Julián Hurtado, cronista de la ciudad de Córdoba

"El nacionalismo político y económico puede estar en Cataluña, pero el nacionalismo cultural es andaluz"

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.
photo_camera Julián Hurtado, cronista de Córdoba, posa para Córdoba Hoy

Julián Hurtado (Córdoba, 1956) es doctor en Derecho y el actual cronista oficial de la ciudad de Córdoba. Una figura vacante desde que hace seis años falleció Miguel Salcedo. Está orgulloso de que los seis grupos políticos municipales aprobasen por unanimidad su cargo, que ha asumido con la responsabilidad de un profesor universitario (docente en la Uned) y de un "apasionado" de Córdoba.

Su porte intelectual a priori, le otorga ese carácter riguroso de la jurisprudencia, pero Hurtado huye del carácter decimonónico y demuestra una visión trasgresora no sólo del pasado, sino también del presente remarcando, con todos los matices que dicha afirmación pueda contener que, "las cofradías son del pueblo". Esto siendo él el cronista de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad, papel que desempeña con gran pasión, pero no sin algún que otro quebradero de cabeza que él sortea con una diplomacia admirable con la que se gana la admiración de cristianos, cofrades, no cofrades y cordobeses alejados del clero, pero amantes de sus tradiciones.

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Quizá es lo más sorprendente de Hurtado, que habla sin pelos en la lengua, aunque sea off the record, demostrando que el cronista actual no es tanto ese docto en usos y costumbres que reseñaba lo acontecido en sus anales, tomo a tomo hasta el fin de sus días, sino que más bien esta figura es un dinamizador cultural activo, entusiasmado y con ganas de trasmitir y de que los cordobeses disfruten de su ciudad.

Este 'wikihombre' busca en el pasado la respuesta a los retos del presente, pero sin perder el Norte de la contemporaneidad, una sociedad globalizada donde el cordobés, el catalán, el madrileño o el canario viven en la misma era digital. Pero en la aldea global, Hurtado, aún sin pretenderlo, no puede dejar de lado la idiosincrasia del cordobés que mantiene algo de esa 'Feria de los discretos', aunque sea de forma 3.0.

¿A qué se dedica un cronista?

Históricamente, a mitad del siglo XIX, la labor iniciada aquí por Luis Maravel, el primer cronista de la ciudad, era la de la persona que se encargaba de relatar los hechos más significativos de la ciudad en anales, tomos por años, sobre lo acontecido. Pero su labor ha ido evolucionando, porque, en la actualidad, la crónica es función de los periodistas; hoy en día asesoramos al Ayuntamiento en cuestiones artísticas que nos solicitan tales como el rótulo de una calle, cuando se alza un monumento de una figura, al respecto de informes históricos. Pero, desde mi punto de vista, lo más importantes, hoy en día, es la función de dinamizador de la ciudad como conocedor de las costumbres y tradiciones; promover actividades para la sociedad de la que es cronista, siempre ligada a la historia de la ciudad. También, en aquellos lugares donde no hay archivero municipal, se encarga del archivo. Es el historiador de la población, porque es un apasionado y estudioso de las tradiciones del sitio en el que vive. Asimismo, prestamos apoyo a los investigadores en materia histórica.

"Es la primera vez que el Ayuntamiento tiene tantos grupos y es un honor que todos me eligieran"

Aunque el tiempo ha encomendado otras labores al cronista, se trata de una figura elegida en el Pleno, en su caso, con el apoyo unánime de todos los grupos políticos.

Es la primera vez en la historia de Córdoba que un Ayuntamiento tiene tantos grupos políticos, y me honra que todos se hayan puesto de acuerdo en elegirme. No me lo había planteado nunca, la verdad, pero una serie de instituciones culturales de la ciudad me propusieron para este cargo vacante desde hace seis años, tras fallecer Miguel Salcedo Hierro, quizá por mi trayectoria como cronista en El Carpio, un municipio al que le tengo muchísimo afecto y del que llevo siendo cronista oficial desde hace 18 años. También en mi trabajo en la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba. Estoy muy satisfecho con el nombramiento porque, considero una responsabilidad muy importante por el hecho de poder manejar, plasmar y promover acciones para dar a conocer el valor histórico de una ciudad como Córdoba, incomparable por su peso político y, por ende, cultural.

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Una historia, la de Córdoba, con un pasado que situaba a la actual capital de una provincia andaluz más en una potencia mundial.

