Paco Ángel Sánchez, presidente del IPBS

"Sin la Diputación muchos de nuestros pueblos estarían huérfanos del todo ante la pandemia"

Francisco Ángel Sánchez, presidente del IPBS de la Diputación 3
photo_camera Francisco Ángel Sánchez, presidente del IPBS de la Diputación, posa para Córdoba Hoy

Hacer frente a un territorio como la provincia de Córdoba, con 69 municipios directamente dependientes del Instituto Provincial de Bienestar Social (IPBS) en plena pandemia mundial podría dar vértigo a cualquiera. Pero en la Diputación se han conjugado varias cuestiones que ha permitido actuar con rapidez por parte del área que lidera Francisco Ángel Sánchez (IU) ante la crisis.

Está la total sintonía entre departamentos provinciales, el hecho de que la oposición ha visto claramente que es el momento de los Servicios Sociales y no han puesto trabas para implementarlo con los recursos que fueran necesarios y el equipo de excelentes profesionales que tiene la Institución provincial.

Eso ha permitido que la labor de la Diputación esté siendo reconocida tanto desde los municipios a los que asiste, como por parte de los propios profesionales y hasta del Ayuntamiento de Córdoba que en el último Pleno se avanzó que algunas de las fórmulas aplicadas a nivel provincial podrían ser útiles para la capital.

Una cuestión que, por cierto, y frente los detractores que alzaron sus voces en los últimos tiempos contra las diputaciones, está demostrando que este ente provincial es mucho más necesario de lo que se le suponía. Y ha tenido que llegar una pandemia sanitaria, que se convertirá en toda una señora crisis económica y social posterior, para demostrarlo.

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De lo malo también se puede sacar algo positivo. El virus está demostrando que la vida en el ámbito rural se lleva mejor que en los grandes núcleos de población. ¿Esta experiencia supondrá una vuelta al terruño o dejará sobre la mesa la idea de que la España vacía es quizá también algo más segura?

Precisamente, en algunas de las reuniones que estamos teniendo en estas semanas hay alcaldes y alcaldesas que planteaban sacar la parte positiva de cualquier situación, por muy desagradable que ésta sea. Te habla alguien que vive en una aldea de 104 habitantes (se ríe), que es San Antonio y pertenece a El Carpio. Es verdad que no tienes recursos, pero cuando empiezan a hacer las comparaciones entre provincias de que unas estén en las Fase 1 y otras se quedan en la Fase Cero, me sonrió, porque es que en mi pueblo ni siquiera tendríamos que haber entrado en fases de ningún tipo. Aquí si decimos de no vernos aquí, no nos vemos.

Esto tiene sus pros y sus contras y han salido también a la luz muchas cuestiones. Por ejemplo en el ámbito educativo se habla de la brecha que había y de que no estábamos preparados. Y también existe la brecha digital. Es más, si no fuera por un proveedor local de Internet a mi aldea no llegaría.

"En los pueblos tenemos la brecha educativa y digital, pero cuando vienen problemas de verdad todos nos conocemos y surge de forma espontánea la solidaridad hacia el que tiene más problemas"

Pero cuando vienen los problemas es cuando sí que se hace piña y no es sólo la apuesta por el comercio de empresa local y la hostelería hacia los que nos volvemos más sensibles. La ventaja que tienen los pueblos pequeños es que se le ponen caras y nombres a las personas y en la ciudad cuesta más; es algo más frío.

Es una ventaja también cuando te llegan problemas graves como el de ahora del Covid-19, porque tú sabes que si tu vecino, al que conoces por su nombre, está teniendo problemas económicos o no está trabajando, la solidaridad brota de forma espontánea sin que ellos tengan que pedir ayuda. Pero eso nos habla también de una pérdida de población, que se ha producido en todos los municipios, pero muy especialmente en el Norte de la provincia.

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Pero a eso me refería. Con el coronavirus mucha gente ha huido de las grandes ciudades, donde el problema se ha endurecido, y ha vuelto a la casa del pueblo. A lo mejor es ahora cuando se empieza a notar esa calidad de vida que quizá no se tenga en otros sitios.

