.

Servicios cuestionados. A Córdoba llegó también la marea verde, sindicatos y asociaciones protestan por las carencias del sistema en los hospitales y centros médicos.

Y soy profundamente sensible con los profesionales. Tenemos que seguir trabajando por la mejora del sistema de salud público. Pero cuando entras en un hospital y las valoraciones son tantas, hay protestas partidistas que caen por su propio peso.

Eso en Sanidad, pero en Justicia los profesionales llevan años pidiendo mejoras, nuevos juzgados. Ahora, no paran las quejas de los funcionarios sobre la Ciudad de la Justicia.

"Cuando vas en un hospital y las valoraciones son tantas, hay protestas partidistas que caen por su propio peso"

La Ciudad de la Justicia es un proyecto muy ambicioso, que está saliendo adelante según los plazos previstos y ahora lo que nos toca es comprender las necesidades de los profesionales, que se están atendiendo desde primer momento. La Delegación de la Junta en Córdoba siempre se ha mostrado cercana con las necesidades, escuchamos, y se irán solucionando los problemas a medida que vayan necesitándose.

¿Se va con el sentimiento de dejar trabajo sin hacer? Seguimos sin Palacio de Congresos...

Personalmente, no estoy en los sitios para inaugurar cosas. Los proyectos tienen una complejidad que supera el paso de una persona u otra. Me marcho con el sentimiento del deber cumplido, de haber puesto todos los recursos, esfuerzos y medios a mi alcance para desarrollar los proyectos de la ciudad. Y éste no es una excepción. Va a salir adelante.

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Sorprende que incluso en proyectos entre administraciones del mismo signo político, los asuntos se enquisten.

Cometemos un error en politizar tanto las administraciones, es la garantía de que los impuestos de los vecinos se gestionan bien. La gestión pública es difícil, depende de muchos factores. Sobre una planificación, hay que tomar decisiones teniendo en cuenta factores externos. No podemos olvidarnos de la caída de las empresas, que no han estado en su mejor momento para invertir. Concretamente, el centro de congresos de la calle Torrijos es un edificio protegido, lo que añade complejidad. Pero no me cabe la menor duda de también va a salir adelante. Como le he insistido, lo importante es remangarse, mirar de frente a los problemas y darle una solución. Y es que me cuesta ver los proyectos ligados a personas y no a un planteamiento más integral. Por donde he pasado, los proyectos son colectivos, forman parte de un todo. Isabel Ambrosio sufrió mucho con el centro de congresos y se fue sin ver apenas nada levantado. Otra persona vendrá y lo verá en funcionamiento. Estamos de paso. Lo que considero que debemos hacer es trabajar lo posible en todo lo que esté en nuestras manos.

Y en este nuevo paso que casi coincide con un año nuevo. ¿Qué espera de su nueva etapa?

Yo sueño con levantarme todos los días con la misma ilusión y ganas de vivir, de trabajar por los retos que tenemos por delante, de ser útil a la sociedad. No voy a perder la sonrisa ni la positividad, porque pienso que tengo la responsabilidad de hacerle más fácil la vida a los que me rodean. Porque siempre nos vamos a encontrar con dificultades en el camino que hay que saber superarlas, aprender de ellas para poder abrazar el siguiente reto con ilusión.  

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