No podemos olvidar que Córdoba fue capital de la España Ulterior en la división romana; los juzgados, tribunales, gobernador y las instituciones existentes en la Península desde el Ebro hacia abajo estaban en Córdoba que estaban bajo mandato del Senado romano, porque era la zona más desarrollada del Imperio y referente del mundo conocido, Europa. De Córdoba dependía también el norte de África. Pero es que su importancia en época romana fue inmensa también, desde un asentamiento romano la ciudad llegó a estar regulada por las mismas leyes que Roma. Nuestro anfiteatro, el templo romano, el centro político religioso del tardío Imperio Romano -donde hoy está la estación de autobuses- son vestigios del esplendor de esa época en la que los pretores impartían justicia aquí; la tradición jurídica cordobesa es otro de los hitos históricos de los que podemos presumir. Cuando Madrid era un pueblecito y París era una ciudad pequeña, y no digamos Londres, Córdoba era la gran ciudad por excelencia europea.

"Cuando Madrid era un pueblo y París una pequeña ciudad, Córdoba era la gran ciudad por excelencia de Europa"

¿Por encima de París, Londres o Madrid?

Durante el Califato, por supuesto. Antes, en el Imperio Romano, ya hemos visto que también. Desde mi punto de vista, si no llega a ser por la Batalla de Poitiers, donde las tropas del Emperador Carlomagno frenan a los musulmanes, los árabes hubieran conquistado todos los territorios que hoy conforman Europa y Córdoba era la capital de la Península Ibérica y de lo que hoy es el sur de Francia. No es baladí la alusión al pasado en la ciudad porque aquí residía la Corte, los cadíes, es que era el centro de poder. Además, floreció, se extendió y durante siglos fue una capital que irradió cultura; al ser centro político, lo fue cultural en dos períodos concretos tan importantes como la época romana y musulmana. Estas referencias del pasado son complicadas de superar.

¿Y su decadencia?

Pues, con la reconquista cristiana, el papel de Córdoba se relegó a un reino cristiano más sin olvidar su autonomía mediante el "fuero de Córdoba" otorgado por Fernando III. Es una época de cierta decadencia, pues el Descubrimiento de América sitúa en Sevilla el epicentro de la principal actividad económica del país, el comercio, puerto, que luego pasó a Cádiz. Sólo a partir de la creación del Estado de las Autonomías, cuando Andalucía adquiere entidad política autónoma, es cuando Córdoba comienza a resurgir en cuanto a conservación del patrimonio.

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

¿Hemos cogido el relevo de las culturas que nos han dejado el legado del que hoy se enorgullece el cordobés?

Vamos a ver, el esplendor de la época romana y musulmana no lo tiene ahora Córdoba como epicentro cultural, pero sí que somos un referente patrimonial gracias a que a partir del siglo XX se reconoció el valor de la preservación y la conservación dado su atractivo turístico, motor económico para las ciudades. De hecho, Córdoba fue la primera ciudad que se acogió al Real Decreto Ley, de 9 de agosto de 1926, sobre Protección y Conservación de la riqueza artística, para proteger la zona más importante de su casco urbano. Actualmente son tres las declaraciones de elementos de valor mundial los que la Unesco ha atribuido a Córdoba; el entorno y la Mezquita-Catedral, los Patios de Córdoba, y estoy convencido que también entrará en la lista la ciudad califal de Medina Azahara. 

"Estoy convencido de que también Medina Azahara entrará en la lista de Patrimonio" 

¿Y cree usted que el cordobés es consciente y valora su ciudad? Fuera del ámbito académico de la historia, el arte, la etnografía, o del discurso político y mediático, ¿los cordobeses conocen su ciudad?

Yo estoy convencido de que sí, los cordobeses conocen mucho mejor su patrimonio y son conscientes de su riqueza que los paisanos de siglos atrás, ahí sí que hemos evolucionado. Somos muy participativos en nuestras tradiciones, hay iniciativas desde distintas instituciones para dar a conocer las actividades, las programaciones, las fechas. También las tecnologías de la información facilitan el conocimiento. El cordobés tiene una cultura sincrética, consciente del valor de su ciudad, no reniega de ello, la vive y participa, pero está en el mundo y actualizado al igual que un madrileño, o cualquier vecino de otra capital europea.

Quizá sea sólo un punto de vista. Pero en esta época de choque de nacionalismos, el poso cultural andaluz parece haber perdido importancia eclipsado por la política o la economía.