Cierto. Calidad de vida y esa garantía también. Hay aquí vecinos que tienen la casa como segunda residencia y el confinamiento los están pasando aquí. Además, para mi caso concreto por mi trabajo, estoy muy cerca de Córdoba capital y para cualquier cuestión me puedo desplazar por autovía rápidamente. Pero es verdad que esa garantía la tienen los pueblos y se ve como una oportunidad aprovechable.

Si, como parece ser, hemos descubierto el teletrabajo, ¿por qué en un pueblo cualquiera con unos medios tecnológicos adecuados y ya que se han puesto en marcha muchas ideas desde los centros de iniciativa empresarial, porque no podemos tener nosotros un centro de referencia en el campo de las nuevas tecnologías? Si estas empresas que están en Córdoba capital podrían estar en realidad en cualquiera de nuestros pueblos a los que van a dar vida. Y esa calidad de vida que tienen los pueblos la van a tener, así como la ventaja al mismo tiempo de contar con una cercanía a la ciudad.

"Ya que al parecer hemos descubierto el teletrabajo y las ventajas del mundo rural, ¿por qué no tener en un pueblo pequeño un centro de referencia en el campo de las nuevas tecnologías?"

A eso hay que añadir el coste de la vida, no nos engañemos. Yo no cambio esto por nada y lo digo sinceramente. Soy de pueblo de toda la vida, he vivido en Córdoba y estaba deseando volver mi aldea (se ríe).

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Otra cuestión que también hemos detectado es que las diputaciones, esas entidades que en su día fueron muy puestas en entredicho, son realmente útiles para los pequeños municipios, sobre todo en situaciones de presión y de emergencia, como es el caso. ¿Qué cree que habría pasado en Córdoba de haberse eliminado esa administración con la que está cayendo?

¡Uf! Yo lo tengo claro. El tema de las diputaciones, coincidiendo y partiendo de la base de que hay una necesidad de una reestructuración y cambio para mejorarlas, está claro que tiene que existir un ente, llamémosle comarcas o como sea, que esté ahí, porque hay una cantidad de municipios que hubieran estado totalmente huérfanos, así de contundente, de no haber estado la Diputación. Para afrontar esta pandemia solos esos pueblos no tienen personal ni recursos, que no siempre tienen que ser económicos, porque tienes que tener también alguien que te asesore, y nosotros hemos estado con ellos, y cualquier de los alcaldes te lo puede decir, las 24 horas del día al teléfono, porque esa tensión y esa incertidumbre o preocupación de tener un caso positivo en su pueblo, es que no sabían cómo actuar.

De hecho, llamaban a otras administraciones y, bueno, si tenían suerte te cogían el teléfono, pero no te daban respuesta. Y la verdad es que la Diputación Provincial de Córdoba ahí hemos estado muy, muy ágiles. Tenemos que reconocerlo, porque es la verdad.

"En la Diputación hemos sido muy ágiles por la buena sintonía en el cogobierno, por la comprensión de la oposición y los magníficos profesionales que tiene esta institución"

Pero es fruto también de un trabajo de coordinación, buena sintonía y no sólo entre los que formamos parte del equipo de gobierno de PSOE e IU, sino todos los grupos provinciales durante este tiempo, y así lo he señalado en el Pleno, porque todos han entendido que la situación era el momento para llegar a acuerdos, porque todos estábamos en la misma situación. Al final, en estas cuestiones no distingues si un ayuntamiento es de un color u otro y como conoces los problemas que están sufriendo, te metes en su piel, y esa falta de empatía que muchas veces se da entre administraciones más grandes no se ha dado aquí.

Todos tienen tu teléfono móvil y te llaman o te mandan un whatsapp a cualquier hora y le respondes, con lo que, por lógica se agradece.

Pero es una buena reflexión y me alegra que la compartamos, por reivindicar también ese mundo rural.

Es que la sensación que tenemos desde la parte de la barrera de los medios de comunicación, es que la Diputación ha sabido moverse en este asunto con agilidad y sin movimientos mastodónticos, a pesar de todo lo que abarca.

Bueno, así ha sido, por ejemplo, a la hora de conseguir equipos de protección individual (EPIs) en un momento dado que ha llegado a ser la jungla, por decirlo de ese modo, o para poner en marcha el Plan de 10 millones que hemos aprobado en un tiempo récord y que nada más recibir el visto bueno en el Plano se les va a trasladar a los municipios el 50% de esa cantidad. Toda esa rapidez a la hora de gestionarlo, una aprobación definitiva una semana... Es algo complicado. Todo aquél que conozca el funcionamiento interno de una administración sabe que lo es.

No me gusta hacer comparaciones, pero un Ayuntamiento de Córdoba que pensabas que podía ser más fácil porque no lo tienen tan disperso como lo tenemos en la provincia... No sé, creo que al final esa dispersión la acaban teniendo entre distintas delegaciones y entre personal que tienen criterios distintos y al final es difícil llegar a consensos. La verdad es que en ese aspecto en la Diputación no ha habido problemas y ha ido todo muy bien. Así ha sido tanto a nivel institucional como gracias, y no me cansaré nunca de reconocerlo, al magnífico personal con el que contamos en la Diputación. Es algo que ya lo había constatado en los cuatro años en los que estuve trabajando antes en otras áreas. Todo eso cuenta.

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Pues precisamente, hábleme un poco de la actuación del Instituto Provincial de Bienestar Social en lo que llevamos de pandemia.

Ha sido largo. Dos meses muy intensos de trabajo para el IPBS, como no podía ser de otra forma. Son muchos los programas que hemos puesto en marcha, pero me gustaría destacar la anticipación, quizá, incluso a la propia normativa. Es decir, comenzamos el día 15 de marzo, un día después de la declaración del Decreto de alarma, cambiando protocolos y procedimientos precisamente para agilizar todas las ayudas, que es una de las cuestiones que más se han valorado por partes de las distintas alcaldías. Mi decreto de simplificación de procedimientos se firmó el día 15 y ha permitido que todas las ayudas que teníamos previstas dar en el año 2020, en el primer trimestre ya las teníamos prácticamente agotadas y a 30 de abril de los 1,2 millones de euros que teníamos vamos ya por 2 millones de euros.

¿Y cuál fue el primer paso que dieron?

Lo primero de todo, porque era un tema que nos preocupaba, es la reestructuración de todo el Servicio a Domicilio. De nosotros dependen los 69 municipios que forman parte del Instituto Provincial de Bienestar Social y hablamos de más de 5.000 usuarios y una cantidad superior a las 2.100 trabajadoras, fundamentalmente son mujeres. Por eso, tuvimos que elaborar 69 planes extraordinarios de cuidados municipales, priorizando dependientes de grado 1, grado 2 en aquellos que tenían algún apoyo familiar y en los que no tenían, muchas veces eran incluso las propias familias las que nos pedían que no fuesen nadie externo del núcleo familiar por miedo al contagio, ya que son un colectivo muy vulnerable.

"Hemos tenido que elaborar 69 planes extraordinarios en un tiempo récord para ordenar la ayuda a domicilio"

Afortunadamente, se hizo bastante bien, coordinado con las distintas empresas de ayuda a domicilio y con aquellos ayuntamientos que tienen también la gestión directa y todo perfectamente organizado y estructurado por los técnicos y las trabajadoras sociales de las distintas zonas de trabajo. Y lo hicimos también en un tiempo récord. En cinco días como máximo tuvimos que redactar los planes extraordinarios, entre otras cosas, porque como te decía era una situación que generaba mucha incertidumbre y tensión, entre otras cosas porque había, y seamos claros al decirlo, escasez de EPIs.

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De hecho, en esa cuestión también jugó la Diputación un papel importante.