El nacionalismo político y económico puede estar en Cataluña, pero el nacionalismo cultural es andaluz. Si hablamos con un indio, austríaco o alemán, ¿piensa que ha oído hablar de la sardana, de la Ría de Bilbao? Pero el carácter abierto, universal, integrador y no exclusivista hemos exportado nuestra cultura a todo el mundo. Otra cosa es que durante otras épocas se haya explotado la cultura andaluza en épocas como el Franquismo, donde se le haya dado un uso indebido o no acorde al valor de la cultura que tenemos. La cultura andaluza es fuerte, potente, atractiva que hace que a un japonés le fascine tocar la guitarra o bailar flamenco, ¿se le ocurre montar un Casteller o bailar sardana? No. Nuestra potencia cultural es incomparable, lo que pasa es que nuestro carácter no es excluyente ni supremacista, sino al contrario. Y es que no le estoy diciendo disparates. Manuel de Falla, Velázquez, Antonio Gala, Juana Castro, Pablo García Baena, Picasso y una lista interminable de personas que han construido la historia, no sólo de España, sino de sus disciplinas a nivel mundial, no son del País Vasco, son andaluces. Estamos rodeamos de arte.

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

Pero a veces, aunque haya sido superado y respondido con argumentos sin discusión, el andaluz va asociado a la gracia, a ciertos modismos ya superados, estereotipos que parece que no se van.

A eso siempre respondo que el Emperador Trajano ceceaba igual que nosotros. Hay características dialécticas, culturales, de costumbres que son inmanentes y han traspasado generaciones, fronteras llegando a ser Andalucía la imagen que habitantes de todo el mundo tenían en todo el mundo. El folklore está en todas las regiones de España, pero hemos trasmitido un carácter acogedor que, sin querer, hemos creado un imaginario que perdura en el tiempo y se mantiene no como elemento diferenciador con respecto a otros, sino como una idiosincrasia única y atractiva. Pero no vamos a contracorriente, ni negamos otras culturas, no tenemos miedo a desaparecer, y por eso no defendemos lo nuestro con tanta fuerza, porque el valor de Andalucía está por encima. ¿No le parecería ridículo haber llamado a la Junta de Andalucía, "Califato", por el valor de esa época? La Generalitat de Cataluña desapareció en 1714 y no se restauró hasta 1932 y se la considera una institución por encima del Estado. Es un uso político de la Historia que nosotros tenemos superado.

"Los andaluces no tenemos miedo a desaparecer, y por eso no defendemos lo nuestro con tanta fuerza"

Bueno, todo ello, alimentado por una educación que, antes de todo, estudia su historia regional, su lengua.

En nuestros planes de estudio está la historia de Andalucía, hay miles de estudios etnológicos frente al páramo investigador que teníamos antes de la llegada de la democracia. Pero es que partimos de que nosotros no tenemos ningún complejo histórico y de que además Andalucía no vive ajena al mundo; en una sociedad globalizada nos sentimos dentro de la cultura tecnológica que impera en todos los rincones, no somos exclusivistas, vivimos acorde a lo que se vive en el resto del mundo. Nuestra educación no es sectaria ni nacionalista; no nos centramos en nuestro pasado glorioso ignorando la existencia de otras etapas donde la región no tuvo tanta relevancia, nos remitimos a una educación más fidedigna, sin adoctrinamiento. Y particularmente, el cordobés nunca ha sido chauvinista, ha reconocido lo suyo, pero sin tumbar nada de otras provincias, ni andaluzas ni del resto de España. Ese senequismo discreto del cordobés ha hecho gala quizá en eso.

Una discreción que a veces va acompañada de cierto complejo de inferioridad con respecto a otras ciudades.

Hombre, yo estoy convencido de que si el Parque de Los Villares estuviera en otra ciudad ya sería el entorno natural más importante del mundo y explotarían sus valores y los llevarían a todo el mundo. Volvemos a la discreción del cordobés que, además, tiene un espíritu crítico hacia lo nuestro. Lo que pasa es que los mecanismos anteriores de participación ciudadana no nos permitían expresarnos tal y como ahora lo hacemos, centros sociales y culturales, organizaciones vecinales, de barrios, peñas que hoy en día tienen su papel en la agenda de la ciudad y se involucran institucionalmente. Tampoco podemos olvidar la herencia latifundista de señor propietario de tierras y burgués de clase alta y el trabajador o sirviente del mismo.

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Un tema interesante. ¿Queda mucho señorío en la ciudad, entendido como esa relación de poder económico y social, muchas veces heredado?

Un asunto complicado ése. En Córdoba no ha existido una burguesía de clase media tal y como sí ha existido en Cataluña, a donde llegaban los ricos propietarios de la materia prima andaluza para crear industria y trabajo fuera de aquí. Ten en cuenta que el Valle del Guadalquivir es un sitio privilegiado para la agricultura que ha sido inteligentemente aprovechado por propietarios inteligentes que se llevaron la riqueza al norte. Dicho esto, los latifundios han desaparecido tras la Ley de Reforma Agraria de la II República y la propiedad se ha difuminado, pero no podemos olvidar la 'señorificación' de una ciudad que en la Reconquista se reparte en señoríos de determinadas familias. Ese sistema señorial ha estado imperando durante siglos e, indudablemente, eso queda de alguna manera.