Es que las primeras mascarillas que llegaron a la Diputación por parte de la Junta de Andalucía fuimos desde el IPBS los que las distribuimos directamente a este colectivo, porque sabíamos que era necesario que las trabajadoras estuviesen protegidas. Luego ya, afortunadamente, se han seguido repartiendo por parte de Diputación y recientemente se sigue haciendo. Incluso ahora se están repartiendo también guantes, batas y monos y otros equipos para el personal de la casa, pero tenemos muy presente siempre el servicio de Ayuda a Domicilio.

En paralelo a esto, que se dice pronto, pero hay que imaginarse la complejidad de adaptar 69 planes, pusimos en marcha también, el 28 o 29 de marzo, un programa de Ayuda a Domicilio que lo llamamos de Emergencia Covid. Era algo complementario al que ya existía, pero pensado sobre todo para aquellos dependientes que ya estaban valorados y permanecían aún a la espera de que por parte de la Junta les prestase el servicio, por lo que era también un colectivo bastante vulnerable, y ahí hemos estado con ellos también.

¿De cuántas personas estaríamos hablando en esa situación?

Es difícil decirlo, porque ha sido muy cambiante. De cara a contabilizarlos el último informe nuestro se lo mandamos a la Junta, pero a efectos prácticos no te dicen que están contabilizados hasta que no se le da a la tecla del el 'ok', como yo digo. Además iba destinado también en algunos casos a las propias usuarias del servicio familiar suyo que ha tenido contagio o alguna trabajadora también del Servicio a Domicilio, si bien se han producido muy, muy pocos casos, y han sido muy escrupulosos en el cumplimiento, por lo que los planes han sido bastante efectivos con contagios mínimos.

Además, hemos tenido apoyo específico en este servicio de ayuda a domicilio de emergencia para aquellos trabajadores sanitarios o sociosanitarios que se han contagiado haciendo su trabajo y han tenido que entrar en confinamiento, además de para los mayores que estaban a su cargo.

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¿Hubo muchos trabajadores y trabajadoras que han sido contagiados?

Tampoco podría darte un número, pero es prácticamente anecdótico. Esta semana nos ha llegado un caso de un usuario de la zona de la Vega del Guadalquivir, y se activa el protocolo, las medidas higiénico-sanitarias recomendadas por las autoridades sanitarias y nosotros hemos estado ahí para ver las condiciones, es decir si se tiene apoyo familiar se sigue unos criterios y si no lo tiene se siguen otros.

Cronológicamente, pusimos en marcha, complemento también de lo que estamos hablando, un Programa de Garantía Alimentaria, que era también una medida excepcional, con 1,1 millones de euros, que acabará a finales de mayo y que era también transitorio para cubrir esas necesidades básicas, como es el alimento en casos en los que los Servicios Sociales recomendaban que era mejor esa ayuda alimentaria más que una ayuda económica. Era el caso, por ejemplo, de familias desestructuradas o usuarios de los Servicios Sociales en los que hay algún miembro con adicciones, con lo que el dinero en efectivo hubiera sido más un problema que una solución.

"Hemos puesto en marcha un Programa de garantía Alimentaria de 1,1 millones para atender a unas 2.500 personas"

En este caso hablamos de 2.500 personas atendidas. Y ahí hemos ido complementando aquellas situaciones en las que, por ejemplo, por parte de la Junta de Andalucía cuando se eliminaron los comedores escolares hubo también un periodo en la que niños y niñas que estaban en el comedor escolar se quedaban en tierra de nadie y los acogimos, dándoles la posibilidad de que recibieran este servicio. O incluso también mayores que estaban haciendo uso de centros de días y que también se cerraron. Había personas que carecían por completo de apoyo familiar y no las podíamos dejar a un lado.

Por lo que cuenta, es un servicio polivalente.

Es que yo creo que una parte del éxito de los programas que hemos puesto en marcha, porque así nos lo han reconocido los distintos ayuntamientos, ha sido en primer lugar conocer la realidad de modo que empezamos a trabajar con rapidez. Y en este sentido el teletrabajo no ha sido ningún problema, porque teníamos los medios y de nuestras trabajadoras sociales la que menos comparte dos pueblos en una misma semana.

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Es decir que tienen sus portátiles, tienen sus móviles y si a eso unimos que tienen medios y agilizamos simplificando los procedimientos ahí tienes los números que ya te he comentado. Se ha logrado conceder esa ayuda en tiempo récord. Para hacerse una idea lo que antes tardaba una ayuda de emergencia tres semanas en darse, ahora está tardando cuatro días.

Es que de hecho hay profesionales que han puesto a la Diputación como ejemplo frente a lo que pasa en la capital, donde se está hablando de hasta dos meses de retraso en lo que son ayudas de urgencia, mientras que ustedes están resolviéndolo como máximo en una semana.

Cinco días como mucho, de hecho. Y en cuatro días perfectamente podría hacerse y se ha hecho. Además creo que ha habido un error. Nosotros no trabajamos con anticipo de caja fija, como vi en publicado en algunas noticias. Es decir es algo muy excepcional y ninguna administración lo admite. Los servicios de Intervención tiene que ser algo muy, muy excepcional para los anticipos de caja fija. Por contra, la clave está en lo que he dicho: Por un lado, está la simplificación de los procedimientos, que antes una trabajadora social atendía, a lo mejor, dos veces a la semana a un pueblo y ahora tienen teléfonos de emergencia, que también se les han habilitado para que en cualquier momento y hora de los cinco días lectivos de la semana, con independencia de que si eran los días de atención a esos pueblos, puedan dar respuesta. Y ahí está también esa coordinación con los servicios sociales de los ayuntamientos de la provincia.

"Nosotros no trabajamos con anticipo de caja fija, porque es algo muy excepcional y ninguna administración los admite"

Luego también, que todo hay que decirlo, por parte de las distintas delegaciones de la Diputación. Es decir, tanto Tesorería, como Intervención, como por Hacienda hemos estado perfectamente coordinados. Nosotros no podemos estar dando ayudas de emergencia y dejar un agujero en descubierto. Hacemos el expediente nosotros en el IPBS, pero no tenemos crédito para hacerlo. Yo creo que muchas veces el problema ha estado en esa coordinación, que era necesaria.

También con la Junta, se supone, ¿no?

Sí. Durante este tiempo también hemos trabajado con la Junta de Andalucía, porque para la liquidación de los meses en ayudas a domicilio nosotros actuábamos de intermediarios para los ayuntamientos más pequeños. Así, la Junta nos ingresa el dinero y nosotros lo tramitamos al ayuntamiento de turno que, a su vez luego, quienes tienen el servicio a domicilio de forma indirecta, lo transfiere a la empresa que presta el servicio. En este sentido, la Junta de Andalucía debía más de 30 millones de euros. Bueno, hablábamos de 33 millones e incluso más de 40, pero hay que ser honestos y decir que no es tampoco culpa de la Junta. Ahí fallaban los mecanismos de justificación, porque si no justificas las horas reales que se están portando, por lógica la Junta no liquida.

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Nosotros estamos liquidando un mes de cada uno de los meses desde septiembre de 2018. Había retrasos para justificar y se iban liquidando poco a poco y nosotros a razón de una semana liquidábamos un mes. Eso supone que entraban en las arcas de Diputación en torno a 2,6 o 2,8 millones de euros. Así, le estamos dando liquidez a la Diputación y, por tanto, no tiene que tirar de otros recursos para cubrirlo.

Pero hacer uso de ese dinero de forma inmediata en una administración, que todo el mundo sabe que está pendiente obligada a cumplir unos plazos...