"Los propietarios aprovecharon inteligentemente la riqueza del Guadalquivir y se la llevaron al norte"

Si tuviera que describir a la actual sociedad cordobesa para que la conozcan generaciones futuras, ¿qué remarcaría?

Vivimos en una ciudad amable, acogedora, respetuosa, muy arraigada a sus tradiciones, integradora por su carácter abierto. ¡Si cualquiera puede entrar en nuestras casetas de Feria! Córdoba es una ciudad a la que le pesa su bagaje sociopolítico, que sigue teniendo una base agrícola importante, pero a la que le ha faltado crear industria a partir de su potencial agrícola y ganadero para convertirse en sustento económico. Patrimonialmente, dado el impulso institucional, considero que sí estamos en la senda de la preservación y conservación de nuestro legado para que sea motor de desarrollo en el presente, que ha recibido un impulso para mejorar su conservación de su patrimonio, con una calidad de vida envidiable fuera de nuestras fronteras. Todo ello, siendo conscientes de nuestra localización, una ciudad de interior que vive fundamentalmente del sector servicios. Pero tenemos que tener la inteligencia de saber vivir de nuestra Historia sin convertirse en un esperpento, sino de manera sostenible y consciente.

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Se ha olvidado de un aspecto del que usted es conocedor. El peso que tiene en la ciudad la Iglesia. Sin ponerle en ningún aprieto, pero es cronista de la Agrupación de Hermandades y Cofradías.

Sí, un papel ilusionante. Pero, recuerde que las cofradías nacen del pueblo y a mi entender, son del pueblo. En primer lugar, la Iglesia, no en Córdoba sino en toda España no tiene el papel político ni educativo que tenía antes, pero es innegable su poder patrimonial por la cantidad de monumentos que posee por las razones políticas o de cualquier índole que lo hayan permitido, discúlpeme pero en ese aspecto, prefiero no entrar. Aunque también señalo el poder que tiene entre los cristianos de Córdoba, eso tampoco es indudable, además es que vivimos en una sociedad occidental heredera del cristianismo.

"Los cordobeses han hecho que sea San Rafael el custodio con más arraigo por encima de los patrones de la ciudad"

Volviendo a las cofradías, ¿cree que si las hermandades dependieran sólo y exclusivamente de la Iglesia, de las órdenes, seguirían existiendo?

No seré yo quien conteste pero sí le digo que una cofradía, además de su sentido religioso, es arte, música, bordados, tejidos, ornamentación, solidaridad, compromiso social. Estoy convencido de que es la devoción y el pueblo quienes mantienen las cofradías, los cordobeses han hecho, por ejemplo, que sea San Rafael el custodio con más arraigo por encima de los patrones de la ciudad. Es un concepto antropológico, va más allá del clero, es una ética, una tradición, unas costumbres. La Iglesia no es un ente abstracto, la formamos todas las personas, las cofradías son del pueblo.

¿Cuál es el legado que vamos a dejar a futuras generaciones?

La Universidad de Córdoba es un referente académico, por la historia de sus facultades como Veterinaria o Medicina, su producción científica. El Hospital Universitario Reina Sofía es pionero en trasplantes y forma parte de la Historia de la Medicina contemporánea con la consecución de grandes hitos. La agricultura es un valor indiscutible, el aceite, el vino, los cultivos, los frutales, formamos parte de la huerta de Europa y eso hay que reconocerlo. La participación ciudadana cordobesa es notoria, tanto en agrupaciones profesionales como culturales de diferentes disciplinas que, con el impulso de los mecanismos institucionales, muchos de ellos salidos de la academia, nos situamos en el plano nacional por el talento de nuestros jóvenes e intelectuales. La poesía, con el Grupo Cántico; el deporte, la música, el arte, el deporte, el diseño, el talento creativo, los investigadores de la Universidad. En Córdoba hay personalidades importantes, no famosos de Gran Hermano, sino profesionales que con sus aportaciones desarrollan y evolucionan sus disciplinas y mejoran aspectos de la sociedad. No es equiparable a la época del Imperio Romano ni a la musulmana pero es que vivimos en un mundo globalizado donde las potencias de estados como China, Estados Unidos, los países árabes hacen imposible que compitamos con los gigantes macroeconómicos que, además, traspasan el poderío de los Estados en favor de las grandes multinacionales, que son quienes gobiernan el mundo y tienen el control económico.

CORDOBA. 26/10/2017. ENTREVISTA A JULIAN HURTADO CRONISTA EN LA UNED EN LA PLAZA DE LA MAGDALENA. FOTO: ROLDAN SERRANO. CORDOBA HOY.

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