A esto me refiero con lo de la coordinación de todos los servicios. Es un dinero que entra en la Diputación. Hacienda es conocedora de toque ocurre, la propia Intervención también y emite con rapidez los informes y nos aporta la liquidez suficiente a nosotros para poder llevar a cabo las modificaciones presupuestarias que hemos ido haciendo a veces con recursos propios y otras con recursos de otras administraciones. Ha sido el caso, por ejemplo, del Fondo Social del Gobierno central de 962.000 euros. Entendíamos que más que repartirlo entre los 69 ayuntamientos con sus correspondientes ELAs y núcleos de población, y como el uso y el destino del dinero era precisamente los programas que nosotros estábamos gestionando, lo que hicimos fue implementarlo y suplementarlo. De este modo, el programa de Garantía Alimentaria subió en 300.000 euros, el de empleo social lo mismo, o las ayudas económicas familiares (para familias con menores a cargo), otro tanto.

Toda esta simplificación, toda esta coordinación, la probabilidad también de coordinación con la Junta de Andalucía, que nos da liquidez, ha hecho que no tengamos ningún problema a la hora de ejecutar todos los programas que hemos puesto en marcha.

Francisco Ángel Sánchez, presidente del IPBS de la Diputación

Bueno, también ha destacado antes el papel de la oposición y del resto de áreas de la Diputación, que no han puesto trabas a su labor e el IPBS.

En efecto, a eso se añade que en la Diputación no ha habido ningún problema por parte de nadie a la hora de tener claro que es el momento de los Servicios Sociales, y que, por tanto, hay que aumentar las partidas ahí. Y si teníamos presupuestado en ayuda emergencia y otras 1,2 millones, y en abril está gastado casi todo, a nadie se le ha caído los anillos para ser conscientes de que lo que viene ahora es la reestructuración de partidas de las delegaciones por que hay que implementar lógicamente el presupuesto del Instituto Provincial de Bienestar Social.

"Si nada más comenzar a luchar contra este problema se había gastado casi todo lo previsto, a nadie se la ha caído los anillos en implementar las partidas de otras delegaciones en el presupuesto del IPBS; es el momento de los Servicios Sociales"

Hemos puesto en marcha también una experiencia piloto que teníamos previsto desde antes de la crisis sanitaria y hemos visto que con las circunstancias actuales era el momento idóneo para ponerlo en marcha. Hemos medido a 50 usuarios de cuatro localidades distintas de la geografía cordobesa para usar con ellos las nuevas tecnologías a fin de dar calidad de vida y seguridad a nuestro mayores. El programa va dirigido a personas que viven solas y tienen cierta autonomía a pesar del Alzheimer. con la aplicación de una serie de etiquetas basado en una tecnología denominada Internet de las Cosas.

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Pero ¿en qué consiste?

Es un proyecto muy bonito también que nos lo presentó una empresa cordobesa, que demuestra que aquí en la provincia también se emprende y se innova, y es algo tan simple como poner, por ejemplo, este tipo de etiquetas en la puerta del frigorífico y cuando se abre le comunica al familiar, que es el que se descarga esta aplicación en su móvil, que se ha abierto, con lo que al menos tiene constancia de que la persona de la que está pendiente está comiendo o tomándose las pastillas. cuando el dispositivo está en el armario donde guarda la medicación.

Se va a hacer un estudio exhaustivo de todos esos datos para saber el alcance de la aplicación y las posibilidades que tiene. Si esta persona ves que si desayuna a las 08.30 horas todos los días y en un momento determinado aparece que un día no desayuna, quiere decir que está ocurriendo algún tipo de trastorno y puedes actuar en consecuencia ese mismo día.

Podemos en la capital ha planteado la creación de una Renta Garantizada Municipal. ¿Es posible aplicar algo similar en la provincia?

¡Buf! Es complicado. Nosotros barajamos otras opciones. Es que hablamos de 69 pueblos con 69 ayuntamientos y 69 de todo. Cuando hablamos en comparación con el Ayuntamiento de Córdoba, cada uno tiene sus procedimientos, sus métodos y sus cosas buenas y malas. Pero en este aspecto hay que darse cuenta de la dispersión que tenemos y la tensión organizativa que conlleva. Yo lo veo complicado.

Desde el punto de vista de los Servicios Sociales estamos viendo ahora mismo el tema de las ayudas de emergencia, que no deben quedarse solamente en una ayuda económica, porque si no, para el mes siguiente, si no cambia la situación, volverían a tener que solicitarse los servicios. Y todo esto lleva detrás un trabajo importante por parte de los distintos equipos de las 11 zonas que tenemos, en el que aparecen psicólogos, educadores sociales, trabajadoras sociales y personal administrativo con los que intentamos reeducar en todas esas conductas.

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Ha señalado que barajan otras opciones a la renta garantizada. ¿Cuáles, por ejemplo?

Nosotros apostamos más por el empleo social. Es una figura que los ayuntamientos valoran mucho , porque en definitiva consiste en hacerles contratos a esas personas que están en riesgo de exclusión social, que en muchos casos nos dicen que prefieren ser contratados durante un mes antes que darles en mano una ayuda económica. De esa manera, por dignidad, se sienten también más útiles.

"Nosotros apostamos por el empleo social, que le aporta al que se contrata cierta dignidad y le permite sentirse socialmente más útil"

Se trata de un programa que vamos a implementar en el IPBS, triplicándolo con total seguridad o más, porque es la mejor opción y la más valorada también por los distintos ayuntamientos. También vamos a aumentar a corto plazo en un 1 millón de euros el empleo social, que en el presupuesto provincial contaba con 420.000 euros. Ahora mismo con los distintos contratos que se hacían estaban financiados por las dos partes. Por un lado el ayuntamiento independientemente de su tamaño ponían el 40% y el resto era del IPBS.

Pero estamos trabajando en la idea de modular la parte que ponen los ayuntamientos. Me gusta jugar con esa modulación, porque no es justo que un ayuntamiento pequeñito, los hay aquí de hasta de 500 habitantes, un empleo social le cueste a efectos económicos lo mismo que a un ayuntamiento como el de Aguilar, por citar un ejemplo. Queremos por tanto modularlo para que ese 40% se pueda traducir a lo mejor en un 20% o un 30% para los más pequeños y los grandes que sigan con ese 40%. A lo mejor eso puede suponer que haya menos contratos, pero como lo vamos a implementar en ese millón, lo que vamos a permitir a un ayuntamiento pequeño es que con el dinero que aportaba para un contrato ahora pueda hacer hasta dos.

Me está usted descubriendo un organismo que puede sorprender a más de uno. Es mi caso, al menos.

Es que el IPBS quizá sea el gran desconocido de la Diputación. Incluso para mí cuando llegué y te metes de lleno a trabajar en él. Por ejemplo tiene un equipo de adicciones que no trabaja directamente la fórmula que usamos en las distintas zonas de trabajo social, sino que estamos asociados a los centros de salud, formado por médicos y psicólogos y que realizan una labor excepcional. Nosotros estamos colaborando también con las personas que estaban sin techo en la calle, y que como consecuencia de una crisis sanitaria han sido alojados en el colegio Mayor Seneca de la capital y hay casos de adicciones entre ellos. Pues ese servicio adicional lo aportamos nosotros también colaborando con el Ayuntamiento en un programa común.

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Son servicios que pasan un poco más desapercibidos y no se conocen, incluso para los que llevan las riendas de una Alcaldía. Los que llevan más tiempo algo conocen, pero los que se incorporan con el ritmo y ponerte al día de los distintos cambios normativos que hay no saben que existe toda esta figura. O los educadores sociales también que trabajan estrechamente con los equipos educativos de colegios e institutos con distintos programas de absentismo o las ayudas económico familiares. Por eso estamos pensando en reforzar el servicio.

Con una bolsa queremos cubrir cualquier baja por enfermedad, por accidente y que no se quede sin cobertura y tenemos que dar agilidad a las contrataciones de este tipo para que los ayuntamientos nunca estén desatendidos, especialmente en los meses que vienen, porque si ahora es duro, lo que viene va a ser peor.

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